TDAH: Trastorno de déficit de atención e hiperactividad

TDAH: qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) en inglés, es una condición neurobiológica o trastorno del neurodesarrollo que combina problemas de impulsividad, hiperactividad y dificultad para concentrarse, todo de manera persistente.

Qué es el TDAH

Dentro de la comunidad médica, se considera que el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo con un componente genético que suele manifestarse en la infancia, y que a menudo persiste en la edad adulta. Sin embargo, existe bastante controversia en torno a la existencia y diagnóstico del TDAH

Diversos profesionales, incluyendo psiquiatras, pediatras, psicólogos y pedagogos, tienen opiniones encontradas al respecto. En el ámbito educativo, aunque la mayoría apoya el diagnóstico, hay personal escolar y padres que se sienten presionados para buscar dicho diagnóstico y quienes alertan de un sobrediagnóstico en niños y adolescentes.

Gran parte del debate gira en torno al modelo biomédico, que asume que los síntomas son evidencia de enfermedad. Sin embargo, desde una perspectiva despatologizadora, el TDAH se considera más como un “estilo de personalidad” o una condición con características que deben ponerse en valor, proponiendo un enfoque educativo y de apoyo en lugar de un tratamiento médico automático para “curar una enfermedad”. Este último enfoque también considera al TDAH como una neurodiversidad.

TDAH: síntomas y características

Los síntomas del TDAH en niños se suelen manifestar con problemas de concentración en el colegio o jugando, poca capacidad de organización y un comportamiento hiperactivo, como hablar en exceso, las actividades motoras incontrolables y una agitación evidente en manos y pies.

En cambio, los adolescentes pueden experimentar una mayor impulsividad, problemas para gestionar el tiempo y tendencia a procrastinar, lo que influye en el rendimiento escolar y en las relaciones sociales.

En lo que respecta a los posibles síntomas del TDAH en adultos, se pueden observar problemas en la gestión de las responsabilidades cotidianas, un bajo nivel de tolerancia a la frustración, olvidos y falta de atención a los detalles.

Un aspecto que a menudo se pasa por alto es el diagnóstico del TDAH en las mujeres adultas, que suele ser más tardío que en los hombres debido a que las manifestaciones sintomáticas son menos evidentes. De hecho, las mujeres con TDAH presentan con más frecuencia síntomas de inatención más que de hiperactividad, lo que se puede atribuir de forma errónea a la distracción o la ansiedad.

Los síntomas del TDAH se agrupan generalmente en tres características principales:

  • la inatención, que se manifiesta mediante problemas para permanecer centrados en tareas que requieren mucho tiempo y la tendencia a distraerse fácilmente;
  • la hiperactividad, que se caracteriza por una necesidad constante de moverse o por hablar excesivamente;
  • la impulsividad, que lleva, por ejemplo, a tomar decisiones precipitadas sin tener en cuenta las consecuencias o a interrumpir las conversaciones de los demás.

El TDAH también puede ir asociado a otros trastornos. Entre las comorbilidades más frecuentes del TDAH se encuentran los trastornos de ansiedad, el trastorno negativista desafiante, el trastorno de conducta y los trastornos del aprendizaje. Es fundamental el diagnóstico diferencial, sobre todo en el caso del TDAH y autismo. Se trata de trastornos que pueden compartir dificultades en la regulación emocional, las relaciones sociales y la gestión de los estímulos ambientales. Sin embargo, son trastornos distintos que pueden coexistir, pero que surgen de causas diferentes y requieren un tratamiento específico.

Una evaluación exhaustiva ayuda a identificar la enfermedad específica y sus posibles comorbilidades.

Causas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Una de las preguntas clave es: ¿se nace con TDAH o se adquiere? Lo cierto es que aún no se comprenden completamente las causas del trastorno. Sin embargo, la investigación ha identificado varios factores que pueden contribuir a su desarrollo.

Uno de los principales factores asociados con el TDAH es la genética. Los estudios muestran que el TDAH tiene un fuerte componente hereditario. El TDAH se hereda del padre o la madre en algunos casos. Esto sugiere que ciertas variantes genéticas pueden aumentar el riesgo de TDAH, aunque la relación exacta entre estos genes y el trastorno aún no está clara y se sigue investigando. 

A nivel neurológico, se ha observado que el cerebro con TDAH a menudo muestra diferencias en la actividad y la estructura, especialmente en áreas relacionadas con la atención, el control de impulsos y la función ejecutiva, en comparación con un cerebro sin TDAH. Este trastorno también se ha asociado con un retraso madurativo de ciertas áreas cerebrales, lo que puede afectar las habilidades de autocontrol y atención. Asimismo, el TDAH también se ha relacionado con deficiencias en las funciones ejecutivas, en los procesos de planificación, organización, control de impulsos y regulación de la atención.

