¿Cuántas madres os habéis encontrado en la situación, justo después del parto o meses después del nacimiento de vuestro hijo/a, de estar llorando solas y sin ganas de hablar? Es posible que algunas os hayáis llegado a preguntar si estáis pasando por una depresión después del parto, sin ser capaces de reconocerla.
Según la cultura occidental, aunque no es la única, la madre primeriza debe mostrar sentimientos de bienestar y gratitud, y excluir el resto de emociones que también son propias de este momento tan importante. Sin embargo, en la mayoría de los casos, como demuestran las personas que han vivido en primera persona la depresión posparto y sus testimonios, esta no siempre es la realidad.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto es una forma de depresión reactiva unipolar que se manifiesta por lo general durante las primeras semanas o meses después del parto.
En el DSM-5, la depresión postparto entra dentro de los subtipos de la depresión mayor. El diagnóstico puede apoyarse en el uso de herramientas de cribado para la depresión posparto como la escala de depresión postparto de Edimburgo (Edinburgh Postnatal Depression Scale, EPDS), un cuestionario que se utiliza con frecuencia en los servicios sociosanitarios.
No hay que confundir la depresión posparto con el baby blues, un fenómeno transitorio que se caracteriza por los cambios de humor y el llanto frecuente, que afecta al 70-80 % de las madres primerizas y se soluciona de forma espontánea en las dos semanas siguientes al parto.
En cambio, los síntomas de la depresión posparto son más intensos y persistentes. Esta condición puede surgir a raíz de una mezcla de factores biológicos, psicológicos y ambientales, entre los que se encuentran los drásticos cambios hormonales que se producen en el puerperio y los retos emocionales asociados al nuevo papel materno.
Síntomas de la depresión posparto
¿Cuáles son los síntomas de la depresión posparto? ¿Cómo podemos identificar la depresión posparto? Para reconocer los síntomas de la depresión posparto, podemos observar algunas señales específicas, que no solo deben presentarse sino que también tienen que poner en riesgo un nivel aceptable de bienestar psicofísico y la ejecución de las actividades habituales. Algunas de estas señales pueden ser:
- tristeza y llanto frecuente, incluso aunque no haya un motivo aparente,
- sentimiento de inadecuación o incapacidad para cuidar del recién nacido,
- fatiga crónica y falta de energía a pesar de descansar,
- ataques de ansiedad e irritabilidad, que pueden afectar a las relaciones con la pareja y la familia,
- pensamientos recurrentes de culpa o inadecuación, a menudo relacionados con la sensación de ser “una mala madre”,
- trastornos del sueño, como insomnio o dificultad para dormir a pesar del cansancio,
- pérdida del apetito o hiperfagia, con la consecuente variación del paso,
- anhedonia y pérdida de interés por las actividades diarias o actividades que antes resultaban placenteras,
- dificultad para concentrarse e indecisión constante,
- pensamientos negativos recurrentes, incluso el deseo de huir o, en los casos más graves, pensamientos autolesivos,
- disminución del deseo sexual (con dificultad para retomar las relaciones sexuales después del parto).
A estos se suman a menudo la baja autoestima y sentimientos de vergüenza, relacionados con el miedo a no estar a la altura del nuevo rol de madre.

Formas más graves de depresión postparto
En algunos casos, la depresión postparto puede evolucionar en formas más graves, como la psicosis postparto. Este trastorno, raro, pero extremadamente serio, requiere tratamiento inmediato e intensivo.
Quienes sufren de psicosis postparto pueden presentar los siguientes síntomas:
- alucinaciones auditivas o visuales;
- delirios: creencias irracionales o distorsionadas, como la convicción de ser una madre inadecuada o de suponer un peligro para el bebé;
- comportamientos desorganizados: problemas para llevar a cabo las actividades diarias o cuidar del recién nacido;
- pensamientos autolesivos y heterolesivos, que puede poner en peligro a la madre y al bebé.
En sus diversas formas, la depresión posparto tiene consecuencias para el niño que son un efecto directo de la negligencia o el exceso de indulgencia en el comportamiento materno. En los casos extremos, puede resultar en la tragedia del infanticidio.
La psicosis postparto requiere un enfoque multidisciplinar, lo cual puede incluir la recuperación en un centro especializado, tratamientos farmacológicos específicos y apoyo psicoterapéutico.
Diferencia entre el baby blues y la depresión posparto
Es importante distinguir el baby blues, también conocido como tristeza posparto, de la depresión posparto. El baby blues es un trastorno transitorio que afecta a muchas madres primerizas en los primeros días después del parto y se manifiesta con síntomas leves como irritabilidad, cansancio y tendencia al llanto.
Sin embargo, si los síntomas persisten e interfieren en la capacidad de cuidar del niño y de sí misma, se podría tratar de depresión posparto. En este caso, puede ser conveniente buscar ayuda psicológica.
Baby blues y depresión posparto: cuánto dura
¿Cuánto dura la depresión posparto? ¿Y el baby blues? Por lo general, los síntomas del baby blues aparecen en los días inmediatamente después del parto, pueden durar de 1 a 2 semanas y mejoran gradualmente sin necesidad de recurrir a terapias específicas.
En cambio, la duración de la depresión posparto debe superar las 2 semanas. No obstante, comentar los síntomas de la tristeza posparto con el médico es importante porque no se puede excluir que se convierta en una depresión posparto.
En lo que respecta a la depresión posparto, los síntomas son aparentemente muy similares, pero aparecen a partir de la 6ª semana de vida del neonato o incluso más tarde, dentro del primer año de vida. En estos casos, se habla de depresión posparto tardía.

