Una de cal y otra de arena, dice el refrán. Aunque en la vida la proporción no sea tan par, lo que es seguro es que entre momentos de armonía, alegría y felicidad, los obstáculos, las adversidades y el dolor también se cruzarán en nuestro camino, y a veces sentiremos que nos hacen tambalear. Cada experiencia, éxito, fracaso, momento especial y dificultad personal nos desafía, nos moldea y, como la cal y la arena, nos sirve para construir y reconstruir.
No podemos evitar los momentos difíciles, pero sí podemos elegir cómo enfrentarlos, y de eso hablamos en este artículo. La protagonista de hoy es la resiliencia, una aliada para superar las contrariedades y seguir adelante.
A lo largo del artículo, explicaremos qué significa resiliencia, veremockos cuáles son las características de una persona resiliente, los beneficios de la resiliencia, te proporcionaremos ejemplos de resiliencia y te daremos claves para aprender a ser resiliente.
Qué es la resiliencia
¿Qué quiere decir resiliencia? La etimología y el origen de la palabra resiliencia nos conduce al latín, al verbo, resilio, resilire que significa saltar hacia atrás, rebotar, es decir, volver a la normalidad. El significado de la palabra resiliencia está muy relacionado con la física, donde se denomina así a la capacidad de los materiales para recuperar su estado inicial tras haber sido sometidos a altas presiones.
Aunque hay distintas definiciones de resiliencia, el origen de la definición de resiliente en psicología se atribuye a John Bowlby, creador de la teoría del apego, diferentes autores como Rutter, Werner, Garmezy, etc., han ido aportando nuevas perspectivas a la definición de resiliencia y a cómo son las personas resilientes. Pero si hay una figura que destaca a la hora de hablar del significado de resiliencia es la de Boris Cyrulnik, neuropsiquiatra que ha dedicado parte de su vida a estudiar cómo las personas pueden recomponerse después de un trauma, en especial de un trauma infantil, y la relación entre apego y resiliencia.
La capacidad de resiliencia en psicología hace referencia a la habilidad del ser humano ante situaciones adversas y situaciones críticas para superarlas integrándolas de forma correcta. En este sentido, la resiliencia es una habilidad social que implica no solo la capacidad de adaptarse individualmente, sino también de interactuar de manera positiva con los demás, apoyándose en redes sociales y utilizando recursos comunitarios para afrontar y superar las dificultades (lo que también se conoce como coping o afrontamiento).
Con todo, mientras hay quienes superan las peores situaciones, otras personas quedan atrapadas en el dolor. Ser resiliente no es solo caerse y levantarse, resiliencia significa caerse y levantarse con fortaleza, con una transformación.
Nos puede ayudar a entender mejor qué quiere decir resiliencia el kintsugi, una técnica centenaria japonesa. Cuando una pieza de cerámica se rompe, sus trozos se encajan y unen con un barniz espolvoreado de oro para volver a tener la pieza entera, eso es el kintsugi. El ser humano, como la cerámica, también es frágil y vulnerable, y es la resiliencia la que como el barniz dorado nos ayuda a reconstruirnos. ¡Ojo! No estamos romantizando el dolor. En el kintsugi se necesita paciencia. El secado del barniz es lento y a la vez determinante para garantizar la cohesión de las piezas. Las personas también necesitaremos de tiempo, autocuidado y quizás de ayuda para recomponernos, que nuestras heridas cicatricen y resurgir.
Pese a que no existe una clasificación oficial de los tipos de resiliencia, hay quienes hablan de 4 tipos de resiliencia: resiliencia psicológica, resiliencia emocional, resiliencia física y resiliencia comunitaria. En este artículo nos referimos, indistintamente y de forma equivalente, a los conceptos de resiliencia psicológica, emocional y comunitaria.
Diferencia entre resiliencia y resistencia
“No es la especie más fuerte la que sobrevive ni la más inteligente, sino la más receptiva al cambio”, con esta frase, Charles Darwin nos da la clave para entender la diferencia entre ambos conceptos.
La resistencia hace referencia a un aguante estoico y a una fortaleza, podríamos decir pasiva, mientras que la resiliencia es la capacidad de asumir con flexibilidad las adversidades.
Cómo saber si soy resiliente: comportamientos resilientes
Puede que te preguntes: ¿realmente soy una persona resiliente? ¿Cómo saber si una persona es resiliente? Para responder a estas dudas, a continuación vamos a ver cómo es una persona resiliente y qué características tiene:
- Busca o detecta las causas.
- Aprende de la adversidad en lugar de hundirse. Con ese propósito, hace los cambios necesarios para poder afrontar la situación.
- Ve los cambios como metas a superar en lugar de como problemas.
- Tiene capacidad de adaptación y flexibilidad.
