Cuando hablamos de adicciones tenemos claro que es algo asociado a lo negativo, a substancias como el tabaco, el juego, el alcohol y otras drogas… pero ¿y si hablaramos de personas adictas al sexo? Tener relaciones sexuales es visto como algo deseable y saludable (incluso la masturbación puede tener efectos positivos; sí, también la masturbación en el embarazo). Entonces, ¿dónde están los límites entre el deseo sexual intenso y la obsesión sexual?, ¿cómo saber si se ha cruzado la línea y estamos hablando de una persona dominada por el apetito sexual?
Abordamos la adicción al sexo, cuando este se convierte en algo más importante que la familia, la amistad y el trabajo y, al igual que ocurre con los efectos de las drogas, llega a alterar el estado de ánimo y a afectar la vida cotidiana de las personas hipersexuales.
Es un tema complejo y no exento de debate por parte de especialistas sobre si la conducta sexual compulsiva constituye o no una adicción. A lo largo de este artículo, nos enfocaremos en aclarar algunos puntos clave, como la definición de hipersexualidad, el tipo de adicciones sexuales con las que nos podemos encontrar, a qué se debe la adicción al sexo y cómo tratar la hipersexualidad.
¿Cuál es nombre de la adicción al sexo? ¿Qué es la hipersexualidad?
¿Cómo se llama la adicción al sexo? Hipersexualidad (o hipersexuality en inglés), hipersexualismo, dependencia sexual, sexopatia, adicción sexual y trastorno de comportamiento sexual compulsivo, por cualquiera de estos nombres se llama a la relación patológica con el sexo.
Para entender la hipersexualidad podríamos compararla con cualquier otra adicción más conocida, como la adicción a las redes sociales e internet, las compras compulsivas, la adicción a la comida, la adicción a sustancias nocivas… todas tienen un denominador común: el consumo excesivo de algo y sin que exista el control, por lo que la persona acaba siendo esclava de aquello que consume.
La hipersexualidad significa que la propensión de una persona a vivir la sexualidad como una manifestación natural se transforma en una actividad desenfrenada. Esta actividad es caracterizada por un trastorno del control de los impulsos sexuales que provoca un aumento irreprimible del deseo, el cual se debe satisfacer a toda costa, junto con una concentración profunda de fantasías sexuales. Asociada a la incontrolabilidad, está la compulsividad, es decir, la incapacidad de elegir si detener o continuar con un comportamiento determinado.
Como en otras adicciones, la persona adicta al sexo hace uso de este como una estrategia para aliviar emociones desagradables y experimentar placer. Podríamos decir que la adicción funciona como una especie de anestesia para sobrellevar los momentos difíciles. Sin embargo, cuando el efecto anestésico desaparece, la persona vuelve a experimentar emociones desagradables, como por ejemplo:
- ira
- sentimientos de culpa hacia la pareja (si la tiene) o hacia ella misma
- tristeza
- ansiedad
- vergüenza.
Hipersexualidad y DSM-5
Ahora que ya conocemos el significado de hipersexual, veamos qué opina la comunidad científica al respecto. El trastorno de hipersexualidad no está clasificado como enfermedad mental en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), ya que para algunos la evidencia científica no resulta suficiente; sin embargo, su diagnóstico puede hacerse a través del manual.
Entre algunos estudiosos, hay quienes consideran que la adicción al sexo podría clasificarse como un trastorno del estado de ánimo secundario, pues no es infrecuente que aparezca junto con el trastorno bipolar, el trastorno ciclotímico u otros trastornos depresivos o tipos de depresión.
Por otro lado, en 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) agregó el comportamiento sexual compulsivo a su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). La CIE-11 define la hipersexualidad de la siguiente manera: «un patrón persistente de falla para controlar los deseos sexuales o impulsos sexuales intensos y repetitivos que resultan en un comportamiento sexual repetitivo».
¿Cómo saber si alguien es hipersexual?
La persona hipersexual experimenta el mecanismo del círculo vicioso típico de una adicción. Por ejemplo:
- Siente un deseo sexual continuo para "disipar" el estrés o los cambios de humor.
- Una vez se ha consumado la acción, aparecen las emociones de arrepentimiento y vergüenza.
Para entender la diferencia entre un comportamiento sexual normal y uno patológico, veamos qué caracteriza a las adicciones sexuales:
- Sensación de falta de control.
- Craving (deseo intenso por consumir de nuevo la substancia o reincidir en la conducta a la que es adicto).
- Síndrome de abstinencia.
Causas de la adicción al sexo
Las causas de la hipersexualidad pueden ser diversas aunque no se conocen con exactitud. Entre los factores de riesgo podemos encontrar:
- Hipersexualidad por abuso físico o emocional que haya provocado alguna experiencia traumática.
