Trasladarse a otro país siempre es un momento muy delicado que provoca estrés, preocupaciones y preguntas relacionadas con la vida en el nuevo país. En concreto, una pregunta que se plantean los expatriados es: “¿Seré capaz de comunicarme y trabajar en un idioma que no es el mío?”
¿A qué nos referimos con “expatriados”?
Los expatriados son las personas que, por voluntad personal o por necesidad laboral, deciden irse a vivir a otro país e iniciar un viaje en el que salir de su zona de confort. El traslado conlleva un fuerte sentimiento de desorientación conocido como “choque cultural”. Este fenómeno se produce cuando la persona entra en contacto con una serie de elementos relacionados con el carácter, el contexto o las experiencias asociadas al cambio de cultura que le generan un alto nivel de estrés.
El “choque cultural” se divide principalmente en cuatro fases:
1) Fase de luna de miel: el momento en el que la persona se ve atraída por todo lo nuevo.
2) Fase de crisis: en la que la persona empieza a notar todos los problemas relacionados con el hecho de estar en una cultura diferente y lejos de casa.
3) Fase de recuperación: en la que se empieza a desarrollar una visión más objetiva respecto a la nueva cultura.
4) Fase de adaptación o fase de aceptación: en la que la persona empieza a vivir su vida cotidiana, y las diversas dificultades a las que se enfrenta, con un estado de ánimo más relajado.
Durante estas fases de transición, uno de los problemas más frecuentes entre los expatriados está relacionado con las barreras lingüísticas.
¿Qué son las barreras lingüísticas?
La barrera lingüística es la dificultad para conseguir establecer una comunicación eficaz, lo cual está relacionado con las diferencias que existen entre una lengua y otra. No se trata únicamente de un tema lingüístico: la incomodidad también depende del conocimiento que se tenga del contexto cultural del país de acogida y del nuevo contexto en el que se vive. Esto también puede dañar algunos hábitos, desde los más sencillos, como puede ser salir, a los más delicados, como en el caso del cuidado de la salud psicológica y física.
¿Cuáles son las consecuencias más habituales?
Las consecuencias más habituales pueden ser tanto emocionales como conductuales.
- Desde el punto de vista emocional, la persona tiende a experimentar un fuerte sentimiento de soledad, impotencia y peligro.
- Desde un punto de vista conductual, un expatriado responde a estas emociones aislándose por completo de su red social, hasta el punto de comprometer numerosos aspectos de su vida cotidiana.
Barreras lingüísticas y relación médico-paciente: complicaciones posibles
La comunicación médico-paciente es una de las que más se ve afectada por la barrera del idioma, lo cual influye de forma significativa en la posibilidad de someterse a un tratamiento adecuado en el caso de que sea necesario. Estas son algunas de las causas principales de este problema:
- la dificultad para entender términos importantes o el hecho de comprender cierta información de manera parcial, lo cual no solo se aplica al paciente sino también al médico;
- las diferencias culturales asociadas al idioma: una misma palabra o expresión se pueden interpretar de manera diferente;
- la alfabetización sanitaria, es decir, el conocimiento del verdadero significado de los términos sanitarios que se utilizan.
¿Qué podemos hacer para enfrentarnos a este problema?
Aunque el traslado a un lugar extranjero puede resultar un momento realmente difícil y preocupante para un expatriado, pues está ligado a algo totalmente nuevo y desconocido, es importante intentar esforzarse en entender que existen fases de transición por las que todas las personas deben pasar.
Con las herramientas adecuadas, los problemas pueden resultar ser una fuente de enriquecimiento y crecimiento personal.
A continuación, mencionamos algunos consejos para superar los problemas relacionados con la barrera del idioma:
- entender que todos los miedos y los problemas por los que estamos pasando son normales y totalmente resolubles;
- iniciar un programa de terapia con un psicólogo online en nuestra lengua materna, que pueda ayudarnos a aportar claridad y orden en un momento en el que todo parece confuso e irresoluble;
- intentar ampliar tanto como sea posible nuestra red de contactos para contrarrestar el sentimiento de aislamiento;
- hacer cursos intensivos del idioma para aumentar la seguridad en nosotros mismos;
- crear buenos hábitos y encontrar aficiones como el deporte, que desempeñan un rol fundamental en el mantenimiento de nuestro bienestar psicológico;
- descargar un diccionario online en nuestro teléfono móvil, para tener siempre a mano una herramienta que nos ayude en caso de necesidad;
- adoptar una mascota, lo cual puede tener una doble función terapéutica: tanto de compañía como de estímulo para interactuar socialmente, por ejemplo, en situaciones en las que podemos conocer a otras personas con mascota.