Además de la genética, existen factores ambientales y del desarrollo que pueden influir en el riesgo de desarrollo de TDAH. Por ejemplo, las complicaciones durante el embarazo y el parto —como el consumo de tabaco y alcohol por parte de la madre—, el bajo peso al nacer y la prematuridad se han asociado con un mayor riesgo de TDAH en niños. Asimismo, la exposición a ciertas toxinas ambientales, como el plomo, puede aumentar el riesgo de desarrollar el trastorno.

En algunos casos, también se ha observado que la alimentación puede influir en el TDAH en niños. Hay algunos estudios que sugieren que ciertos aditivos y dietas pueden influir en la intensidad de los síntomas, aunque todavía no hay evidencias sólidas al respecto.

Diagnóstico del TDAH

¿Cómo saber si tengo tdah? ¿Cómo se diagnostica el TDAH? Diagnosticar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad implica un proceso detallado y minucioso. 

Antes de nada, es necesario saber que para poder diagnosticar el TDAH, han de cumplirse determinados criterios diagnósticos. Según el DSM-5, estos incluyen varios patrones de inatención, hiperactividad e impulsividad que deben darse antes de que el niño cumpla los 12 años y en más de 2 ambientes distintos (por ejemplo, en casa y en el colegio).

Los psicólogos expertos en esta condición utilizan una prueba de evaluación estandarizada; por ejemplo, el EDAH-Conners, que es una de las pruebas para TDAH más utilizadas o la Escala de Inteligencia de Wechsler (WISC-IV). Estas pruebas buscan identificar síntomas específicos para confirmar el trastorno y diferenciarlo de otras condiciones que puedan tener síntomas que se solapen.

Además, se utilizan otras pruebas como cuestionarios y escalas de observación, tanto para padres como para educadores, que proporcionan información valiosa sobre el comportamiento del niño en diferentes entornos. Específicamente, en el caso de los test para detectar TDAH en niños, estos están diseñados para ser sensibles a las manifestaciones de la edad pediátrica, y consideran la variabilidad propia del desarrollo infantil. 

En los últimos años, se ha desarrollado una técnica conocida como oximetría cerebral. Esta técnica no invasiva mide la oxigenación cerebral y las ondas alfa y beta para detectar el TDAH. Este enfoque, más rápido y fiable que los métodos convencionales, como los escáneres, resulta también más económico y ha demostrado ser efectivo en un estudio realizado por investigadores españoles.

Es imprescindible que estos tests sean administrados por profesionales capacitados en salud mental, ya que el diagnóstico de TDAH no solo se basa en la presencia de síntomas, sino también en la evaluación de su impacto en la vida diaria de la persona.‍

Cómo tratar el trastorno de déficit de atención

Una pregunta que se hacen muchos padres cuando sus hijos son diagnosticados es la siguiente: ¿el TDAH se cura? Quizás, la palabra “curar” no es la correcta, pues cada vez es más habitual considerar el TDAH como una condición con la cual se convive y cuyos síntomas más disfuncionales pueden combatirse.

En este sentido, el tratamiento indicado para niños y adultos se centra en la reducción de la gravedad de los síntomas y la mejora de la calidad de vida de la persona. Como apunte, el TDAH en niños a menudo se manifiesta con mayor hiperactividad y conducta impulsiva, mientras que el TDAH en niñas tiende a presentarse con mayor inatención y síntomas internos como la ansiedad. Por este motivo, es importante adaptar el tratamiento a las necesidades de cada niño o niña.

El tratamiento para el TDAH generalmente incluye una combinación de psicoterapia o terapia conductual, educación y apoyo, junto con psicofármacos si es necesario. La terapia conductual ayuda a las personas a desarrollar habilidades para manejar sus síntomas, como técnicas de organización, estrategias para mejorar la atención y formas de controlar la impulsividad. En niños de 6 a 12 años con TDAH, el tratamiento suele combinar, además de lo anterior, técnicas de manejo del comportamiento en casa y en la escuela.

En cuanto a la medicación, los estimulantes (normalmente, metilfenidato y anfetaminas) son comúnmente prescritos y han demostrado ser efectivos en la reducción de los síntomas centrales del TDAH, como la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad, aunque no para todas las personas. 

En definitiva, un niño con TDAH puede llevar una vida normal con el tratamiento psicológico y médico adecuados. Es esencial que los padres, educadores y profesionales de la salud trabajen juntos para proporcionar un entorno de apoyo para que el niño pueda alcanzar su pleno potencial. Y si los padres tienen dudas siempre pueden acudir a alguna asociación de TDAH para informarse más acerca de esta condición y su gestión.

Vive el TDAH con más tranquilidad.

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