Diagnóstico del TDAH en adultos

Diagnóstico del TDAH en adultos
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Ilaria Tonelli
Redacción
Psicóloga con orientación Psicodinámica
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
20.2.2025
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El TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) es una condición clínica que, por lo general, se diagnostica en niños como un trastorno del neurodesarrollo, pero cada vez es más habitual que también se reconozca en adultos. Un diagnóstico tardío puede ayudar a la persona a conocerse y entender mejor sus dificultades, pero también acarrea retos importantes.

El requisito clínico más relevante para el diagnóstico psicológico del TDAH es la aparición de síntomas durante la infancia. Es la condición sine qua non​ mediante la que, desde la infancia hasta la edad adulta, la sintomatología debe continuar y persistir hasta el momento de la valoración clínica.

El TDAH tiene una prevalencia estimada en la infancia de entre el 4 % y el 7 %, y puede persistir en la edad adulta hasta en el 65 % de los casos. En un estudio publicado en BMC Psychiatry (Katzman et al., 2017) no solo se demostró que los niños con TDAH pueden no “superar” el trastorno al llegar a la edad adulta, sino también que el TDAH puede aparecer a una edad más avanzada.

Al tratarse de una condición crónica que comienza en la infancia, no solo es necesario evaluar los síntomas del TDAH, sino también su evolución y el deterioro funcional a lo largo del tiempo. Por medio de una entrevista estructurada y basada en la historia clínica del paciente, se puede investigar el inicio del trastorno y correlacionarlo con factores neurobiológicos y ambientales.

Siempre que sea posible, la historia clínica debe completarse con información de las personas cercanas al paciente que mejor le conocieron cuando era niño.

TDAH en adultos: síntomas

Los síntomas del TDAH en adultos se pueden manifestar de forma diferente respecto a la infancia e influir en múltiples aspectos de la vida diaria, como:

  • el trabajo y la educación,
  • las relaciones interpersonales, ya sean de amistad, sentimentales o familiares,
  • el tiempo libre y las aficiones,
  • la gestión del tiempo y de las finanzas,
  • la autoestima y la imagen que se tiene de uno mismo.

Una de las herramientas que el profesional puede utilizar para realizar un diagnóstico preciso es la Entrevista Diagnóstica del TDAH en adultos DIVA (Diagnostic Interview for ADHD in Adults en inglés), que estudia los síntomas clave del TDAH sin abordar, sin embargo, la posible comorbilidad con otros síndromes o trastornos mentales.

Por eso, el diagnóstico, que se suele realizar teniendo en cuenta los criterios diagnósticos presentes en el DSM-5-TR, debería ser transversal, integrado y por exclusión. Es fundamental realizar una evaluación rigurosa de todos los síntomas en su conjunto y del impacto funcional que tienen en el paciente.

Algunos de los síntomas principales son:

  • la falta de atención o la dificultad para concentrarse y mantener la atención a la hora de realizar tareas complejas o de larga duración, seguir instrucciones y completar tareas;
  • la impulsividad, que puede llevar a tomar decisiones precipitadas y dificultar el control de las emociones;
  • la hiperactividad;
  • la tendencia a procrastinar;
  • un bajo nivel de tolerancia a la frustración;
  • la incapacidad para gestionar las esperas.

En el día a día, estos síntomas se presentan con:

  • falta de atención a los detalles,
  • dificultad para organizar tareas y actividades,
  • habla o agitación excesiva,
  • dificultad para relajarse,
  • trabajo excesivo,
  • olvidos y distracciones.

Estas dificultades pueden suponer retos significativos en la vida diaria. A las personas con TDAH a menudo les cuesta mantener relaciones estables y pueden percibir un sentimiento de inadecuación o frustración relacionado con la dificultad para satisfacer las expectativas sociales y profesionales.