- Provenir de familias excesivamente controladoras y rígidas en las que el sexo era tabú.
- Un estilo de afrontamiento marcado por la evitación y la huida de la realidad.
Test de hipersexualidad: SAST
Para conocer mejor los síntomas, el significado y analizar las causas de la hipersexualidad, el psicólogo y sexólogo estadounidense P. Carnes desarrolló un test sobre adicción sexual: el Sexual Addiction Screening Test (SAST). Un test con 25 preguntas cerradas que investigan los hábitos sexuales, las relaciones y el pasado de la persona.
Tipos de adicciones sexuales
Entre los tipos de trastornos sexuales más comunes encontramos:
- adicción al cibersexo
- adicción a la pornografía
- adicción a la prostitución
- adicción a las relaciones sexuales múltiples
- adicción a la masturbación
- adicción a las fantasías sexuales
- exhibicionismo y voyeurismo.
Hipersexualidad femenina e hipersexualidad masculina
¿Cómo se llama un hombre adicto al sexo? ¿Y el término para una adicta al sexo? Se habla de satiriasis cuando se hace referencia a la hipersexualidad en hombres, mientras que se habla de ninfomanía cuando se habla de mujeres adictas al sexo.
Hay que hacer mención a que el término ninfómana se emplea en situaciones informales y constituye un constructo histórico que refleja la concepción social previa acerca de la sexualidad femenina. Por lo tanto, hipersexualidad y ninfomanía son palabras sinónimas.
La sexualidad femenina ha sido históricamente asociada con el pudor, el comportamiento recatado e incluso con la represión de deseos y placer. Cuando una mujer no se ajustaba a estos parámetros era calificada como ninfómana, término creado por psiquiatras en la Francia del siglo XVIII. Así, mientras una mujer adicta al sexo era diagnosticada, un hombre obsesionado con el sexo no lo era; la hipersexualidad en hombres no era vista como un problema.
Afortunadamente, la visión de la sexualidad femenina ha cambiado y la de los adictos sexuales, también. De hecho, famosos como Michael Douglas o Kim Cattrall han hablado de hipersexualidad, lo que ha ayudado a visibilizar el tema y a aclarar en qué consiste la adicción al sexo.
Pese a utilizar diferente terminología, la adicción al sexo en hombres y la hipersexualidad en la mujer se diferencian tan solo en sus nombres, no así en sus síntomas y causas.
Hipersexualidad y pareja
Una persona que vive una obsesión con el sexo puede tener serias dificultades en su relación de pareja (si la tiene). Por un lado, para alguien sin esta adicción puede ser un tema complicado de entender. Por otro lado, los problemas de adicción al sexo interfieren no solo en la persona hipersexual, sino también en la vida de su pareja.
Algunas de las consecuencias de la adicción al sexo y cómo pueden repercutir en la pareja:
- Se puede caer en la masturbación compulsiva y/o en el consumo frecuente de pornografía.
- Puede existir un mayor riesgo de desarrollar enfermedades de transmisión sexual como consecuencia de la búsqueda de encuentros sexuales frecuentes.
- Trastornos psicológicos que afecten la intimidad y la conexión, como la eyaculación precoz o retardada.
- Gasto excesivo de dinero, especialmente si la compulsión se lleva a cabo a través de la prostitución o los servicios eróticos.
Cómo tratar las adicciones sexuales: cómo dejar de pensar en el sexo
El tratamiento para la adicción al sexo, en general, consiste en terapia individual realizada por un psicólogo especialista en psicología sexual y, a veces, terapia de grupo. En ocasiones, un médico también puede recetar psicofármacos con el objetivo de ayudar al paciente a superar la abstinencia y adquirir hábitos saludables.
En terapia, el tratamiento para la adicción al sexo consiste en aprender a identificar las emociones y los acontecimientos que desencadenan el deseo de tener un comportamiento sexual compulsivo.
Entre las técnicas más utilizadas por los psicólogos y médicos para “curar” la hipersexualidad encontramos:
- ejercicios de visualización
- ejercicios de atención plena para la ansiedad
- autocontrol de las actividades cotidianas
- experimentos conductuales
- técnicas de relajación como el entrenamiento autógeno.
Además, los grupos de autoayuda y asociaciones pueden conectarte con otras personas con conductas hipersexuales y así compartir experiencias similares y estrategias de afrontamiento.
El objetivo de la terapia no es la abstinencia, sino la restauración de una sexualidad sana a través de la comprensión de las razones subyacentes que originaron la adicción en un principio.
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