- No se centra y entra en el bucle en pensamientos de “¿por qué?, ¿por qué a mí?, ¡qué injusto!”, sino que se enfoca en el cómo, en la manera de hacer frente a la situación.
- Tiene una visión realista.
- Tiene inteligencia emocional y empatía.
- Posee un buen nivel de autoestima.
Ejemplos de resiliencia
A veces, cuando pensamos en un ejemplo de personas resilientes nos pueden venir a la cabeza casos heroicos como el de Nelson Mandela, el de Stephen Hawking o el de millones de personas anónimas como son los refugiados. Sin embargo, ejemplos de resiliencia en la vida cotidiana también podemos encontrar muchos:
- La resiliencia en el trabajo es fundamental, pero ¿y afrontar un despido laboral a los 50 años con el serio problema de edadismo que existe en nuestro mercado de trabajo? Desde luego que requiere de una actitud resiliente.
- Enfrentarse a una enfermedad grave con un tratamiento duro es una situación donde adversidad y superación van de la mano, por lo que es un buen ejemplo de resiliencia.
- La vida nos da, pero también nos quita y las etapas del duelo de un ser querido requieren de una alta capacidad de resiliencia.
- Superar una crisis de pareja o un divorcio también son momentos que exigen una conducta resiliente. Incluso a sobreponerse a un amor no correspondido puede ayudar el poder de la resiliencia.
La resiliencia y su relación con otros conceptos
Cuando hablamos de resiliencia en personas aparecen otros conceptos que a veces se usan como sinónimos y en otras ocasiones se entrelazan. Veamos los más comunes:
- Empatía y resiliencia, como ya hemos visto, van de la mano y es que la empatía es una de las características de la resiliencia. Desarrollar la capacidad de comprender las emociones del resto y empatizar con ellos es una habilidad que forma parte de nuestra resiliencia personal, y nos ayuda a diferenciar entre nuestros pensamientos y nuestras acciones.
- Adaptabilidad y resiliencia son dos conceptos que también están estrechamente relacionados y se complementan entre sí. La adaptabilidad nos permite aprender nuevas habilidades, adquirir nuevos conocimientos y adecuar nuestra forma de pensar y actuar para hacer frente a las situaciones cambiantes. Por lo tanto, adaptación y resiliencia son conceptos que van unidos.
- Apego y resiliencia pueden ir de la mano en el sentido de que el apego, especialmente en la infancia, juega un papel importante en el desarrollo de la resiliencia. Un apego seguro, caracterizado por relaciones estables y afectuosas con los cuidadores, proporciona una base sólida desde la cual los individuos pueden tener un comportamiento resiliente.
- La relación entre la asertividad y la resiliencia radica en que ambas son habilidades sociales que nos ayudan a enfrentar y superar situaciones difíciles. La asertividad nos permite expresar nuestras necesidades y defender nuestros derechos de manera adecuada.
- La autoestima y la resiliencia se refuerzan mutuamente, ya que una buena autoestima nos hace creer y confiar en nuestras capacidades para salir hacia delante ante los desafíos, y esto puede fortalecer a la resiliencia. Al mismo tiempo, ser resilientes y ver cómo hemos podido superar obstáculos y adaptarnos a las dificultades hace que se refuerce nuestra autoestima.
- Empoderamiento y resiliencia son dos conceptos relacionados, ya que el empoderamiento hace referencia a esa sensación de control sobre la propia vida, lo cual se manifiesta en una actitud más proactiva a la hora de buscar soluciones, y a su vez, contribuye a potenciar la resiliencia.
- Optimismo y resiliencia. El optimismo entendido como la propensión para ver y juzgar las cosas desde su aspecto más favorable, es un factor que aumenta la capacidad de buscar estrategias de superación de manera proactiva; por lo tanto, es un elemento positivo frente a situaciones dolorosas.
- Perseverancia y resiliencia: La perseverancia es una cualidad fundamental en la resiliencia. Las personas resilientes no se rinden fácilmente; mantienen el enfoque en sus metas y persisten a pesar de los obstáculos. Esta tenacidad les permite superar las dificultades y continuar avanzando, lo que refuerza su capacidad de recuperación y adaptación.
- Ansiedad y resiliencia. La resiliencia puede ser una herramienta potente para manejar la ansiedad, ya que nos ayuda a enfrentar y superar situaciones estresantes con mayor confianza y calma. Desarrollar resiliencia permite a las personas reinterpretar las experiencias estresantes como oportunidades de crecimiento, reduciendo así el impacto negativo de la ansiedad.
Cómo trabajar la resiliencia
La resiliencia se aprende y se desarrolla a lo largo de la vida, de hecho debería entrenarse desde la infancia. De todas formas, si ese no ha sido tu caso, no pasa nada, hay actividades para fomentar la resiliencia. Veamos cómo aprender a ser resiliente:
- No te olvides de que la vida está hecha de luces y sombras. Hay que entender que el dolor forma parte de la vida y que nadie está exento.
