Se estima que un 5 % de los adultos (4 % entre los hombres y el 6 % entre las mujeres) a nivel mundial padecen depresión (OMS, 2023). Sin embargo, según una encuesta reciente sobre la percepción de la salud mental y la depresión realizada en España (Pfizer, 2024), un 47,6 % de las personas encuestadas reconoce que tendría dudas a la hora de identificar si están viviendo un proceso de depresión una vez que conocen cuáles son sus síntomas.
En este artículo nos centraremos en el trastorno depresivo mayor, empezando por abordar qué es la depresión mayor y profundizando después en sus síntomas, causas y posibles tratamientos, tratando de responder a las preguntas más frecuentes sobre este tema.
Qué es la depresión mayor
El término depresión mayor hace referencia a una condición de salud mental que provoca un estado de ánimo persistentemente bajo o deprimido y una pérdida de interés por las actividades que antes resultaban placenteras.
El trastorno depresivo mayor también puede tener un impacto importante en el sueño, el apetito y la capacidad de pensar. La depresión mayor constituye una condición crónica, pero tiende a manifestarse en episodios que pueden durar varias semanas o meses.
¿Cuál es la diferencia entre el episodio depresivo mayor y el trastorno depresivo mayor? El episodio de depresión mayor se define como un período bien definido, con un inicio y un final, mientras que el trastorno depresivo mayor se caracteriza por uno o más episodios depresivos mayores.
¿Cuál es la forma más grave de depresión? La gravedad de la depresión varía desde episodios leves y temporales de tristeza a la depresión grave y persistente. La depresión mayor es la forma más grave de depresión y suele tratarse con psicoterapia y psicofármacos.
¿Cuánto dura una depresión mayor? La depresión mayor no tiene una duración precisa, dado que su curso difiere de forma considerable en función de cada caso. En algunos casos se llega a una remisión completa mientras que en otros el trastorno desemboca en una depresión mayor cronificada.
¿Qué tipos de depresión existen?
Entre los trastornos depresivos, además de la depresión mayor, los más comunes son el trastorno depresivo persistente o distimia, el trastorno bipolar y el trastorno afectivo estacional. A continuación enumeramos los diferentes tipos de depresión en detalle.
Distimia
La diferencia entre la depresión mayor y la distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente, reside en la duración de los síntomas de esta última respecto al trastorno depresivo mayor. La distimia también conlleva un menor número de síntomas como la alteración del apetito y el sueño, baja energía, baja autoestima o desesperación.
Depresión bipolar
Las personas con depresión bipolar tienen episodios de bajo estado de ánimo, pero al mismo tiempo también experimentan períodos de energía o actividad inusualmente elevadas. Los síntomas maníacos representan lo opuesto a los síntomas de la depresión: ideas grandiosas, autoestima irrealmente alta, disminución de la necesidad de dormir, pensamientos y actividades a mayor velocidad y búsqueda acelerada del placer, junto con comportamientos impulsivos como gastar de forma excesiva y asumir riesgos.
Trastorno afectivo estacional
El trastorno afectivo estacional surge por lo general cuando los días se acortan en otoño e invierno. El cambio del estado de ánimo puede provenir de alteraciones en los ritmos circadianos diarios o de cambios en el funcionamiento de mensajeros químicos como la serotonina y la melatonina.
La depresión unipolar
La depresión unipolar es uno de los diagnósticos de salud mental más comunes. El término depresión mayor unipolar es otro término que se usa para el trastorno depresivo mayor. Esta forma de depresión no pasa por otros estados mentales como la manía. Sin embargo, tener una depresión unipolar no significa que una persona siempre esté deprimida.
Las personas con un trastorno depresivo mayor pueden experimentar períodos de remisión que se alternan con períodos de recaída depresiva. También pueden sentirse más felices cuando cambian las circunstancias, especialmente si tienen el subtipo del trastorno depresivo mayor que se conoce como depresión atípica.
Depresión endógena
Aunque se considera un trastorno distinto, en la actualidad la depresión endógena rara vez se diagnostica, y hace referencia a la depresión mayor con manifestaciones melancólicas. Este tipo de depresión surge sin que el sujeto sufra estrés o traumatismos y, por tanto, no tiene una causa externa específica.
Por el contrario, se puede deber inicialmente a factores de tipo genético y biológico. Se cree que puede deberse a una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales.

Depresión reactiva
La depresión reactiva, también conocida como depresión situacional, se da cuando los intentos de una persona para hacer frente a cambios emocionales y a los efectos negativos de un acontecimiento traumático no son eficaces y no son capaces de superar la tristeza o la depresión.
