“Lo tengo todo. O, al menos, no tengo ningún motivo aparente que pueda hacerme infeliz. Tengo una familia que me quiere, un techo bajo el que dormir, un trabajo que en general me satisface. Pero cuando me voy a dormir por la noche siento una sensación de vacío interior y de falta de plenitud, y me siento triste.
”Los días pasan sin que consiga realmente disfrutar de nada. Intento preguntarme qué me falta, pero no encuentro la respuesta”.
¿A quién no se le han pasado alguna vez estos pensamientos por la cabeza? ¿Quién no ha sentido alguna vez que pasan los días y no deja de experimentar ese sentimiento de vacío emocional? En este artículo profundizaremos en el significado de vacío emocional o vacío interior, e intentaremos responder a las preguntas más frecuentes sobre este tema.
¿Qué significa sentir un vacío emocional?
La sensación de sentirse vacío puede estar asociada a diversos estados emocionales, considerados normalmente poco positivos. Es como si faltase algo esencial, algo que da color y profundidad a nuestra existencia. Pero, ¿qué es el vacío interior? ¿Cómo saber si tenemos un vacío emocional?
El sentimiento de vacío emocional, en psicología, puede estar asociado a diversas emociones y circunstancias. Las emociones más comunes que pueden acompañar a una sensación de vacío pueden ser:
- el aburrimiento,
- la apatía,
- la tristeza, y
- la vergüenza.
¿Cuáles son los síntomas del sentimiento de vacío?
Sentirse solo y vacío no es algo que se manifieste únicamente a nivel mental, sino que también se puede traducir en sensaciones físicas como:
- un nudo en la garganta,
- una sensación de cansancio y pesadez, o
- molestias en algunas partes del cuerpo.
Mientras se trate de momentos aislados, no hay de qué preocuparse. Nuestras vidas también están compuestas de estos momentos, de días más duros que otros y de emociones de todos los colores.
El vacío está relacionado con la propia naturaleza de la existencia humana. Pero, cuando los pensamientos y el sentimiento de vacío emocional perduran en el tiempo hasta el punto de imponerse en nuestra vida —lo cual puede generar ansiedad, angustia o sentimientos de tristeza profunda—, puede ser útil indagar y encontrar el valor necesario para observar más de cerca estos sentimientos de vacío interior.
¿Cuáles son las causas del vacío emocional?
A veces podemos identificar eventos desencadenantes que crean o agrandan el sentimiento de vacío interior: la sensación de soledad y vacío, la presencia de sucesos dolorosos o traumáticos, o cambios importantes como:
- un luto complicado u otro tipo de pérdida,
- la percepción de fracaso —en las relaciones, por ejemplo—, que nos puede llevar a experimentar un vacío emocional por un amor que se ha acabado o un amor no correspondido,
- un período particularmente complejo en nuestra vida personal o profesional, como cuando decidimos cambiar de trabajo, o
- un traslado, como cuando elegimos ir a vivir al extranjero.
En cambio, otras veces no es posible identificar con precisión la causa que desencadena dicho vacío emocional. En ese caso, es probable que no hayamos escuchado nuestras emociones y que hayamos hecho las cosas guiados por el sentido del deber o por costumbre, sin encontrar una verdadera finalidad para nuestras acciones y sin pararnos por un momento a elegir qué dirección tomar en nuestra vida.
Cuando nos resulta difícil conectar con nosotros mismos, corremos el riesgo de no conocernos a fondo, no saber qué queremos, qué nos hace estar bien o dónde queremos llegar, y nos ponemos en piloto automático.
Vacío emocional y psicopatología
Los sentimientos de vacío interior también pueden representar síntomas de trastornos mentales más complejos. Por ejemplo, la depresión y el vacío emocional suelen estar relacionados: la persona que experimenta síntomas depresivos puede “sentirse vacía por dentro”, sin esperanza y con falta de interés por actividades que antes le resultaban agradables.
Las personas que se ven afectadas por otros trastornos del estado de ánimo, como el trastorno bipolar, también pueden experimentar la sensación de sentirse vacío o cansado. En estos casos, la persona experimenta “altibajos emocionales” durante los que se alternan momentos de euforia y de depresión profunda.
