A veces, rememorar con nostalgia tiempos que ya no son de nuestra vida actual puede ser un dulce refugio, una inmersión en un mundo nostálgico que conocemos bien y que nos ha marcado profundamente. Pero vivir anclados en el pasado es una forma de perder de vista el presente.
El pasado engloba todas las experiencias que nos han llevado a nuestro "aquí y ahora" a través de un proceso claramente definido. Es un baúl lleno de recuerdos felices y tristes, de decisiones malas y afortunadas, de sorpresas y acontecimientos, de personas que estuvieron a nuestro lado y luego se fueron de nuestras vidas.
Lo que significa vivir en el pasado
Cuando nos refugiamos en un tiempo lejano, el pasado vuelve como una obsesión, influyendo en el comportamiento, los pensamientos, las emociones y las elecciones. Es un fantasma que desvía la atención y la energía que podríamos utilizar en nuestra vida cotidiana y que, en silencio, ata y atrapa.
"Vivir en el pasado es elegir morir en el presente y negarse la posibilidad de disfrutar de un futuro mejor". Anónimo
"Viajar" muchas veces al día a un tiempo y un espacio que ya no existen es tiempo perdido, son oportunidades desperdiciadas y posibilidades ignoradas en el aquí y ahora. Al hacerlo se está ausente, distraído, con la cabeza en otro mundo, sin el más mínimo interés por lo que nos rodea y el único y absoluto enfoque se da a lo que uno fue, a lo que tuvo, a lo que perdió.
¿Por qué nos quedamos atrapados en el pasado?
Muchas personas convierten el pasado en su presente, negándose a aceptar la realidad y viviendo la vida de forma pasiva, como si se detuvieran en el tiempo. Hay muchas razones por las que la gente decide refugiarse y vivir en el pasado, por ejemplo:
- Un amor del que no nos podemos separar.
- Un estatus social que se poseía y que, por diversas vicisitudes, ya no tenemos.
- Un acontecimiento traumático que ha roto el equilibrio, ha generado una angustia y vuelve continuamente a nuestra mente.
- Un aspecto de la identidad ya pasado que ha quedado idealizado, al que no se puede renunciar y que ya no forma parte de nosotros en el presente, como la juventud, la apariencia o las capacidades físicas.
Todos las personas podemos tener nostalgia del pasado, pero es importante distinguir este sentimiento de la obsesión por volver siempre atrás y quedarse a vivir en él.
Hay algunas señales que pueden poner de manifiesto la dificultad de dejar atrás el pasado:
- El pasado ocupa más espacio que el presente en los pensamientos y conversaciones.
- Se idealizan cualidades de una persona, o aspectos de circunstancias pasadas, y se minimizan los negativos.
- Hay una recreación en los detalles individuales de un episodio determinado de nuestra vida, de cada escena, y el recuerdo se convierte en una obsesión.
- Sentimiento de falta de preparación o capacidad de afrontar nuevas situaciones.
El pasado como recurso valioso
Vivir en el pasado y volcar todas las energías y la mirada hacia atrás indica plenamente el miedo al presente, al devenir incierto de la vida, a lo inesperado. Aferrarse al pasado se convierte en un refugio seguro, aunque el precio sea el sufrimiento de "despertar".
La solución no es borrar el pasado, porque nuestra historia constituye nuestra identidad, se trata de aceptarlo como un pensamiento que surge espontáneamente, pero en el que no nos anclamos. Tenemos que entender el pasado como una riqueza, una experiencia que nos enseña mucho y que es un recurso valioso. Vivir el presente significa abrir la mirada al futuro en vista de nuevas posibilidades aún desconocidas. Significa continuar con nuestro proceso de crecimiento personal, autoconocimiento y mejora de habilidades para alcanzar el bienestar y cumplir nuestras metas vitales.
El pasado nos enseña a vivir el presente con vistas al futuro
Vivir en el pasado, y hacer continuas comparaciones de todo lo que nos sucede con aquello que fue, no permite escuchar y prestar realmente atención ni a las personas que nos rodean en el momento actual ni a las oportunidades que pueden presentarse ante nosotros.
Si vives en el pasado y reconoces la imposibilidad de salir de esa situación, si un sufrimiento y un malestar te impiden vivir una vida alegre y abrirte a nuevas oportunidades, ir al psicólogo puede ayudarte a encontrar el camino correcto para superar ese bloqueo y romper las apretadas y dolorosas cadenas del pasado.