Enfrentarse a estos obstáculos sin un diagnóstico y un apoyo adecuado puede aumentar el ritmo de desarrollar trastornos del estado de ánimo y ansiedad, lo cual hace que la gestión del trastorno en la vida diaria sea aún más compleja. Algunas fuentes reputadas, como la American Psychiatric Association (APA) y el National Institute of Mental Health (NIMH), afirman que el TDAH en adultos es una condición real y a menudo infravalorada, que requiere intervenciones adecuadas y estrategias de afrontamiento eficaces para mejorar la calidad de vida.

diagnóstico del TDAH en adultos
Foto de cottonbro studio (Pexels)

Comorbilidad del TDAH

Los adultos con TDAH a menudo presentan comorbilidad con otros trastornos como la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño. El DSM-5 incluye los criterios para un diagnóstico diferencial.

Entre las comorbilidades más frecuentes del TDAH se encuentra el trastorno bipolar, suficiente para sugerir una correlación muy fuerte entre las dos condiciones (Schiwek et al., 2021). Una hipótesis plausible es que el TDAH y los trastornos del estado de ánimo tiene su origen en una neurobiología similar (Long et al., 2024). 

El TDAH tiene una alta prevalencia de comorbilidad en el trastorno bipolar. Se estima una tasa de comorbilidad de entre el 9,5 % y el 21,2 %, y una tasa de entre el 5,1 % y el 47,1 % en el caso del trastorno bipolar comórbido en el TDAH. El trastorno bipolar I es el más habitual entre las personas con TDAH respecto al trastorno bipolar II. Las características de la fase maníaca del trastorno bipolar se sobreponen al TDAH e incluyen inquietud, locuacidad, distracción y agitación.

En el estudio de Tamam et al., el 65 % de las personas con TDAH presentaban un inicio precoz del trastorno bipolar (en menores de 18 años), en comparación con solo el 20 % de los individuos sin TDAH como comorbilidad. Además de una edad de aparición más precoz, se ha demostrado que las personas con trastorno bipolar y TDAH presentan un peor curso general de la enfermedad, con períodos de bienestar más breves, episodios de manía y depresión más frecuentes, y una mayor incidencia de condiciones psiquiátricas adicionales, entre las que se incluyen trastornos de ansiedad que a menudo van acompañados del uso de sustancias.

Las cuestiones relativas al papel de los estimulantes en la depresión bipolar siguen sin resolverse. Sin embargo, según el estudio de Wingo et al., el posible aumento del riesgo de manía/hipomanía asociada a los estimulantes en pacientes con trastorno bipolar sigue siendo una fuente de preocupación.

De hecho, un estudio de Spencer et al. (2007) demostró que en el trastorno TDAH y en los trastornos psiquiátricos participan dos regiones similares del cerebro. Las técnicas de neuroimagen demostraron las diferencias en el volumen y la actividad del lóbulo frontal, responsable de la atención, la selección del comportamiento y las emociones.

Algunos estudios sobre los neurotransmisores también han revelado anomalías en la señalización de la dopamina (DA) y la norepinefrina (NE), lo cual confirma la conclusión de Volkow et al. (2012) según la cual los aumentos de dopamina que induce el metilfenidato estaban asociados a la respuesta terapéutica de las personas con TDAH. 

Por lo tanto, resulta evidente cómo el entorno, es decir, el contexto sociofamiliar, puede ser un terreno fértil no sólo en los modos de aprendizaje del comportamiento, sino también en la expresividad del gen (Bezdjian et al., 2011).

Incidencia y epidemiología del TDAH en adultos

En el DSM-5 también están incluidas las variantes y las diferencias relativas a la incidencia del TDAH en diversas culturas. Por ejemplo, entre la población afroamericana e hispana de Estados Unidos, la incidencia es menor que entre la población caucásica. Parece que la cultura de origen, así como el entorno en el que uno crece, transmite y requiere una adaptación que puede favorecer o no el desarrollo del TDAH.

Según algunos estudios (Katzman et al., 2017), el TDAH persiste en un porcentaje significativo de los adultos a los que se les diagnostica el trastorno ya durante la infancia. La prevalencia en adultos se estima en torno al 2-5 %. Gracias a una mayor concienciación y reconocimiento del trastorno, en los últimos años se ha registrado un aumento de los diagnósticos y de las investigaciones centradas en este trastorno del neurodesarrollo.

