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Secuestro emocional o… perder los papeles

Secuestro emocional o… perder los papeles
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Redacción
Unobravo
PUBLICADO EL
24.10.2022

Que tire la primera piedra quien no se haya dejado alguna vez arrastrar por una emoción y haya reaccionado de forma desproporcionada...Nos ha pasado a todas las personas. A veces, nos dejamos llevar por ataques de ira, la rabia o el miedo y nos llevan a, como se suele decir, perder los papeles.  

No te preocupes, no necesariamente es que tengas un carácter terrible, es que has sido víctima de un secuestro, un secuestro emocional. Sí, sí, como lo lees, tus propias emociones te han secuestrado. 

No te pierdas la información que te vamos a dar en este artículo en el que, no solo te explicamos qué es un secuestro emocional, también te hablaremos de qué causas lo producen y cómo evitarlo.

Qué es el secuestro emocional: definición

Nuestro cerebro es una pieza compleja formada por una parte más emocional (sistema límbico) y una parte más racional o pensante (neocórtex). Lo habitual, es que haya un equilibrio entre ambas partes y que la emoción de forma a la mente racional y la razón ajuste las situaciones emocionales. 

Pero, ¿qué ocurre si la parte emocional, o el cerebro límbico, responde con mayor velocidad que la parte racional? Pues que las reacciones no han pasado por el análisis de lo racional. Es ahí cuando al sentir la emoción te dejas secuestrar por ella, ya que tu parte más racional ha cedido el poder a la parte puramente emocional y la emoción secuestra a la razón.

En ese momento, cuando las emociones nos invaden y nos ciegan quedamos atrapados en ellas y podemos tener esas reacciones desproporcionadas, en las que podemos ponernos a discutir acaloradamente con alguien y por algo que, bien mirado y a posteriori, nos damos cuenta que no era tan importante. 

Por qué y cómo se produce el secuestro emocional

Fue el psicólogo e investigador en inteligencia emocional Daniel Goleman quien acuñó la expresión secuestro emocional o secuestro de la amígdala. Él explicó el motivo de por qué algunas situaciones se nos van de las manos y acabamos estallando. En su libro Inteligencia emocional dedica uno de los capítulos al también llamado asalto emocional.

Lo habitual es que procesemos la información a través del neocórtex o cerebro pensante (donde ocurre la lógica) y de ahí se envíe la información a la amígdala. Pero ¿qué sucede si tenemos un secuestro emocional?

 A veces, ante determinadas situaciones, las señales llegan directamente al cerebro emocional, en lugar de a la parte racional, y entonces es la amígdala quien toma el mando del cerebro y hace que persona quede paralizada o que reaccione de forma irracional o descontrolada. La respuesta emocional "puede tomar el control del resto del cerebro en milisegundos si se siente amenazada", dice Goleman.

Qué pasa en el cerebro durante el secuestro emocional

La amígdala funciona como un vigilante del cerebro y entre sus funciones está la de atisbar posibles amenazas. Por eso, hace revisiones de las situaciones y se plantea: "¿Esto es algo que me da miedo? ¿Me puede hacer daño? ¿Odio esto?" Y si la respuesta es afirmativa da la señal de alarma a nuestro organismo para que se prepare para defendernos ante “la amenaza”. Entonces, se dispara la secreción de una serie de hormonas que nos preparan para huir o para luchar. 

Los músculos se tensan, se agudizan los sentidos y nos ponemos en alerta. La amígdala toma el poder y nuestro cerebro lo consiente ya que hay un aviso de peligro y es una cuestión de supervivencia.

¿Cuánto dura un secuestro emocional? Depende de los casos, pero puede durar entre minutos y alrededor de cuatro horas.

Como consecuencia del secuestro emocional, es habitual tener lagunas en la memoria y que cuando alguien te pregunte por lo que ocurrió exactamente no consigas recordar cosas como qué fue lo que te dijeron, cómo iba vestido tu interlocutor etc. Esto ocurre porque no ha habido comunicación entre el cerebro límbico y el neocórtex y nuestro hipocampo se ha visto afectado.

Si deseas profundizar en la anatomía de un secuestro emocional puedes leer este estudio de Max Ruíz en Academia. 