- Acepta que el cambio también es parte de la vida. A veces, habrá acontecimientos que te desviarán del camino por el que ibas y tendrás que cambiar la perspectiva.
- Recuerda qué habilidades y estrategias usaste en el pasado y te ayudaron en los momentos más complicados. De esta forma puedes identificar tus patrones de comportamiento y que todo te resulte más llevadero.
- No te aísles, busca apoyo en tu entorno y soporte emocional. Cuando una persona no se siente bien, tiende a buscar la soledad y es mucho más saludable buscar una red de apoyo.
- Establece objetivos realistas y alcanzables: trabajar hacia ellos fortalece la sensación de logro y autoeficacia.
- Cultiva una actitud de gratitud y autocompasión. Mantener un diario de gratitud te puede ayudar a enfocarte en los aspectos positivos de tu vida, y promueve una perspectiva más optimista y resiliente.
Ser resiliente no solo te ayuda a superar adversidades, sino que también mejora tu bienestar general. Los beneficios de ser resiliente incluyen una mayor capacidad para manejar el estrés, una mejor salud mental y emocional, y una actitud más positiva frente a los desafíos. Además, las personas resilientes suelen tener relaciones más fuertes y una mayor satisfacción con la vida.
Más allá de estos consejos para ser resiliente, si realmente quieres entrenar tu resiliencia y no sabes cómo hacerlo, pide ayuda. Ir a un psicólogo no solo es para quienes padecen trastornos mentales, también sirve para adquirir herramientas y para apoyarte en tu crecimiento personal.
Además, un profesional no solo te ayudará a mejorar tu capacidad de hacer frente a las adversidades con actividades para mejorar la resiliencia, sino también a gestionar mejor los conflictos y a vivir una vida más acorde con tus motivaciones y valores.
Cómo aumentar la resiliencia: la casita de Vanistendael y el programa de resiliencia PENN
Existen diferentes modelos que abordan cómo se trabaja la resiliencia, uno de los más populares es el de la casita de la resiliencia de Vanistendael: cada parte de la casa hace referencia a un campo de intervención posible para construir resiliencia o mantenerla. Por ejemplo, los cimientos representan las necesidades materiales básicas, como la comida y los cuidados de salud. En la planta baja encontramos los vínculos sociales; en la primera planta, la capacidad para buscarle sentido a la vida; en la segunda planta hay varias habitaciones: la autoestima, las aptitudes personales y sociales, y el humor; por último, en la buhardilla hay una habitación para las nuevas experiencias que llegarán.
El programa de resiliencia PENN tiene el objetivo de educar en la resiliencia para aumentar la capacidad de enfrentarse a las situaciones incómodas de la vida diaria. Se trata de identificar las fortalezas de la persona, encontrar el sentido de la vida y la finalidad y desarrollar las emociones positivas, entre otras cosas. Algunos de los ejercicios para trabajar la resiliencia que se llevan a cabo durante las sesiones consisten en escribir cada día las cosas buenas que han ocurrido y preguntarse por qué es significativo, y qué está en mi mano para que puedan repetirse cosas similares.
Libros para desarrollar tu resiliencia y superar la adversidad
¿Por qué ciertas personas tienen un comportamiento resiliente y pueden enfrentar los desafíos más difíciles de la vida con determinación, mientras que otras se ven abrumadas por obstáculos más pequeños? Si estás emprendiendo tu camino a la resiliencia, estas lecturas pueden ayudarte:
- “La Resiliencia. Vivir feliz a pesar de…” de Sylvie Rousseau. La autora explica las características familiares, ambientales e individuales que hacen fomentar la resiliencia y su estimulación. Se trata de un libro que ofrece estrategias para sobreponerse a circunstancias inesperadas.
- “Los patitos feos” de Boris Cyrulnik. El autor expone cómo una persona que ha vivido situaciones de fuerte impacto personal durante la infancia no está condenada a repetirlos y puede evitar reproducir dichos comportamientos. En el libro se plantean casos de resiliencia con personas famosas que vencieron una experiencia traumática.
- “Resiliencia o la adversidad como oportunidad” de Rosario Linares. Un libro que plantea, a modo de guía, consejos que permiten entender el concepto de resiliencia y llevarlo a la práctica. Si buscas cómo ser resiliente en la vida, sin duda esta lectura te será de utilidad.
- “El murmullo de los fantasmas” de Boris Cyrulnik. Si buscas información sobre resiliencia para adolescentes, este libro trata sobre este tema concreto y permite entender cómo afecta esta etapa a la persona y cómo trabajar la resiliencia.
- “Superar la adversidad: el poder de la resiliencia” de Luis Rojas Marcos. En este libro, el autor explora las claves para desarrollar una actitud de resiliencia frente a las adversidades de la vida, con un enfoque práctico y accesible.