En el vasto panorama de la comprensión de los trastornos mentales, un nuevo amanecer se vislumbra en el horizonte. El paso de la edición DSM-5 a la nueva versión revisada, el DSM-5-TR, es una evolución importante que actualiza los mapas y dibuja otros nuevos para explorar los territorios inaccesibles de la psique humana.
Empezamos nuestro viaje con una mirada al pasado reciente, es decir, al DSM-5, que supuso un hito en la clasificación de los trastornos mentales. Con criterios diagnósticos más definidos y una terminología actualizada, en 2013, el DSM-5 abrió las puertas a un análisis más profundo de los trastornos mentales. Proporcionó a los profesionales de la salud mental las herramientas necesarias para afrontar retos complejos y mejorar la precisión de los tratamientos ofrecidos a los pacientes.
Las diferencias entre el DSM-IV y el DSM-V estaban relacionadas principalmente con:
- la eliminación del sistema multiaxial,
- la introducción de nuevas categorías diagnósticas,
- la reorganización de los trastornos del espectro autista,
- nuevos criterios diagnósticos del trastorno de estrés postraumático y de la esquizofrenia, y
- la introducción de nuevos trastornos, como el de la desregulación disruptiva del estado de ánimo.
El DSM-5-TR se presenta como una guía fiable ante un panorama complejo, al aportar modificaciones y mejoras que influirán en nuestra percepción de la salud mental.
Esta edición revisada introduce:
- nuevos trastornos,
- una perspectiva dimensional con más matices,
- una terminología más inclusiva.
En este artículo, exploraremos las dimensiones de esta transición examinando los detalles de las modificaciones y sus implicaciones para la práctica clínica. Es una oportunidad de crecimiento y enriquecimiento para los profesionales de la salud mental, así como una oportunidad para afinar nuestra comprensión y mejorar el bienestar de los pacientes.
Nos embarcaremos en este viaje entre las páginas del DSM-5, siguiendo el recorrido desde su nacimiento hasta sus evoluciones más recientes, y descubriremos cómo este manual se está convirtiendo en una guía fundamental para la comprensión y el diagnóstico de los trastornos mentales.
Un camino que reconoce la complejidad de la mente humana y la búsqueda constante de claridad, incluso en las situaciones más difíciles.
Las actualizaciones clave entre el DSM-5 y el DSM-5-TR: un análisis profundo de las diferencias diagnósticas
La quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) ha representado durante la última década uno de los pilares de la práctica clínica y la investigación psicológica, y ha proporcionado una guía esencial para la evaluación y el diagnóstico.
Sin embargo, el ámbito de la salud mental está en constante evolución y las psicopatologías también cambian a medida que la sociedad se transforma. Para permanecer a la vanguardia y hacerlo con relevancia, el DSM ha sido objeto de varias ampliaciones a lo largo de los años.
Esto nos conduce a la edición más reciente, el DSM-5-TR, o Texto Revisado, una interpretación revisada del DSM-5 que tiene como objetivo mejorar con precisión no solo la enmarcación de los trastornos mentales, sino también el lenguaje que comparte la comunidad científica para hablar de los mismos.
Cabe recordar que la distinción entre una revisión del texto del DSM y una nueva edición es fundamental para entender cómo evoluciona en el tiempo esta importante herramienta.
Una nueva edición del DSM se publica cuando se producen avances significativos en el ámbito de la salud mental, que justifiquen la creación de nuevos conjuntos de criterios diagnósticos o la revisión sustancial de criterios y la retirada de trastornos antes incluidos.
En cambio, una revisión del texto del DSM se publica cuando se considera necesario aportar una serie de modificaciones en el texto que acompaña a la descripción de los trastornos y sus criterios, basadas en nuevas pruebas o en la necesidad de aportar más claridad.
En el caso del DSM-5, tras su publicación en 2013, a lo largo de los años se han ido introduciendo correcciones ocasionales en el texto. El DSM-5-TR recoge y aporta revisiones adicionales, lo que representa una revisión sistemática del texto, basada en la literatura científica publicada durante los diez años sucesivos al desarrollo del DSM-5.
Desde las estadísticas de prevalencia hasta las características asociadas y desde el desarrollo y el curso hasta los factores de riesgo y el pronóstico, pasando por los marcadores diagnósticos, el texto ha sido ampliamente revisado y adecuado a los hallazgos científicos actuales y los nuevos retos presentes en el ámbito de la salud mental.
