Según las previsiones del informe Las cifras del cáncer en España 2023, elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), este año en España se diagnosticarán 279.260 nuevos casos de cáncer, lo que representa una cifra muy similar a la de 2022, con 280.199 casos.
¿Qué sucede cuando el miedo al cáncer, a contraer esta enfermedad, empieza a ser un pensamiento recurrente y nos genera angustia y ansiedad? En este artículo hablamos sobre el miedo a tener cáncer de forma persistente o cancerofobia (uno de los tipos de fobias hipocondriacas).
Miedo a tener un tumor
Sabemos que existe el miedo a la enfermedad, la hipocondría, que se produce cuando una persona tiene un temor infundado ante cualquier dolor o sensación física que se percibe como síntoma de alguna enfermedad que se teme padecer.
Sin embargo, hay miedos más específicos, como la cardiofobia (miedo a sufrir un infarto) o la cancerofobia: un miedo persistente e irracional a desarrollar cáncer o a que un tumor previo reaparezca. El miedo al cáncer puede provocar ansiedad cuando debemos hacernos pruebas médicas, puede inducirnos a la búsqueda de información por diversas vías (en ocasiones hay quien desarrolla una adicción con las búsquedas de internet, lo que se llama cibercondría), y acaba teniendo un impacto negativo en el bienestar emocional y en la calidad de vida de la persona.
La cancerofobia podemos encontrarla entre los trastornos de ansiedad, pero también tiene características comunes con las fobias específicas. Un trastorno fóbico es tal cuando, en este caso el miedo al cáncer, el temor se vuelve:
- persistente;
- irracional;
- incontrolado;
- afecta a la vida de la persona que lo experimenta.
Miedo al cáncer: ¿qué implica?
Cuando el miedo al cáncer es tan fuerte que acaba resultando una obsesión, se vivirá con ese temor a diario y puede que haya personas que, al igual que con la hipocondría, acuden de forma habitual al médico en busca de diagnósticos que descarten la temida enfermedad.
Una persona que vive con miedo al cáncer es probable que se comporte de alguna o varias de estas formas:
- Vigilar constantemente su estado de salud.
- Evitar los alimentos considerados cancerígenos.
- Leer e informarse continuamente sobre la enfermedad.
- Realizar continuos reconocimientos médicos aunque estos tengan resultados negativos o, por el contrario, tener miedo de ir al médico por temor a que la respuesta sea la temida.
Síntomas de la cancerofobia
El miedo al cáncer presenta síntomas que se remontan a la ansiedad que el miedo provoca en la persona. Además de síntomas físicos, como sensación de mareo, alteración del ritmo cardíaco o dolores de cabeza, la cancerofobia también conlleva síntomas psicológicos, entre los que se encuentran:
- Ataques de ansiedad.
- Comportamiento evasivo.
- Ataques de pánico.
- Melancolía.
- Necesidad continua de tranquilidad
- Miedo a contraer enfermedades o infecciones.
- Pensar que la enfermedad es transmisible por el enfermo.
- Atención excesiva al propio cuerpo.
Cancerofobia: ¿existe cura?
El miedo al cáncer puede ser el resultado de una experiencia traumática, como la vivencia en la familia de la muerte por cáncer, o de una experiencia personal (en cuyo caso puede surgir la fobia a que este se reproduzca). ¿Cómo afrontar la cancerofobia?
Para combatir el miedo obsesivo al cáncer, una solución eficaz puede ser la terapia psicológica, específicamente la psicooncología, que interviene en los mecanismos emocionales y mentales que desencadenan el trastorno y en las conductas disfuncionales que lo alimentan.
Cómo superar el miedo al cáncer con terapia psicológica
El miedo a tener un tumor puede revelar el miedo a morir de cáncer. Estamos hablando de una enfermedad que puede presentarse de repente, tener un curso inesperado (a veces muy corto) y cambiar radicalmente la vida de la persona que lo contrae.
El miedo a morir es una emoción legítima y natural, pero, cuando se vuelve constante en nuestros pensamientos, surge esa simbiosis perniciosa entre cáncer y depresión, estados de ansiedad y angustia (incluso en algunas personas tanatofobia). Aquí es donde entra en juego la terapia psicológica.
Entre los tipos de psicoterapia más eficaces para tratar el miedo al cáncer se encuentra la terapia cognitivo-conductual, que puede ayudar a comprender los mecanismos que, en la irrepetible historia vital de la persona, han provocado el miedo a tener cáncer y lo han mantenido en el tiempo.
Un psicólogo con experiencia en trastornos de ansiedad podrá guiar al paciente y sugerirle prácticas que promuevan la autorregulación de este temor. Los ejercicios de mindfulness para la ansiedad, el entrenamiento autógeno y la respiración diafragmática son ejemplos de técnicas útiles para controlar los estados de ansiedad derivados del miedo al cáncer.