A diferencia de la mayoría de los otros tipos de depresión, que pueden durar años si no se gestionan adecuadamente, la depresión reactiva es un tipo de depresión clínica que por lo general dura pocos meses. Sin embargo, los síntomas pueden ser traumáticos, agudos o graves durante dicho período.
Trastorno depresivo mayor grave
Algunas personas que sufren depresión grave, pueden mostrar síntomas adicionales como alucinaciones y pensamientos delirantes. La depresión mayor con síntomas psicóticos se conoce como depresión psicótica.
Tener momentos de psicosis (cuando las personas pierden un poco de contacto con la realidad) significa experimentar:
- ilusiones y pensamientos o convicciones que es improbable que sean reales,
- alucinaciones, es decir, sentir y, en algunos casos, escuchar, oler, ver o saborear cosas que no existen.
El trastorno depresivo mayor en el DSM-5: criterios diagnósticos
Los criterios diagnósticos para la depresión mayor del DSM-5 indican que la persona debe manifestar al menos cinco de los siguientes síntomas, durante un período de 2 semanas. Al menos uno de los síntomas debe de ser el estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés o placer. Una persona que recibe un diagnóstico de trastorno depresivo mayor debe presentar, como se expone en el DSM-5:
- “estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días,
- disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días,
- pérdida importante de peso sin hacer dieta, o aumento de peso, o disminución o aumento del apetito casi todos los días,
- insomnio o hipersomnia casi todos los días,
- agitación o retraso psicomotor casi todos los días,
- fatiga o pérdida de energía casi todos los días,
- sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada casi todos los días,
- disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días,
- pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.”
Para recibir un diagnóstico de depresión mayor, estos síntomas deben causar a la persona un malestar clínicamente significativo o un deterioro de su funcionamiento social, laboral o de otras áreas importantes. Asimismo, los síntomas no deben ser el resultado del abuso de sustancias u otra condición médica.
Depresión mayor: los síntomas principales
Durante un episodio depresivo mayor, la persona se siente triste, irritable, vacía y es posible que sienta que pierde el placer o el interés por realizar actividades. Estos son algunos de los síntomas de depresión mayor más frecuentes:
- escasa concentración,
- sentimientos de culpa excesiva o baja autoestima (infravalorarse a uno mismo es uno de los síntomas cognitivos de la depresión mayor),
- desesperación por el futuro,
- pensamientos sobre la muerte o el suicidio,
- anhedonia,
- sueño interrumpido,
- cambios en el apetito o el peso,
- sensación de gran cansancio o de falta de energía.
El síntoma más evidente de la depresión mayor es un estado de ánimo grave y persistente, una profunda tristeza o una sensación de desesperación. Los síntomas de la depresión mayor suelen durar mucho (meses o incluso años). Muchas personas que padecen depresión también sufren ansiedad y tienen un mayor riesgo de abusar del alcohol u otras sustancias.
El trastorno depresivo mayor suele remitir, pero, incluso en los pacientes que responden al tratamiento y se recuperan, algunos síntomas residuales pueden inhibir significativamente la funcionalidad y aumentar el riesgo de recaída.
Los síntomas residuales más frecuentes de la depresión mayor son el cansancio, los trastornos del sueño, la disfunción cognitiva, la astenia y la ansiedad. Tratar estos síntomas como síntomas específicos junto con el tratamiento de la depresión aumenta las posibilidades de remisión asintomática del paciente.

Factores de riesgo de la depresión mayor
Entre las causas del desarrollo de la depresión mayor pueden participar diversos factores de riesgo:
- Genética: los antecedentes de depresión a nivel familiar pueden aumentar las probabilidades de desarrollar dicho trastorno.
- Pérdida de un ser querido: la tristeza y el dolor son reacciones normales. Sin embargo, a veces un nivel de estrés tan alto puede conllevar síntomas de depresión graves (esto puede suceder, por ejemplo, en el caso de un duelo complicado).
- Conflicto: los trastornos personales y los problemas familiares o con los amigos pueden provocar depresión.
- Abuso: haber sufrido abuso físico, sexual o emocional en el pasado puede aumentar el riesgo de padecer dicho trastorno.
- Acontecimientos vitales: el comienzo o la pérdida del trabajo o de los ingresos y los problemas de pareja, pero también algunos acontecimientos considerados felices como irse a vivir al extranjero, graduarse o esperar un hijo, pueden conducir al desarrollo de un trastorno depresivo mayor.
- Otras enfermedades: a veces, la depresión grave surge en paralelo o puede ser una reacción a otra enfermedad, como el dolor crónico, el TDAH o la ansiedad (de hecho, es posible pasar de la ansiedad a un trastorno depresivo mayor).