El volumen, editado por más de doscientos expertos, ofrece una visión completa y actualizada de:
- los criterios diagnósticos,
- los sistemas de codificación y
- las descripciones de los trastornos.
Entre las novedades más significativas del DSM-5-TR surge un creciente interés por los aspectos socioculturales, como demuestra la inclusión de consideraciones sobre los efectos del racismo y la discriminación en los trastornos mentales. Esta elección supone un paso importante hacia una comprensión más completa e inclusiva de los factores que influyen en la salud mental, al reconocer la importancia de los contextos sociales y culturales en el análisis de los trastornos psicológicos.
Asimismo, se presta especial atención a los temas relacionados con el género, al promover el uso de un lenguaje inclusivo para reflejar con mayor precisión las experiencias de las personas. La codificación de los trastornos en el DSM-5-TR sigue la versión más reciente de la CIE-10-CM y también se introducen nuevos especificadores para garantizar una terminología precisa, auténtica y respetuosa con la diversidad.
También se han incluido más de 50 actualizaciones de codificación nuevas para el DSM-5-TR, que abarcan una amplia variedad de trastornos, entre los que se incluyen los relacionados con la intoxicación y la abstinencia de sustancias y otros trastornos. Estos cambios tienen como objetivo proporcionar una herramienta de diagnóstico más precisa e inclusiva para los profesionales de la salud mental.
Por último, se ha incluido una sección completamente nueva denominada “Introducción” y “Uso del Manual”. Una actualización destinada a proporcionar un apoyo esencial a los usuarios del manual, con el fin de facilitar la comprensión y el uso eficaz de su información y directrices.
Actualización de los criterios diagnósticos
Como hemos mencionado anteriormente, uno de los cambios más evidentes entre el DSM-5 y el DSM-5-TR está relacionado con la actualización de 70 criterios diagnósticos de diferentes trastornos mentales. Estas modificaciones no se han implementado a la ligera, sino que son el resultado de estudios en profundidad y nuevos descubrimientos en el ámbito de la psicología clínica. El objetivo principal de estas actualizaciones es mejorar la precisión de los diagnósticos proporcionando a los clínicos herramientas más eficaces para identificar y tratar a los pacientes.
Por ejemplo, se han revisado los criterios de los trastornos del estado de ánimo como la depresión y el trastorno bipolar teniendo en cuenta las variaciones individuales en la manifestación de los síntomas. Esta atención a la dimensionalidad es un paso adicional para reconocer que los trastornos mentales pueden manifestarse de diferente forma de una persona a otra.
Nuevos diagnósticos en el DSM-5-TR
El DSM-5-TR también ha introducido algunos trastornos nuevos que no estaban presentes en la edición anterior.
Se ha introducido el Trastorno de duelo prolongado (Prolonged Grief Disorder), reconocido como trastorno diagnosticable con base en años de investigación y experiencia clínica. Se ha descubierto que algunas personas viven un dolor prolongado tras la pérdida de un ser querido, que persiste durante al menos un año o más.
Este dolor se caracteriza por un intenso deseo o preocupación por los pensamientos o recuerdos de la persona fallecida, que se produce casi a diario desde su muerte. Dichos síntomas son tan graves que afectan a la vida diaria normal de la persona. Asimismo, la duración y la intensidad de esta reacción al duelo son claramente superiores a lo que se esperaría en función de los parámetros sociales, culturales o religiosos de la persona.
Haberlo añadido reconoce la importancia de afrontar auténticamente el dolor prolongado asociado a la pérdida de un ser querido. Su inclusión en el manual refleja la creciente atención que se presta a la salud mental relacionada con el duelo y ofrece a los clínicos herramientas más eficaces para entender y tratar esta compleja experiencia.
Sin embargo, es importante subrayar que la creación del diagnóstico de un trastorno de duelo prolongado no tiene como objetivo patologizar el sufrimiento en general. No se trata de etiquetar cualquier tipo de dolor tras la pérdida como un trastorno. Al contrario, este diagnóstico se reserva a las personas cuyo dolor es tan intenso e incapacitante que requiere cuidados especializados y específicos.
Es una manera de reconocer y proporcionar apoyo a quienes están experimentando un dolor que va mucho más allá de la experiencia normal del duelo y que requiere una intervención terapéutica adecuada.
Asimismo, se han incluido códigos específicos de conducta suicida y autolesiones no suicidas, para que estén disponibles para todos los médicos de cualquier disciplina, sin la necesidad de efectuar diagnósticos adicionales. Estos códigos permiten que los clínicos registren y monitoricen estas conductas sin la necesidad de realizar un diagnóstico adicional, lo que mejora tanto la gestión de los riesgos asociados a dichos comportamientos como la prevención.
