La relación madre-hija es un vínculo único que pasa por diferentes fases y etapas, desde la gestación hasta la edad adulta. Los papeles, con el tiempo, se invierten y la relación puede pasar por un cierto grado de conflicto. Por eso, alguna vez habrás escuchado eso de "mi hija no me soporta" o "esa hija parece que odie a su madre".
En este artículo descubriremos la complejidad del vínculo entre madre e hija, y prestaremos especial atención a la relación conflictiva que puede surgir entre ellas en las diferentes etapas, incluso en edad adulta. También intentaremos responder a la pregunta "¿Cómo recuperar la relación con mi propia hija?".
Madres e hijas: un vínculo único
Entre madre e hija existe una conexión especial que se basa en la ambivalencia (es decir, en necesidades contradictorias) hay intensidad, unión, dificultad, distancia...
El vínculo madre-hija comienza a establecerse ya en la gestación a través del timbre de la voz, los latidos del corazón y la atención de la madre al embarazo. Después del nacimiento, en el periodo inmediatamente posterior y durante algún tiempo, se convierte en una relación simbiótica de dependencia madre-hija.
Entre los dos y los tres años la relación madre-hija gira en torno a un fuerte sentimiento de dependencia de la niña hacia su madre. La simbiosis madre-hija se transforma hacia los cinco años, periodo en el que la relación vuelve a cambiar: la niña empieza a ver a su madre como punto de referencia para construir su propia identidad femenina.
La relación madre-hija fue investigada por Freud, quien cuestionaba el vínculo entre madre e hija en relación con la construcción de la sexualidad de esta última. Para que la hija pueda definirse a sí misma debe separarse de algún modo de su madre y trasladar su "objeto de amor" de la madre al padre.
Conflicto madre-hija en la infancia
En diferentes etapas de la vida, madre e hija atraviesan ciertos cambios en su vínculo. Por ejemplo, puede surgir una relación conflictiva entre la madre y la hija pequeña si la madre sufre una depresión posparto (en casos muy graves, la depresión posparto puede provocar el síndrome de Medea, el asesinato físico o psicológico del propio hijo).
Otra posible causa de conflicto madre-hija en la infancia puede darse en el caso del trastorno oposicionista desafiante, es decir, el trastorno de conducta que lleva a la niña a oponerse a la figura de autoridad con extrema hostilidad.
También pueden ser los celos, provocados por la llegada de un hermano o hermana menor, los que desencadenen el conflicto en la relación madre-hija, por la sobreprotección o la falta de cuidados, y que acabe dando lugar a una "relación tóxica" entre madre e hija.
Una relación disfuncional entre madre e hija en un periodo tan delicado como la infancia puede tener graves consecuencias, especialmente en el ámbito relacional o en la gestión de las propias emociones.
La difícil relación entre madre e hija adolescente
La relación entre la madre y la hija preadolescente se ve afectada por los grandes cambios en la adolescencia que la hija empieza a afrontar al entrar en esta nueva fase de la vida. El conflicto madre-hija en la adolescencia es frecuente porque es el momento en que la hija comienza su camino hacia la autonomía y puede ser un momento crítico para que la madre desarrolle codependencia emocional, debido a que puede tener dificultades para adaptarse a la creciente independencia de su hija.
En esta fase la niña deja de ser niña como tal y, como es natural, empieza a cuestionar su dependencia de la madre. Las normas de convivencia en el hogar para adolescentes suelen ocasionar grandes desencuentros y la relación puede sufrir grandes cambios. Pueden ocurrir diferentes cosas, como por ejemplo:
- La madre es idealizada como un modelo lejano y casi inalcanzable.
- La hija intenta separarse de ella. Aquí entran en juego algunas emociones, primero la ira y luego la culpa.
Estos cambios, al fin y al cabo, son mecanismos de defensa que, aunque pueden ser dolorosos en la relación madre-hija en la adolescencia, sirven para que la joven cree su propia identidad en la que el modelo de la madre se sitúa junto al de otras figuras femeninas.
Relaciones conflictivas entre la madre y la hija adulta
Los conflictos entre padres e hijos adultos no son extraños. En el caso de la relación entre hija y madre se da uno de esos vínculos en los que se enseña "cómo estar en el mundo" y cómo comportarse en las relaciones. Por lo tanto, en una relación conflictiva entre madre e hija en la que se no se han resuelto y se mantienen tensiones de la adolescencia, en la edad adulta las consecuencias pueden ser múltiples, y esto muchas veces explica por qué un hijo adulto rechaza a su madre, la ignora o incluso llega a desarrollar sentimientos de odio.