Precisamente durante estas fases depresivas es cuando el sentimiento de vacío emocional se puede volver especialmente intenso, mientras que durante las fases maníacas se puede percibir una sensación de inquietud cuyo fin es llenar dicho vacío con actividades frenéticas e impulsivas.
También hay otros trastornos como el trastorno límite de la personalidad, que hace que el individuo experimente inestabilidad emocional y falta de sentido de uno mismo. El sentimiento de vacío en la persona con trastorno límite provoca la falta de percepción de una identidad estable.
En el trastorno de personalidad narcisista también pueden aparecer sentimientos de vacío, soledad y depresión. El vacío interior del narcisista habla de la “herida narcisista”, una herida antigua que revela la fragilidad de la persona que padece este trastorno.
Asimismo, en los trastornos de la conducta alimentaria también puede manifestarse el sentimiento de vacío emocional, que a menudo se llena con atracones (como en el caso de la adicción a la comida) o se afronta intentando mantener una sensación de control sobre uno mismo y sobre sus emociones mediante el rechazo de la comida como sucede con la anorexia nerviosa.
Llenar el vacío interior: la reacción más común
Cuando nos sentimos vacíos y cansados, lo primero que solemos hacer es intentar llenar dicho vacío con cosas que, efectivamente, pueden parecer llenarlo en un primer momento: se busca en el exterior algo que pueda llenar el vacío que sentimos en el interior.
De modo que nos dedicamos a comprar bienes materiales, en algunas ocasiones caros, a comer para no sentir nuestras emociones (como sucede con el hambre emocional), a adentrarnos en relaciones poco sanas, a cargarnos de compromisos laborales y a pasar tantísimo tiempo en las redes sociales hasta el punto de llegar a desarrollar una adicción.
Todas estas acciones pueden aliviar nuestro sentimiento de vacío y darnos la impresión de que estamos mejor, pero solo temporalmente, porque ese vacío vuelve. Entonces, ¿qué podemos hacer para llenar el vacío interior? Probablemente, en estos casos, esta misma pregunta es la que nos lleva a intentar soluciones fallidas. Así que probemos a cambiar de perspectiva.
Cómo (dejar de) llenar el vacío emocional
El vacío emocional no se puede llenar de golpe. No vamos a encontrar aquello que nos falta “esperando que caiga del cielo” o intentando llenarlo con algo que esté fuera de nosotros mismos. Es necesario emprender un viaje que empiece dentro de nosotros.
A continuación recogemos algunos pasos necesarios por los que empezar:
- Intentar entender cuál puede ser la causa de este vacío. Entender qué nos hace estar mal es el primer paso para cambiar, así que prueba a plantearte preguntas como:
- ¿Cuándo has empezado a sentir este vacío?
- ¿Ha sucedido alguna cosa en particular en ese período de tu vida?
- ¿Percibes más este vacío en algunos momentos del día que en otros?
- ¿En qué áreas de tu vida este vacío se presenta con más intensidad?
- Desarrollar la aceptación de todo lo que no tenemos el poder de cambiar, para adaptarnos a las situaciones con conciencia, apertura e interés. En este caso, el mindfulness es una técnica que puede ayudar mucho.
- Entender los valores. Los valores, como una brújula, nos indican la dirección que tenemos que tomar en nuestra vida y aquello qué es realmente importante para nosotros, y responden a la pregunta “¿qué tipo de persona quieres ser?”.
- Planificar acciones que estén alineadas con nuestros valores. No es necesario que se trate de acciones enormes, de hecho está bien empezar paso a paso, con pequeñas acciones diarias que, al estar guiadas por nuestros valores, nos permitirán tener una vida más plena, rica y significativa.
El hecho de actuar de acuerdo con aquello que es importante para nosotros no tiene por qué significar hacer lo que sea más fácil. Al contrario, la mayoría de las veces requiere un gran esfuerzo, implicarse en algo que puede que no hayamos hecho nunca y tener el valor de salir de nuestra zona de confort.
Por lo tanto, podríamos decir que, para dejar de intentar llenar a toda costa ese vacío emocional, resulta útil probar a prestar atención no solo a las circunstancias externas de nuestra vida, sino también al estado de nuestra mente.
Este trabajo interior nos puede ayudar a conectar con nuestro lado más auténtico y ser coherentes con quién somos, viviendo el momento presente y aprendiendo a apreciar y a mostrar gratitud por todas las pequeñas cosas de nuestro día a día.