Tipos de TDAH en adultos

Según el DSM-5, existen tres subtipos de TDAH. El tratamiento y el enfoque terapéutico se puede personalizar en función del subtipo diagnosticado. Asimismo, en función de los síntomas que prevalezcan, podemos distinguir entre:

  • TDAH predominantemente de inatención,
  • TDAH predominantemente de hiperactividad e impulsividad,
  • TDAH combinado.

Las personas que entran dentro del tipo con predominio de la inatención tienen un bajo nivel de atención y se distraen con mucha facilidad. Dichos individuos se aburren rápidamente y no consiguen concentrarse en una sola cosa a la vez, lo que implica dificultades para establecer y mantener el foco de atención, pasar de un proyecto a otro y completar tareas.

En cambio, dentro del tipo hiperactivo/impulsivo, se da sobre todo una desregulación de los impulsos y una incapacidad para mantener un estado físico calmado. La desregulación a menudo se atribuye a la presencia de un trastorno límite de la personalidad o al consumo de sustancias.

Un estudio sobre el impacto del TDAH de padres a hijos (Biederman et al., 2002) también ha mostrado que los niños sienten el trastorno de los padres y se ven expuestos a un ambiente familiar que se caracteriza por una alta conflictividad y poca cohesión.

tipos de TDAH en adultos
Foto de Nubelson Fernandes (Unsplash)

TDAH en adultos: diagnóstico

El diagnóstico del TDAH en adultos es complejo por diferentes razones:

  • Falta de personal especializado: existen pocos centros especializados en el diagnóstico del TDAH en adultos que ofrezcan un abordaje multidisciplinar y aseguren la presencia de profesionales con experiencia en el manejo del trastorno.
  • Los criterios diagnósticos tradicionales se desarrollaron principalmente para el TDAH en niños, lo que dificulta su aplicación a los adultos. Por tanto, también faltan criterios de referencia claros y validados para las personas mayores.
  • En los adultos, el TDAH tiende a ser crónico y a menudo está asociado a otros trastornos. Las comorbilidades pueden enmascarar o complicar el proceso de diagnóstico.

Justo por la presencia de comorbilidades, es fundamental que el profesional efectúe un diagnóstico diferencial preciso para distinguir el TDAH de otros trastornos que puedan presentar síntomas similares como la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño

Este proceso ayuda a garantizar que el tratamiento sea apropiado y se adapte a los síntomas específicos del paciente. Asimismo, es esencial diferenciar posibles trastornos de la personalidad como el trastorno límite de la personalidad, los trastornos del estado de ánimo y, en concreto, el trastorno bipolar y el trastorno obsesivo compulsivo.

Test de TDAH en adultos y otras herramientas diagnósticas

En lo que respecta a cómo y quién diagnostica el TDAH en adultos, los psiquiatras y psicólogos especializados deben seguir un procedimiento riguroso para diagnosticar el TDAH y, por lo tanto, estructurar un plan de tratamiento pertinente. La entrevista con el paciente y la comprensión de su historia y experiencia, así como escuchar a posibles fuentes externas como padres y amigos, ofrecen un primer cuadro de la situación clínica de la persona.

Entre las múltiples herramientas a disposición de los profesionales de la salud mental para diagnosticar el TDAH en adultos, se encuentran las entrevistas clínicas, los cuestionarios de autoevaluación y las escalas de evaluación conductual, como el cuestionario ASRS (Adult ADHD Self-Report Scale) y la escala de Conners (Conners' Adult ADHD Rating Scales), además del test de TDAH en adultos DIVA citado anteriormente.

Las pruebas neuropsicológicas, que evalúan la memoria, la atención y las funciones ejecutivas, ofrecen percepciones imparciales de las capacidades cognitivas y ayudan a validar los déficits cognitivos relacionados con el TDAH. Mediante el uso de una metodología organizada que integra la autoevaluación, datos complementarios, entrevistas diagnósticas y pruebas transversales para el diagnóstico diferencial, es posible realizar un diagnóstico más fiable.

diagnóstico y tratamiento del TDAH en adultos
Foto de Tara Winstead (Pexels)

TDAH en adultos: tratamiento

El modelo clínico más funcional para el tratamiento del TDAH en adultos es el integrado y multidisciplinar.

