Vivir en el extranjero
Vivir en el extranjero: el impacto psicológico de la expatriación y cómo afrontarlo
Desde el punto de vista psicológico, empezar una nueva vida en el extranjero implica numerosos cambios, necesarios para conseguir una nueva estabilidad. Se trata de experimentar en primera persona tanto las implicaciones de marcharse (como puede ser la curiosidad hacia lo desconocido) como el sentimiento de separación y de vivir y construir día a día una “nueva realidad”.
Psicológicamente, las expectativas pueden desempeñar un papel importante e influenciar la vida emocional de la persona expatriada hasta el punto de contribuir a la aparición de problemas psicológicos de diversa índole como, por ejemplo, la depresión o la ansiedad. ¿Se puede “vivir bien” en el extranjero? En este análisis en profundidad, intentaremos poner de manifiesto los principales problemas psicológicos que pueden surgir en aquellos que deciden iniciar una nueva vida en el extranjero, y también sugerir algunas posibles soluciones.
Retos psicológicos de irse a vivir al extranjero
La elección de trabajar y vivir en el extranjero puede ayudar a satisfacer aspectos como el deseo de cambiar de vida, las ganas de vivir nuevas aventuras o la búsqueda de una mayor realización personal o profesional. Sin embargo, el hecho de trasladarse al extranjero también supone un cambio de vida del cual no siempre se es plenamente consciente. Por eso, comenzar una nueva vida en el extranjero puede conllevar algunos problemas que, si no se identifican y se gestionan, pueden convertirse en trastornos mentales de diverso tipo.
Entre los principales retos psicológicos a los que puede dar lugar la expatriación se encuentran: la soledad por la pérdida de las referencias y el círculo cercano, la ansiedad, el miedo a no estar a la altura para afrontar nuevos retos o el miedo a cambiar de trabajo, los problemas de autoestima o de adaptación a nuevas situaciones y costumbres, los trastornos depresivos, los problemas de pareja (que pueden surgir, por ejemplo, en el caso de las relaciones a distancia) o con familiares y amigos, los problemas de identidad y el choque cultural que puede producirse debido a la necesidad de adaptarse a una nueva cultura.
Señales de problemas psicológicos relacionados con la vida en el extranjero
Los efectos de cambiar de vida e irse a vivir al extranjero son variados y se manifiestan de manera subjetiva. Por ejemplo, el estrés de un traslado al extranjero puede presentarse mediante trastornos psicosomáticos, cambios de humor, insomnio, taquicardia y también aumento o disminución del apetito.
Ir a vivir y trabajar al extranjero implica enfrentarse a nuevos contextos que no siempre se es capaz de gestionar y que, por lo tanto, también pueden provocar: crisis de ansiedad o crisis de pánico y, en algunos casos, pueden desembocar incluso en una fobia o en problemas de adicción.
Causas de los problemas psicológicos de los expatriados
Iniciar una nueva vida en el extranjero puede ser difícil tanto a nivel físico como psicológico. La expatriación, sobre todo si tiene el objetivo de “vivir feliz en el extranjero”, plantea diversos elementos que pueden dar lugar a problemas psicológicos. Por ejemplo, no siempre se conoce el idioma del lugar de destino o no se conoce mucho sobre el nuevo país, lo cual puede generar frustración y aislamiento.
El hecho de cambiar de costumbres y de relaciones, así como el de deber aprender a vivir dinámicas sociales diferentes, puede hacer que la persona que elige vivir en el extranjero experimente nostalgia, dudas sobre su elección y trastornos de adaptación. Quien decide rehacer su vida en el extranjero no siempre tiene la posibilidad de contar con el apoyo necesario, tanto a nivel de bienestar mental como a nivel económico o laboral.
Tipos de problemas psicológicos de vivir en el extranjero
Como subraya la encuesta de InterNations, el 22 % de los españoles que vienen en el extranjero no se “sienten en casa” en el país de acogida. Esto puede darse, por ejemplo, debido a:
- Problemas de relaciones: cuesta establecer relaciones profundas o duraderas, o encontrar ocasiones para socializar.
- Problemas de autogestión: el cambio de vida de los expatriados implica un cierto espíritu de adaptación.
- Estrés en el trabajo o burnout.
- Pérdida de motivación.
- Sentimiento de culpa por haber dejado su país y su círculo cercano, y haber decidido rehacer su vida en el extranjero.
- Problemas para encontrar apoyo emocional o profesional: cuando se vive en el extranjero, no siempre es posible disfrutar de servicios terapéuticos en el país de acogida.
A quién dirigirse para resolver problemas psicológicos relacionados con la expatriación
Dejar el país de origen e irse a vivir al extranjero, solos o en familia, presenta una serie de retos psicológicos que, vividos de forma consciente con la ayuda de la terapia, pueden ser una fuente de crecimiento y enriquecimiento. Según las necesidades de cada uno y con el acompañamiento de un experto, es posible gestionar y superar los problemas emocionales que puede acarrear un traslado al extranjero por trabajo, o por razones personales.
La terapia psicológica, mediante los diferentes enfoques psicoterapéuticos, puede ayudar a la persona a desarrollar una mayor resiliencia, a las familias a gestionar mejor dicho cambio y a los padres a hacer que sea lo menos traumático posible para los hijos. Una solución para encontrar ayuda psicológica en el extranjero, en nuestra lengua materna y con mayor comodidad es realizar sesiones de terapia psicológica online.
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