- Fármacos: la depresión puede ser un efecto colateral de algún medicamento que la persona toma para otra enfermedad.
- Abuso de sustancias: las personas con adicciones patológicas (como el abuso de drogas o alcohol) pueden desarrollar un trastorno depresivo.
Comorbilidad del trastorno depresivo mayor
Numerosos estudios epidemiológicos han demostrado que la depresión está estrechamente relacionada con otros trastornos mentales, como los trastornos de ansiedad, los trastornos alimentarios y trastornos del consumo de sustancias.
Aproximadamente, según un estudio realizado por R.M. A. Hirschfeld en 2001, entre el 50 % y el 60 % de las personas con antecedentes de depresión a lo largo de su vida también presentan al menos un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida. Otras comorbilidades adicionales son el trastorno por consumo de alcohol y el trastorno por consumo de drogas.
La depresión se ha identificado además como un factor de riesgo independiente y un factor pronóstico negativo para muchos trastornos somáticos crónicos, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, los trastornos respiratorios crónicos y la artritis.
Ansiedad y depresión mayor
Los trastornos de ansiedad y los depresivos se encuentran entre las enfermedades psiquiátricas más comunes. Están muy interrelacionados y, en conjunto, se considera que pertenecen a la categoría más amplia de los trastornos internalizantes.
En lo que respecta a la depresión mayor, una investigación mundial realizada por R.C. Kessler et al. en 2015 informó que el 45,7 % de las personas con trastorno depresivo mayor presentaba antecedentes de uno o más trastornos de ansiedad a lo largo de su vida.
Como demuestra Kalin N. H. et al. (2020) en una importante investigación sobre la relación entre los trastornos de ansiedad y la depresión, estos últimos por lo general también coexisten en el mismo período de tiempo, ya que el 41,6 % de las personas con depresión durante más de 12 meses también ha sufrido uno o varios trastornos de ansiedad durante el mismo período.
Desde el punto de vista de los trastornos de ansiedad, se estima que la comorbilidad a lo largo de la vida con la depresión sea de entre el 20 % y el 70 % para los pacientes con trastorno de ansiedad social, del 50 % para los pacientes con trastorno de pánico, del 48 % para los pacientes con estrés postraumático (TEPT) y del 43 % para los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada.

Tratamientos para el trastorno depresivo mayor
¿Cómo se puede salir de una depresión mayor? La terapia cognitivo-conductual (TCC) se centra en el cambio tanto de los procesos de pensamiento negativos como de los comportamientos que contribuyen a los síntomas de la depresión.
Según diversos estudios, la TCC ofrece algunas de las pruebas más prometedoras disponibles para un tratamiento terapéutico de la depresión mayor. Sin embargo, además de este tipo de terapia para la depresión mayor, otras que también se utilizan habitualmente son la terapia interpersonal y la terapia de apoyo.
También puede ser importante hacer partícipes a las personas más cercanas a la persona que sufre de depresión aguda. Un psicólogo o psicóloga con experiencia también puede ofrecer apoyo a los familiares y amigos sobre cómo comportarse con una persona deprimida, con el fin de conseguir que el proceso terapéutico sea aún más fructífero.
Test diagnósticos para la depresión mayor
La depresión clínica a menudo se diagnostica mediante una combinación de test psicodiagnósticos y mediante la entrevista con el paciente. Se pueden utilizar una serie de preguntas estándar para el cribado de la depresión, pero es necesario subrayar que realizar un diagnóstico suele ser complejo porque la depresión mayor se puede presentar de muchas maneras diferentes.
Para realizar un diagnóstico también se pueden administrar herramientas como cuestionarios o test de depresión. Algunos de los más utilizados son:
- el Inventario de Depresión de Beck (BDI),
- la Escala del Centro de Estudios Epidemiológicos de la Depresión (CES-D),
- la EQ-5D,
- la Escala de depresión de Hamilton (HAM-D).
Depresión mayor: tratamiento y fármacos
El tratamiento más útil para la depresión mayor está formado por una combinación de psicoterapia y fármacos. Por lo general, el tratamiento farmacológico para la depresión mayor prevé una prescripción inicial de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
En general, los medicamentos para la depresión mayor son bastante fáciles de tomar y relativamente seguros respecto a las generaciones precedentes de antidepresivos. Suelen ser necesarias al menos de dos a seis semanas de toma de cualquier antidepresivo para observar una mejoría. Si hay síntomas psicóticos, es importante recetar un fármaco antipsicótico.