Este enfoque puede incluir psicólogos, psiquiatras, neurólogos y terapeutas ocupacionales que trabajen juntos para desarrollar un plan de tratamiento personalizado. La colaboración entre profesionales permite afrontar de forma integral las diferentes facetas del trastorno y conducir a un resultado más estructurado y duradero sobre el bienestar mental del paciente. Asimismo, el trabajo en equipo permite un apoyo mutuo entre los profesionales que participan en la gestión de los pacientes que padecen TDAH, ya que la carga de trabajo y la responsabilidad se comparten y se evalúan constantemente.

La terapia para adultos con TDAH suele incluir un enfoque combinado de terapia farmacológica y psicoterapia. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) resulta eficaz para ayudar a los pacientes a desarrollar estrategias de gestión de los síntomas y mejorar significativamente su calidad de vida.

Además de la psicoterapia, la rehabilitación social del paciente puede contribuir a una mayor adaptación y a la consecución de objetivos laborales y sociales.

En algunos pacientes puede ser necesario integrar una terapia farmacológica. El uso de medicamentos para el TDAH en adultos es muy frecuente en Estados Unidos y Canadá, no hay más que pensar en el uso a veces inadecuado que se hacía del metilfenidato hasta hace pocos años, incluso en niños.

A pesar de su uso inadecuado, el metilfenidato es la molécula de elección para conseguir un resultado en la contención de los síntomas del TDAH, además de algunos tricíclicos utilizados habitualmente para tratar la depresión.

En Treatment of Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder (Jadad et al., 1999) se pueden consultar más de setenta ensayos controlados aleatorios sobre la eficacia de determinados medicamentos en pacientes con TDAH.

El paciente tras el diagnóstico de TDAH

El diagnóstico de TDAH, cuando se realiza en la edad adulta, puede ofrecer una nueva perspectiva de las dificultades que el paciente haya experimentado a lo largo de su vida. Las personas suelen manifestar una sensación de alivio al comprender las raíces de sus dificultades escolares, laborales y relacionales. Sin embargo, este diagnóstico también puede generar sentimientos de frustración y pérdida, especialmente si se tiene en cuenta el tiempo que el paciente ha pasado sin recibir el apoyo adecuado.

Es importante que el profesional muestre sensibilidad respecto a estas reacciones y proporcione apoyo emocional y estrategias para gestionar todo lo que implica el diagnóstico tardío. La gestión de los síntomas que se han experimentado a lo largo de la vida y, sobre todo, la comprensión de los mismos, se puede recoger dentro de un marco que por fin tiene un nombre.

Un reto actual

El diagnóstico del TDAH en adultos supone un reto complejo pero fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Es esencial que los profesionales de la salud mental reciban una formación adecuada para reconocer y tratar este trastorno.

La creciente concienciación y el reconocimiento del trastorno están dando lugar a una mayor disponibilidad de recursos y apoyo, y ofrecen, gracias a un diagnóstico preciso y oportuno, nuevas oportunidades para las personas que viven con TDAH.

Asimismo cada vez existen más iniciativas y asociaciones para dar apoyo tanto a los pacientes como a las familias. En la página de la Federación española de asociaciones de ayuda al déficit de atención e hiperactividad se puede consultar una lista de asociaciones de TDAH en España.

Libros sobre el TDAH en adultos

Concluimos este artículo en profundidad sobre qué es el TDAH en adultos, con una lista de libros para profundizar en este tema:

  • TDAH en el Adulto. la respuesta a todas tus preguntas, Juncal Sevilla, Editorial Universo de Letras.
  • Tomar el control del TDAH en la edad adulta: 23 (con vivencias), Russell A. Barkley, Editorial Octaedro.
  • Tdah en Adultos: Prosperando como Mujer con Hiperactividad y Déficit de Atención. Estrategias Definitivas para el Manejo de la Sobrecarga, Emociones y Pensamientos Acelerados, Estelle Rose, Editorial Rosali Publishing.
  • El adulto con TDAH, el gran olvidado (Educación especial y dificultades de aprendizaje), Federación Española de Asociaciones de TDAH, Editorial Ciencias de la Educación Preescolar y Especial.
Bibliografía
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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