Depresión posparto: causas
¿Por qué se produce la depresión posparto? ¿Cuáles son las causas de la depresión posparto? Los episodios depresivos pueden ir precedidos y verse favorecidos por acontecimientos y situaciones estresantes, que la persona vive como dificultades o pérdidas graves e insuperables o como fracasos.
Las causas de la depresión posparto son multifactoriales e incluyen:
- Factores biológicos: el descenso de los niveles de estrógenos y progesterona inmediatamente después del parto puede afectar al sistema nervioso central, y favorecer la aparición del trastorno.
- Predisposición genética: una historia familiar de depresión u otros trastornos del estado de ánimo puede aumentar el riesgo de desarrollar depresión en el embarazo y después del parto.
- Aspectos psicológicos: la baja autoestima, el sentimiento de culpa o el perfeccionismo pueden amplificar los problemas emocionales.
- Acontecimientos estresantes: el miedo al parto y a las posibles complicaciones, la falta de apoyo o las tensiones familiares pueden ser factores desencadenantes. Asimismo, la violencia obstétrica también se puede considerar como un factor de riesgo.
Otras causas pueden ser no haber planificado el embarazo, haber tenido abortos anteriores, un parto prematuro o un bajo sentimiento de autoeficacia.
¿Cómo prevenir la depresión postparto?
El periodo de tiempo que sigue al parto resulta particularmente arduo para las madres primerizas. Por eso es importante prepararse psicológicamente para el embarazo y saber cómo prevenir la depresión postparto. A continuación enumeramos algunos consejos para afrontar mejor el posparto y prevenir los factores de riesgo de la depresión postparto:
- Busca a alguien con quien hablar: hablar con otras madres ayuda a saber que no estamos solas y ver la situación desde otros puntos de vista.
- Delega tanto como sea posible: implica a otras personas en el cuidado del niño (al padre, en primer lugar) y busca momentos para ti misma.
- Saca tiempo para estar con tu pareja: antes de tener un hijo erais una pareja… Así que es importante que lo sigáis siendo.
- Reduce las expectativas en lo que respecta a la limpieza doméstica: intenta dedicar el tiempo que te queda libre a actividades agradables.

Baja por depresión posparto
Las madres que sufren depresión posparto tienen derecho a beneficiarse de los instrumentos de protección que ofrece la ley, como la baja por maternidad y la baja por enfermedad.
La baja por maternidad es el periodo obligatorio de abstención laboral que protege la salud tanto de la madre como del hijo. Para las mujeres trabajadoras que muestran signos de depresión posparto, este periodo puede ser crucial para que se centren en su salud mental y reciban el apoyo necesario.
En caso de depresión posparto diagnosticada, es posible solicitar la baja por enfermedad. Este tipo de baja permite ausentarse del trabajo para dedicarse al tratamiento terapéutico y la recuperación. Es necesario que el médico certifique el diagnóstico.
Diagnóstico y tratamiento de la depresión postparto
Cuando la depresión posparto no se trata, puede no resolverse espontáneamente y durar años, de modo que se puede transformar en un trastorno depresivo persistente o distimia.
El diagnóstico de la depresión posparto lo debe realizar un profesional cualificado, que puede utilizar herramientas como el test de depresión postparto de Edimburgo para evaluar la gravedad de los síntomas. Este trastorno, en función de su gravedad, se puede tratar de forma multidisciplinar.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser eficaz para afrontar pensamientos negativos y desarrollar estrategias para hacer frente a las dificultades. En algunos casos, puede ser necesaria un tratamiento farmacológico con medicamentos que sean seguros durante la lactancia, siempre bajo estricto control médico.
El apoyo social también ha resultado ser clave. De hecho, implicar a la pareja, los amigos y la familia puede aliviar la carga emocional de la madre primeriza. Al mismo tiempo, participar en grupos de apoyo y compartir experiencias con otras madres que hayan pasado por lo mismo puede ayudar a sentirse menos solas.
¿Cómo superar la depresión posparto?
Reconocer los signos de la depresión posparto es importante para superarla y afrontarla de la manera adecuada. Una vez esté claro que no se trata del baby blues y que los síntomas perduran en el tiempo, es necesario pedir ayuda lo antes posible.
Entre las figuras a las que acudir, el médico de cabecera puede ser una de las primeras personas a las que pedir ayuda para que nos derive a un profesional especializado que responda mejor a nuestras necesidades. Alternativamente, también es posible ponerse en contacto directamente con un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psicóloga online de Unobravo que tenga experiencia en el tratamiento terapéutico de la depresión posparto.