La bibliografía sobre las relaciones de pareja en psicología es amplia, mientras que la figura del amante queda relegada a un segundo plano. Como en la vida real, esta figura permanece en la sombra, desterrada a párrafos secundarios aunque juegue un papel importante en el "sistema de pareja".
¿Cuál es el rol del amante en una relación amorosa?, ¿cuál es el papel de esa persona que parece que se conforma con las migajas de amor, con el poco tiempo y el poco espacio que otra persona le quiere dar? En este artículo tratamos de sacar de las sombras a esa persona enfocándonos en el rol que juega el amante dentro de las relaciones de pareja.
Los psicólogos evolucionistas llaman a quienes entablan relaciones amorosas con personas en pareja mate poachers, algo así como cazadores de pareja. Como explica el psicólogo Lawrence Josephs en su libro Infidelidad, estas personas establecen un pacto secreto para "compartir la pareja infiel con la pareja traicionada" y pueden hacerlo de forma ocasional o de forma continua.
La traición puede no ser premeditada, pero puede ser:
- Circunstancial, es decir, algo ocasional y que no compromete los aspectos de fondo de la pareja.
- Crónica o duradera, en la que se establecen reglas entre las partes y hay una continuidad.
Las relaciones satélites pueden durar años, incluso ser iniciadas en paralelo por ambos miembros de la pareja oficial sin que ello suponga una ruptura (aunque, tarde o temprano llegue el ajuste de cuentas).
En otros casos, en las relaciones fuera de la pareja se desvinculan sexo y amor para protegerse de posteriores complicaciones (aunque nunca es una garantía de que no pueda convertirse en algo más profundo).
Psicología del amante
La persona con el rol de amante se convierte en un perfecto chivo expiatorio y recibe fácilmente la hostilidad, con razón o sin ella, del resto:
- De quienes sufren la traición.
- A veces de quienes traicionan.
- De todas las personas conocedoras de la historia.
Esto suele ocurrir porque hay una imagen las personas con el rol de amante de ser personas que carecen de escrúpulos, que son tentadoras y engatusan "a sus víctimas" con su poder seductor.
Una persona con el rol de amante representa una amenaza, sobre todo si no tiene pareja. Su soltería le deja libre de ataduras, no tiene ningún otro vínculo amoroso que perder, pero esto no quiere decir que no pueda originar problemas a la otra parte. En un momento dado pueden aparecer:
- posible chantaje emocional;
- pequeñas venganzas;
- peleas y celos.
A veces, puede sentirse como el "tercero dañado". Esto ocurre, según Freud, en el momento en que se da cuenta de que no puede obtener un compromiso exclusivo de la persona que comete traición.
Los significados del deseo
La persona con el rol de amante en una relación amorosa puede ser imaginada como una figura no resuelta dispuesta a permanecer en un perpetuo estado de espera y contenta con los momentos robados a una relación que es oficial, mientras ella permanece en la sombra y con amor no correspondido, al menos de forma saludable. De aquí surge la idea de cómo es este tipo de persona:
- Con baja autoestima.
- Temerosa de tener una pareja solo para ella.
- Con cierta incapacidad para elaborar los propios ideales.
- Portadora de dolor, dudas, incertidumbres, a veces, incluso con sentimientos de culpa y vergüenza.
- Con dependencias emocionales no resueltas.
- Con apego inseguro o abandono en la infancia.
El psicoanalista Aldo Carotenuto recuerda que el deseo de engañar esconde "una insaciable sed de confirmación, como si la autoestima nunca se hubiera consolidado" y la persona está en busca de una continua reafirmación tanto a nivel afectivo como erótico.
El rol del amante en una relación amorosa
Cualquiera que sea la situación, la persona con el rol de amante conforma un triángulo que puede tener la función de unir o dividir a la pareja oficial, dependerá la evolución que esta tenga.
En cualquier caso, el rol del amante en una relación amorosa marca una transformación de la pareja y destruye sus premisas iniciales. Se puede decir que el amante cumple la función de organizador o desorganizador de la pareja porque, al crear el caos en la relación, permite nuevos impulsos.
Este tercer elemento en la pareja despierta las fantasías no solo en la parte de la persona que traiciona, sino también de la persona traicionada. Como diría Freud:
- Uno es el objeto edípico ideal (un sujeto del sexo opuesto con el que tener una relación).
- Para el otro se convierte en el objeto persecutorio, el rival edípico (un individuo del mismo sexo con el que competir).
Buscar un nuevo equilibrio
Como recuerda el psicólogo Jean-François Vézina en su libro La aventura del amor: la persona infiel se traiciona a sí misma porque al satisfacer secretamente sus necesidades no las expresa a la otra parte, que permanece ajena a ellas.
La traición:
- Plantea preguntas y abre conflictos a los que hay que enfrentarse, en primer lugar con uno mismo.
- Subraya el impás en el que se encuentra la pareja.
- Determina el momento en el que hay que hacer cambios importantes en la relación.
Dado que la pareja tiende a la fusión, la traición, en un sentido evolutivo, es la separación del objeto: aquello que impide que la pareja se cierre sobre sí misma, impidiendo la cristalización de las partes.
Como dice el psicólogo Fabio Monguzzi, para que la traición sea tratada de la mejor manera debe interpretarse en un sentido evolutivo, como un acontecimiento que afecta a ambas partes y abre perspectivas de cambios necesarios. El desequilibrio que la tercera persona aporta a la pareja creará la necesidad de buscar un nuevo equilibrio y una nueva conciencia, marcando el inicio de la nueva historia que la pareja deberá escribir para sí misma.
En el caso de que el vínculo amoroso entre dos partes atraviese dificultades y no se vea la posibilidad de superar la crisis de pareja que se ha generado, una opción es acudir a terapia de pareja y ver cómo se puede encontrar este nuevo equilibrio. Si es este es tu caso, puedes ponerte en contacto con un psicólogo online de Unobravo, especialista en problemas como superar una infidelidad.
Por el contrario, si eres la persona que cumple el rol de amante en una relación amorosa y no encuentras cómo salir de ese vínculo, también puedes ir al psicólogo para que te ayude a encontrar las herramientas necesarias.