Prevenir es mejor que curar, dice el dicho. Y lo ideal sería contar con buenos planes de prevención para no caer en las adicciones a drogas. Pero una vez que se ha caído, ¿qué ocurre con los hijos de padres drogadictos? Los estudios más recientes han puesto de relieve cómo los niños o niñas, desde sus primeros años, poseen capacidad para controlar las situaciones de su entorno y a autorregularse. De hecho, aprenden no solo a señalar su propio malestar (por ejemplo, hambre), sino también a provocar reacciones adecuadas y en sintonía con el adulto que le cuida.
Modelos mentales en la infancia
De las interacciones entre niños o niñas y la persona adulta con el papel de cuidadora derivarían los primeros "modelos mentales", matrices de lo que probablemente serán las futuras características de la personalidad del infante, entre las que están la capacidad de hacer frente a los problemas familiares.
El vínculo padres-hijos: "la base segura”
Los modelos mentales que se desarrollan durante la infancia, aunque tienen una base psicobiológica, están limitados por la calidad del vínculo real que el niño tiene con las figuras que le cuidan durante el primer año de vida. La comprensión y la respuesta adecuada del adulto a la necesidad del niño predispone el establecimiento de lo que el psicoanalista John Bowlby denomina una "base segura". Es un factor fuerte de protección contra la angustia psíquica.
Paternidad insegura e inmadura
En el caso de los padres drogadictos, los efectos de las drogas tienen importantes consecuencias en sus hijos. Es fácil imaginar que las consideraciones que acaban de hacerse suelen pasarse por alto o incumplirse, debido a una constante minimización de los posibles daños que un cuidado incierto e inmaduro puede producir en el niño. Estas situaciones corren el riesgo de convertirse en formas insidiosas y crónicas de malestar, obligando al niño a crecer en condiciones de inseguridad y malestar con importantes limitaciones para su desarrollo y llegando incluso a provocar traumas infantiles.
Dificultades parentales y desarrollo psicológico del niño
En padres drogadictos una de las consecuencias en sus hijos es el desarrollo psicológico y afectivo del niño que parece estar condicionado por la aparición de dos elementos, que también han caracterizado el desarrollo del progenitor drogadicto, en las relaciones con su familia de origen:
- el fracaso en completar el proceso de separación e individuación;
- adultización precoz.
Estos dos aspectos son signos que la mayoría de las veces escapan al control de las instituciones, ya que estos niños suelen parecer más correctos y tranquilos que los demás.
Las consecuencias de las dificultades parentales en el niño
Aunque al principio los niños parecen bien adaptados, más adelante pueden presentar problemas en el ámbito psicopatológico (problemas con mamá o papá, es decir conflictos familiares), como depresiones importantes o trastornos del comportamiento (piénsese en el trastorno negativista desafiante), desarrollar trastornos del apego. En estos niños se observan mecanismos defensivos ante una realidad que tienden a negar, pero de la que no pueden desprenderse:
- agresión;
- agitación;
- hiperactividad (puede estar relacionado con el TDAH);
- hiperadaptación.
Existe conflicto entre el miedo a ser abandonado, la soledad y la tendencia a establecer distancia y autonomía personal.
La transmisión generacional del trauma
En la mayoría de los casos, los padres drogodependientes son padres jóvenes que han acabado desarrollando una adicción a las drogas en el marco de una relación profundamente insatisfactoria con su familia de origen, percibida como afectivamente deficiente hacia ellos. Como consecuencia, los padres drogadictos transmiten a sus hijos los elementos relacionales, afectivos y motrices que ellos mismos han experimentado.
Atención y protección del menor: tratamiento integrado
Para el tratamiento de la drogodependencia, además de la terapia individual y la terapia de grupo, debe considerarse importante y eficaz la terapia familiar. Se deben plantear intervenciones dirigidas no solo al abandono de la adicción, sino también a una actitud responsable y protectora hacia los hijos.
¿Por qué terapia familiar?
La terapia familiar aborda el problema de la adicción a través de un nivel sistémico relacional de análisis e intervención. Este busca en la dinámica relacional de la familia y su ciclo vital un sentido para comprender:
- la elección del adicto;
- los recursos útiles y necesarios para un cambio real.
Todo esto es posible a través de la identificación de aquellos elementos disfuncionales que causaron y causan sufrimiento en la vida del paciente como niño deficiente ante un padre deficiente. Para tratar adicciones, puedes confiar en uno de los psicólogos online de Unobravo, la primera consulta cognoscitiva es gratuita.