Qué pasa en el cerebro durante el secuestro emocional
Fotografía Gustavo Fring (Pexels)

Las causas que pueden producir un secuestro emocional 

La verdad es que en todo este proceso de asalto emocional hay un componente evolutivo. El secuestro emocional de Goleman era un mecanismo básico de supervivencia en nuestros antepasados cuando se encontraban ante el peligro y por instinto tenían dos opciones: atacar o huir.   

En la actualidad, a nosotros son el estrés, la inseguridad, los celos etc., los que pueden favorecer que tengamos un secuestro de la parte lógica por la parte emocional. 

Ejemplos de secuestro emocional

Imagina que estás hablando con alguien de un tema que te afecta y, en un momento dado, esa persona dice algo que te molesta o incluso que te ofende. Empezarás a notar los síntomas que da el secuestro emocional: se te acelera el pulso, tu tono empieza a ser más agresivo, incluso más alto. Y llega un punto que, aunque te pidan calma, tú no logras calmarte y la conversación acaba derivando en una discusión en la que se pierden los estribos. La amígdala es rápida y ni siquiera da tiempo a sentir miedo a perder el control.

Esto suele ocurrir con las seis emociones básicas de las que hablaba el psicólogo Paul Ekman: 

  • alegría;
  • ira;
  • miedo;
  • tristeza;
  • asco; 
  • sorpresa. 

Mientras que una emoción como la alegría puede llevarte a un ataque de risa que no puedes controlar (esto también es un secuestro emocional) el miedo puede provocar que grites o llores, por ejemplo.

Secuestro emocional en niñez y adolescencia

Otros ejemplos en los que se produce el secuestro emocional los encontramos en casos de bullying. Cuando un niño o niña sufre acoso (si es en el colegio, bullying) también sufre un secuestro emocional que lo bloquea e incapacita.  

Desbordarse emocionalmente o sufrir un secuestro emocional en la niñez y la adolescencia es bastante normal. En esas edades no se tienen los mismos recursos que las personas adultas para gestionar las emociones. 

Por ejemplo, las típicas rabietas durante la infancia no dejan de ser una falta de control sobre las emociones. También el secuestro emocional en la adolescencia viene dado por unos menores recursos para gestionar las emociones, y por la intensidad con la que se vive todo en esa etapa de nuestras vidas.

Secuestro emocional en la pareja

Podemos sufrir un secuestro emocional con cualquier persona, así que entre parejas también se produce, llegando en algunos casos a tal nivel de ira que se use la violencia.

El secuestro emocional también puede darse cuando se comete infidelidad. Ante la situación tensa de sentir la amenaza y el peligro de ser descubiertos, la amígdala acaba tomando el mando. 

secuestro de la amigdala o asalto emocional
Fotografía de Yan Krukov (Pexels)

Cómo evitar el secuestro emocional 

¿Cómo se puede evitar el secuestro emocional? Es normal buscar respuesta a esta pregunta , nadie sentimos orgullo de nuestra reacción tras un secuestro emocional con la pareja, los hijos, los compañeros de trabajo…

Durante un secuestro emocional, las capacidades de escuchar, pensar y hablar con claridad se ven disminuidas, por lo tanto aprender a tranquilizarse es absolutamente necesario. Veamos qué se puede hacer:

  • Es fundamental el autoconocimiento emocional y psicológico, para saber qué es lo que nos puede provocar este secuestro emocional. Podemos hacernos preguntas para descubrir aquellas situaciones en las que solemos ser víctimas de un asalto emocional, en qué momento sucede, qué estamos sintiendo…
  • Nota las señales físicas que se producen en tu cuerpo, ¿cuáles son los síntomas físicos más frecuentes que preceden al secuestro emocional? De esta forma, reconociéndolos y entrenando, serás capaz de llegar a detenerlo (aunque no siempre).
  • Aprender a identificar las emociones y así podrás expresarlas mejor y con asertividad.
  • Ser víctima de nuestras propias emociones nos puede poner en graves aprietos y generar problemas innecesarios.

Si no puedes evitar perder los nervios ante cualquier situación estresante o te cuesta controlar la ira, ahora que sabes las consecuencias de tener una amígdala muy activa, puedes buscar la ayuda de un psicólogo, como los psicólogos online de Unobravo, para que te ayude con una posible a controlar tus emociones, te de técnicas de relajación o trate una posible desregulación emocional.

Bibliografia

Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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