También se ha restaurado el trastorno del estado de ánimo no especificado, para los casos en los que los síntomas de los pacientes no satisfacen por completo los criterios diagnósticos ni para el trastorno bipolar, ni para el trastorno depresivo. Esta categoría diagnóstica ofrece un espacio para identificar y tratar a los pacientes cuya presentación clínica puede que sea compleja o no se ciña a los criterios específicos de otros trastornos del estado de ánimo.
De esta manera, los profesionales de la salud mental pueden “personalizar” los diagnósticos para adaptarlos mejor a las necesidades particulares de los pacientes y garantizar así un tratamiento adaptado y eficaz.
Modificaciones en la terminología y la nomenclatura
El DSM-5-TR ha introducido modificaciones significativas en la terminología y la nomenclatura para reflejar mejor las experiencias de las personas transgénero y fomentar así un lenguaje más inclusivo y respetuoso.
Estos cambios no se limitan únicamente a la identidad de género, sino que también tienen en cuenta otras condiciones clínicas, como el cambio de “discapacidad intelectual” a “trastorno del desarrollo intelectual” y de “trastorno de conversión” a “trastorno de síntomas neurológicos funcionales”. Además, en el ámbito de la psiquiatría y la farmacología, el término “neuroléptico” se ha sustituido por “antipsicótico”.
Estas modificaciones reflejan el compromiso para una comunicación más precisa y una comprensión más profunda en el ámbito de la salud mental, lo que promueve una práctica clínica más sensible a las necesidades de las personas y las diferentes condiciones clínicas.
La inclusividad en el DSM-5-TR: terminología sensible y especificadores de la disforia de género
Un aspecto fundamental de estas nuevas aplicaciones es la importancia de la inclusividad. El DSM-5-TR hace hincapié en la necesidad de respetar y apoyar a la variedad de identidades de género y orientaciones sexuales.
Se han aportado modificaciones significativas y nuevas aplicaciones relacionadas con la disforia de género, lo cual refleja una mayor concienciación sobre los retos y las experiencias de las personas transgénero y de género diferente. Estos cambios reflejan el compromiso para realizar diagnósticos y tratamientos más sensibles e inclusivos en lo que respecta a la identidad de género.
Una de las modificaciones más evidentes se ha producido en la adopción de una terminología más sensible a la cultura. Este aspecto es fundamental para garantizar que el lenguaje que se usa en contextos clínicos es respetuoso con las diferentes identidades de género y las experiencias de las personas transgénero. Esto contribuye a crear un ambiente terapéutico más acogedor e inclusivo.
Asimismo, el DSM-5-TR ha introducido nuevos especificadores para la disforia de género, lo que permite que los profesionales de la salud mental puedan afinar más el diagnóstico. Estos especificadores tienen en cuenta los diversos matices de las experiencias transgénero y reconocen así que cada persona puede vivir la disforia de género de una forma única.
El cambio en los términos que se utilizan es un aspecto importante. Por ejemplo, el paso del término “género deseado” a “género experimentado” refleja mejor la naturaleza fluida de las identidades de género y las experiencias personales.
De igual manera, el término “procedimiento médico de sexo cruzado” se ha cambiado por “procedimiento médico de afirmación de género” para reflejar mejor el objetivo principal de dichos procedimientos o, más concretamente, confirmar la identidad de género de la persona. Este cambio tiene como objetivo evitar un lenguaje que pueda dar lugar a malentendidos o estigmatización.
Asimismo, se ha adoptado un enfoque más inclusivo para referirse a la asignación de género en el nacimiento. En lugar de utilizar términos como “macho natal o mujer natal”, ahora se hace referencia a “masculino/femenino asignado individualmente al nacer”.
Esta modificación reconoce la complejidad de las experiencias de género y la posibilidad de que la asignación del género en el nacimiento puede que no sea definitiva para todos. Esto refleja una mayor sensibilidad a las diversas identidades de género y experiencias de las personas transgénero.
En resumen, las nuevas aplicaciones relacionadas con la disforia de género en el DSM-5-TR suponen un paso adelante en el enfoque del diagnóstico y el tratamiento, lo que demuestra una mayor comprensión y sensibilidad hacia las experiencias de las personas transgénero y de género diferente. Esto tiene como objetivo garantizar un apoyo más adecuado y respetuoso para quienes buscan ayuda en su transición de género y los retos asociados a la identidad de género.