Una vez pasada la adolescencia, pueden surgir nuevos problemas que dificulten la relación madre-hija. El conflicto en la edad adulta puede surgir, por ejemplo:
- La madre es agresiva con su hija criticándola a menudo.
- La hija está celosa de la madre o viceversa (hay madres celosas de sus hijas).
- La relación entre madre e hija es morbosa o simbiótica.
- Existe dependencia emocional entre madre e hija.
- Las madres tóxicas tienen un comportamiento castrante hacia las hijas.
- Hay violencia psicológica entre madre e hija.
Madres e hijas: conflictos y juicios no resueltos
Como hemos mencionado, hay varios casos en los que el conflicto madre-hija no termina en la adolescencia. A menudo, cuando la hija se convierte en madre, se desencadenan las "reclamaciones de compensación". Se empieza a empieza a hacer frente lo que, como hija, no se recibió.
Puede ocurrir que la madre provoque inconscientemente en su hija un mecanismo de proyección de sus propios deseos, ligado al pensamiento de saber lo que es bueno para su "criatura". En este caso la madre espera que su hija sea diferente de lo que es y le impone a la fuerza sus expectativas.
La conflictiva relación madre-hija puede desencadenar consecuencias como peleas, malentendidos y, a veces, incluso competición. En otros casos, cuando madre e hija no hablan, el conflicto permanece en silencio.
La relación conflictiva entre madre e hija adulta: cuando se invierten los papeles
Cuando la madre tiene problemas psicológicos, como depresión, trastorno bipolar, adicciones o traumas, es la niña quien puede asumir el papel de cuidadora. Los papeles se invierten y es la hija la que cuida de la madre.
Esto también puede ocurrir en los casos en que las hijas comienzan a ver a su madre como una amiga y compañera. Se habla, en estos casos, de un cuidado materno-filial invertido, concepto teorizado por el psicólogo y psicoanalista J. Bowlby dentro de sus estudios sobre el apego.
Sobre la relación madre-hija, la psicología nos enfrenta a posibles situaciones disfuncionales, como la de distanciarse, como si fuera una forma de perdonar a su madre por los errores cometidos durante su crecimiento.
Por supuesto, el conflicto madre-hija también puede dar lugar a un acercamiento, que promueva la resolución de ciertos conflictos que son útiles precisamente para recuperar la relación entre madre e hija adulta.
Comprender el vínculo madre-hija, crear uno nuevo
La psiquiatra y psicoanalista Marie Lion-Julin, que lleva más de 15 años tratando la relación entre madres e hijas, afirma en su libro Madres, liberad a vuestras hijas:
"Liberación significa ser capaz de crear su propia vida según sus propios criterios, dejando de depender de la aprobación materna. También significa liberarse de una pesada herencia femenina de dependencia transmitida de madre a hija".
La autora francesa pretende ayudar a las mujeres a entender el vínculo que puede condicionar sus vidas y hacer la distinción, la separación y finalmente el desapego entre madre e hija.
Afrontar la realidad de la relación puede ser a veces difícil, pero no por ello menos necesario. Se da un paso liberador, casi inevitable. El vínculo madre-hija tiene una fuerte influencia en varios aspectos psicológicos de esta, ya que afecta a diferentes áreas:
- autoestima;
- independencia;
- relaciones;
- la forma de vivir embarazo y maternidad;
- la forma de experimentar la feminidad.
¿Cómo recuperar la relación madre-hija?
¿Cómo mejorar la relación madre-hija? Resolver los conflictos entre madre e hija es posible, siempre que ambas partes estén dispuestas a cuestionar sus propias creencias y a escucharse mutuamente. Madre e hija deben intentar:
- Aceptar los límites de la otra.
- Valorar los recursos que han alimentado su relación.
- Perdonar lo que se ha vivido como un error, y al revés; cómo aprender a pedir perdón por los errores cometidos.
- Reabrir el diálogo, vinculando pasado, presente y futuro.
A veces, aunque la voluntad de resolver los conflictos entre madre e hija sea sincera, puede haber dificultades para que esto ocurra. ¿Cómo se puede recuperar entonces una relación entre madre e hija? En estos casos, buscar la ayuda de un especialista puede ser de gran ayuda, sobre todo cuando se hace evidente que una persona no se siente cómoda en las relaciones que se desarrollan y le causan sufrimiento.
Con la ayuda de un profesional experto en relaciones, como un psicólogo online Unobravo, se abordará el conflicto madre-hija a través de la psicología, con el objetivo de sanar un vínculo problemático y reconstruir una relación serena.