Lamentablemente, la violencia de género es un fenómeno generalizado que afecta a todas las clases socioculturales y económicas, independientemente de la edad, las creencias religiosas o la raza.
La violencia de género comienza de forma sutil, con ciertos comportamientos, actitudes de misoginia, comentarios...y con episodios ocasionales. Al igual que en las relaciones tóxicas, es muy importante desde el principio no subestimar estos hechos y restarles importancia, algo que suele suceder en las primeras etapas de la relación.
Saber reconocer las señales iniciales de una relación abusiva es importante para ponerle fin antes de que la víctima se vuelva cada vez más vulnerable, pierda progresivamente capacidad de autodefensa y se vea inmersa en una espiral de la que es difícil salir. En este artículo, hablamos del ciclo de la violencia de género y sus fases.
Definición de violencia de género
La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género la define como:
“Todo acto de violencia (…) que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. (…) que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”
El ciclo de la violencia de género: qué es
¿Sabes qué es el ciclo de la violencia de género?
El círculo de la violencia de género es un concepto desarrollado por la psicóloga norteamericana Lenore E. Walker. Es un modelo desarrollado para explicar la complejidad y la coexistencia de la violencia en el contexto de las relaciones interpersonales.
En las relaciones de pareja, el ciclo de violencia se refiere a un abuso repetido y peligroso que sigue un patrón y en el cual la violencia aumenta de forma cíclica o en espiral ascendente.
De acuerdo con Walker, existen tres fases en este ciclo ascendente. En cada una de ellas el agresor se esfuerza por controlar y aislar aún más a su víctima. Comprender este patrón es crucial para detener el ciclo de violencia en las parejas, que se produce principalmente contra las mujeres.
Las diferentes formas de violencia
Formas de violencia en la pareja hay muchas y, a menudo, pueden darse juntas:
⦁ Violencia física: causa daño con golpes, tirones de pelo, empujones, patadas, mordiscos... aquella que emplea la fuerza física contra la otra persona.
⦁ Violencia psicológica: provoca miedo a través de la intimidación, amenaza con causar daño a bienes, mascotas, hijos o hijas, usa el chantaje emocional. Fuerza a la persona a distanciarse de sus amistades y familiares con el objetivo de obtener control sobre ella.
⦁ Violencia emocional: aquella que mina la autoestima de una persona a través de críticas constantes, infravalora sus capacidades y la somete a abuso verbal.
⦁ Violencia económica: cualquier acción destinada a controlar o limitar la autonomía económica para lograr la dependencia financiera de la otra parte y, por tanto, tener el control sobre ella.
⦁ Violencia sexual: cualquier acto sexual no deseado para el que no se haya dado, o no se haya podido dar, el consentimiento sexual.
Además, dentro de la violencia de género se engloba la violencia vicaria (aquella violencia que se ejerce sobre los hijos para herir a la mujer) o la violencia doméstica (cualquier forma de abuso físico, emocional, sexual, psicológico o financiero perpetrado por un miembro de la familia o pareja íntima contra otro miembro de la familia o pareja).
Por otro lado, también está el acoso que es cualquier comportamiento persecutorio repetido, intrusivo y no deseado como puede ser: el acoso psicológico, el acoso sexual, el acoso físico o stalking, el ciberacoso… Son otras formas de causar en las víctimas sentimientos de angustia y malestar.
Las mujeres que experimentan una espiral de violencia de género y viven en una relación abusiva tienen miedo, se sienten atrapadas y sin salida, y prueban un profundo aislamiento. Es normal preguntarse cómo llegaron a ese punto y a sentirse así. Pero es que, como decíamos antes, al inicio de una relación estos comportamientos son sutiles y son episodios esporádicos. Gradualmente se vuelven más fuertes y frecuentes.
Pero, ¿por qué es tan difícil romper una relación abusiva en la que existe la violencia de género? Veamos la estrategia de la gradualidad de la habla Noam Chomsky.
El síndrome de la rana hervida
El síndrome de la rana hervida, del filósofo estadounidense Noam Chomsky, es una analogía que nos permite entender cómo se llega a vivir una relación de pareja abusiva. Es útil para entender el concepto de aceptación pasiva y como hay situaciones que cambian progresivamente causando daños que no se perciben a corto plazo y generan reacciones tardías.
La historia de la rana hervida:
Imagina una olla llena de agua fría en la que una rana nada tranquilamente. Se enciende un fuego bajo la olla y el agua se calienta lentamente. Pronto se vuelve tibia. A la rana no le resulta desagradable y sigue nadando. La temperatura empieza a subir y el agua pasa a estar caliente. Es una temperatura más alta de lo que le gusta a la rana. Se cansa un poco, pero no se asusta. El agua pasa a estar muy caliente y a la rana le resulta muy desagradable, pero está debilitada y no tiene fuerzas para reaccionar. La rana aguanta y no hace nada. Mientras tanto, la temperatura vuelve a subir y la rana acaba, simplemente, hervida.
Esta teoría de Chomsky, conocida como estrategia de la gradualidad, nos hace ver que cuando un cambio se produce de forma gradual, escapa a la conciencia y, por tanto, no provoca ninguna reacción u oposición. Si el agua ya estuviera hirviendo, la rana nunca habría entrado en la olla o si se hubiera sumergido directamente en agua a 50º habría salido disparada.