Simplificar la comprensión y la comunicación: nuevas denominaciones para los trastornos intelectuales y neurológicos
En línea con los cambios de los términos relativos a la identidad de género, el DSM-5-TR también ha introducido nuevas denominaciones para otras afecciones y tratamientos. Por ejemplo, como hemos mencionado anteriormente, la “discapacidad intelectual” ha sido renombrada como “trastorno del desarrollo intelectual” para reflejar mejor la naturaleza del trastorno y resaltar su relación con el desarrollo intelectual.
Asimismo, el “trastorno de conversión” ha sido redefinido como “trastorno de síntomas neurológicos funcionales” para describir de forma más precisa la afección y subrayar el origen funcional de los síntomas neurológicos. Estas modificaciones de denominación tienen como objetivo mejorar la comprensión y el diagnóstico de estas condiciones clínicas, así como facilitar una comunicación más eficaz entre los profesionales de la salud mental.
Por último, en el ámbito de la psiquiatría y la farmacología el término “neuroléptico” ha sido reemplazado por “fármaco antipsicótico” cuando se refiere al tratamiento de síntomas psicóticos y por “antipsicótico o agente bloqueador del receptor de dopamina” en referencia a la clase farmacológica.
Este cambio de denominación se ha realizado para reflejar de forma más exacta la función de dichos fármacos en la gestión de los síntomas psicóticos, en lugar de referirse a sus efectos sobre el sistema nervioso central.
El término “antipsicótico” es más apropiado, ya que sugiere su papel principal en el tratamiento de los trastornos psicóticos y en la reducción de los síntomas asociados. Esta adaptación de la terminología tiene como objetivo mejorar la comprensión y la comunicación con respecto a estos fármacos en la práctica clínica y la investigación.
Diferencias entre el DSM-5-TR y la CIE-10-CM
El DSM-5-TR y la CIE-10-CM (Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª Revisión, modificación clínica) son herramientas ampliamente utilizadas en el ámbito de la salud mental, pero tienen algunas diferencias y difieren en su enfoque y propósito.
El DSM-5-TR se centra en criterios diagnósticos detallados y orientaciones clínicas para trastornos mentales, y se utiliza principalmente en contextos clínicos y de investigación. Mientras que la CIE-10-CM, promovido por la OMS, tiene un mayor alcance, ya que incluye todas las enfermedades y prioriza la estandarización global y la codificación para estadísticas y servicios de salud.
Aunque ambas herramientas comparten una base común en la codificación de los trastornos mentales, el DSM-5-TR adapta los códigos de la CIE-10-CM para un enfoque más clínico y aporta información adicional sobre la prevalencia, los factores de riesgo y el tratamiento. Por su parte, la CIE-10-CM tiene descripciones más concisas, más orientadas a la recopilación de datos y la gestión administrativa.
Como ya se ha comentado anteriormente, una de las novedades más significativas del DSM-5-TR es la incorporación de un lenguaje más inclusivo y sensible a temas como la identidad de género y los factores socioculturales, lo que refleja cierto compromiso con la diversidad. En cambio, la CIE-10-CM mantiene un enfoque más técnico y estandarizado, adaptado a la codificación global.
Reflexión final sobre el DSM-5: objetivos y retos para el diagnóstico
En este fascinante viaje por el paso del DSM-5 al DSM-5-TR hemos sido testigos de la evolución continua de nuestra comprensión de los trastornos mentales. El DSM-5 sentó las bases al proporcionar un mapa inicial de este complejo territorio.
Ahora, con el DSM-5-TR, estamos abriendo nuevos horizontes, explorando detalles con más matices y afrontando retos más complejos para el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales.
Este viaje refleja el compromiso constante de la comunidad científica y los profesionales de la salud mental para profundizar en el conocimiento de las mentes humanas. Mientras cruzamos este umbral hacia la era del DSM-5-TR, no podemos evitar sentirnos entusiasmados por las perspectivas que se abren ante nosotros.
Es un camino que honra la complejidad de la mente humana y la determinación de buscar la claridad incluso en las situaciones más intrincadas. Esta nueva era del DSM-5-TR representa un capítulo emocionante en nuestra exploración de la psique humana, un capítulo en el que podemos esperar descubrir cada vez más sobre la naturaleza humana y mejorar la calidad de vida de quienes se enfrentan a trastornos mentales.