Teoría y fases del ciclo de la violencia de género
La situación en la que se encuentra la rana en la olla de agua hirviendo es en la que se encuentran muchas mujeres que tratan de salir de una relación violenta.
Para entender mejor cómo una mujer que sufre violencia de género lucha por romper esa relación, nos remitimos de nuevo a la teoría del ciclo de la violencia de la psicóloga Lenore Walker.
El ciclo de violencia de Walker se asocia a la violencia de género que se divide en tres fases, que se repiten cíclicamente en el curso de una relación abusiva:
⦁ Acumulación de tensión.
⦁ Explosión de tensión.
⦁ Luna de miel.
Fase de acumulación de tensión
A menudo, en esta primera fase la violencia empieza con incidentes menores: gritos, pequeñas peleas, miradas y comportamientos hostiles... Después, estos episodios empiezan a aumentar.
El agresor culpabiliza a la mujer de todo lo que pasa e intenta imponer sus ideas y sus razonamientos. La víctima empieza a sentirse como si caminara sobre cáscaras de huevo. Para evitar cualquier cosa que pueda detonar la ira de la pareja acaba aceptando todo, incluso puede dudar de su propio criterio.
Fase de explosión de tensión
El agresor pierde el control y estalla la violencia tanto física como psicológica (depende de los casos, también puede haber violencia sexual y económica).
Se trata de una violencia gradual. Comienza con empujones o bofetadas y puede ir degenerando hasta acabar en feminicidio. Tras un episodio de violencia, aunque el agresor pueda llegar a reconocer su pérdida de control, lo justifica haciendo responsable de su comportamiento a la otra parte.
Fase de luna de miel
El agresor se muestra arrepentido por su conducta y actitud y se disculpa. Promete que cambiará y asegura que no volverá a suceder nada parecido. Y realmente, al principio, cambiará. La tensión y la violencia desaparecen, no hay escenas de celos, y dejan espacio a un comportamiento de "reparación, seducción y disculpa". Tiene detalles, concede, atribuye la culpa de su comportamiento a razones externas (una dificultad económica, problemas laborales…). Cambia su comportamiento y la otra parte vuelve a creer en la pareja. Pero cuando el agresor se siente seguro y perdonado, se iniciará el ciclo partiendo de nuevo de la fase de acumulación.
En las sucesivas vueltas del ciclo de la violencia de género cada vez la fase de luna de miel se dará con menos frecuencia (y será más breve) y la del estallido de la violencia llegará antes (incluso puede que con mayor intensidad y con nuevas formas de violencia).
Indefensión aprendida
Además del ciclo de la violencia de género, Walker conceptualizó en 1983 la teoría de la indefensión aprendida, basada en la teoría de Seligman del mismo nombre.
El psicólogo Martin Seligman observó que los animales de sus investigaciones sufrían depresión ante determinadas situaciones y decidió llevar a cabo un experimento. A animales enjaulados se les empezó a aplicar descargas eléctricas con intervalos de tiempos variables y aleatorios para evitar que pudieran detectar un patrón.
Aunque al principio los animales intentaron escapar pronto vieron que era inútil y que no podían evitar una repentina descarga eléctrica. Así que, cuando les dejaron escapar no hicieron nada. Habían desarrollado una estrategia de afrontamiento (la adaptación). Este efecto se llamó indefensión aprendida.
A través de la teoría de la indefensión aprendida, Walker quiso explicar la sensación de parálisis y anestesia emocional que experimentan las mujeres víctimas de la violencia de género. La mujer, que vive en condiciones abusivas, ante las amenazas de violencia o incluso de muerte, ante la sensación de impotencia, se rinde. Es como vivir esperando la repentina descarga eléctrica en una espiral de violencia que la lleva al aislamiento.
Cómo salir del ciclo de la violencia de género
En España desde 2003, momento en que se empezaron a recopilar datos, se cifra en 1.164 las mujeres víctimas mortales por violencia de género (por parte de su pareja o expareja) según datos a día de hoy del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Según una investigación publicada por la revista The Lancet, una de cada cuatro mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida. Conocer qué es la violencia de género y cómo actuar es el primer paso para acabar con ella.
¿Qué hacer si sufres violencia de género?
Lo primero es buscar el apoyo de familiares y amistades, romper el silencio y denunciar.
Dar el paso no es fácil y es normal tener miedo, por eso se necesita el apoyo de seres queridos y profesionales para romper ese círculo. Con una pareja que ejerce la violencia y el maltrato no se puede ser feliz.
Si sufres violencia de género, te recomendamos contactar con el teléfono gratuito de información y asesoramiento jurídico 016. Es un servicio público puesto en marcha por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, funciona las 24 horas del día y está atendido por profesionales especializados en esta materia. También puedes comunicarte por WhatsApp (600 000 016) y por correo electrónico escribiendo a 016-online@igualdad.gob.es
Es importante que las mujeres víctimas de violencia de género sepan que no están solas y que tienen la posibilidad de ser acompañadas en un camino de liberación accediendo al apoyo jurídico, informativo y psicológico. Si precisas de un psicólogo online no dudes en contactarnos.