Trastornos de la personalidad
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La herida narcisista: un dolor que nadie ve

La herida narcisista: un dolor que nadie ve
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Roberta Pisano
Redacción
Psicoterapeuta con orientación Gestalt
Unobravo
PUBLICADO EL
24.5.2024

El narcisismo es uno de los temas más debatidos tanto en el ámbito de la psicología como fuera de ella. Basta echar un ojo por internet para encontrar un montón de contenido que tiene como denominador común el narcisismo, cómo por ejemplo “qué es la herida narcisista”, ¿cómo son las personas narcisistas en una relación de pareja?". 

Efectivamente, vivir en una relación con una persona narcisista puede ser devastador para la otra persona, quien podría desarrollar un complejo de inferioridad o incluso convertirse en una relación tóxica, pero, ¿qué hay detrás de esta controvertida personalidad? 

Y, sobre todo, ¿somos conscientes de las consecuencias que conlleva esa "herida narcisista" que las personas víctimas de un narcisista llegan a desarrollar? Es fundamental distinguir entre los simples rasgos de personalidad y los trastornos narcisistas más graves para entender mejor esta condición y sus efectos.

Sigue leyendo para descubrir más sobre la herida narcisista y cómo afecta a las personas en su vida diaria.

Narciso: el nacimiento del mito

Según la mitología griega, Narciso era hijo de Crecifus, el dios del río, y de la ninfa Liriope. Narciso destacaba por su indiscutible belleza, así que era fácil rendirse a sus pies, aunque él rechazaba a cualquier persona. Un día, Eco, maldita por la esposa de Zeus a no tener voz y poder repetir solo las últimas palabras de aquello que escuchara, declaró su amor a Narciso. Él se burló de ella y, de malas formas, la rechazó. Eco, desconsolada, pidió la intervención de varias deidades para castigar a Narciso. Así ocurrió. Némesis, la diosa de la justicia y la venganza, hizo que Narciso se acercara a un arroyo y quedara embelesado contemplando su propia belleza. Tanto se acercó para contemplar lo hermoso que él mismo se veía que cayó y murió ahogado.  

El mito de Narciso pone de manifiesto cuál es el drama de este tipo de personalidad: el amor excesivo no por la propia persona ¡ojo!, sino por la propia imagen que en el mito conduce a una muerte solitaria.

la herida narcisista
Fotografía de Pixabay

¿Existe un narcisismo saludable?

Muchos autores creen que existe un narcisismo que puede ser sano, muy diferente del trastorno de la personalidad narcisista.

El narcisismo sano hace referencia a las características que se asocian típicamente con las personalidades narcisistas, por ejemplo:

  • egocentrismo;
  • ambición;
  • amor propio;
  • atención a la propia imagen.

Estas características, en función de cómo sean utilizadas, podrán ayudar a la persona a alcanzar sus objetivos de crecimiento personal. El narcisismo sano hace que la persona se ame y cuide de sí misma, mientras que el narcisismo patológico cuida la fantasía de esa imagen de un “yo” falso.

Muchos autores señalan que existe una fase narcisista fisiológica en la adolescencia. La persona adolescente experimenta la complejidad de una construcción de la identidad que implica también la creación de un nuevo sistema de autorregulación, cuyo objetivo final es el reconocimiento del propio valor como persona.

Efrain Bleiberg subraya lo difícil que es crear una línea de demarcación clara entre las experiencias de vergüenza, omnipotencia y vulnerabilidad típicas de la adolescencia cuando se intenta construir la propia identidad. Puesto que estas experiencias son compartidas con el narcisismo patológico, el diagnóstico del trastorno narcisista debe hacerse en edad adulta temprana.

la herida narcisista
Fotografía de Felipe Tavares (Pexels)

Señales de narcisismo

El trastorno narcisista de la personalidad, según la clasificación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, se caracteriza por lo siguiente:

  • falta de empatía;
  • idea grandiosa de sí mismo/a;
  • necesidad constante de admiración por parte de otra persona.

La falta de empatía es una característica de la persona narcisista. No se puede soportar la idea de depender de alguien y de no tener a la otra persona bajo su control, entonces, la niegan, de hecho, es como si la eliminaran. 

El “yo grandioso'' es hijo de una historia familiar en la que el niño o niña entró en contacto con padres demasiado exigentes o, peor aún, emocionalmente inaccesibles. La falta de contacto afectivo temprano es una espada de Damocles sobre la autoestima en la infancia, que se compensa desarrollando ese sentido de superioridad (identificable también en el complejo de superioridad) tan fácil de encontrar en este tipo de personalidad.

El niño o niña confunde la admiración con el amor y en su relación con otras personas aprende a mostrar solo su lado brillante mientras oculta el resto. Como señaló K. Horney: “El narcisista no se ama a sí mismo, solo ama sus partes brillantes”. La imagen que transmite la persona narcisista es tan cegadoramente grandiosa como frágil; debe ser continuamente alimentada por la admiración y la aprobación del resto. Y es precisamente en este punto donde se puede encontrar toda la vulnerabilidad narcisista, pues "la expresión vulnerabilidad narcisista se entiende como la tendencia a reaccionar ante los reproches y las decepciones con una pérdida significativa de la autoestima... Se piensa que la vulnerabilidad narcisista surge como resultado de experiencias tempranas de impotencia, pérdida o rechazo".

Toda la existencia de alguien narcisista parece, de este modo, una grotesca paradoja, incapaz de sentir empatía por otros debido a un antiguo miedo a la dependencia. Estas personas para poder mantener viva la grandiosa imagen de sí mismas, que como un fuego corre el riesgo de extinguirse si no es alimentado, necesita continuos halagos y aprobaciones externas.

Cuando estas faltan, la persona narcisista siente una sensación de vergüenza e inadecuación que le lleva a profundas experiencias depresivas, en las que experimenta toda la soledad de su existencia. Como la herida narcisista es tan antigua y la negación de otras partes de su persona es tan profunda, es muy difícil que alguien pueda acceder a esas experiencias, y la persona narcisista se encuentra a menudo con la desagradable sensación de no sentirse comprendida.

En este contexto, aspectos como aprender a pedir perdón o reconocer los errores puede ser particularmente desafiante para alguien con rasgos narcisistas, ya que esto implica enfrentarse a su propia vulnerabilidad y reconocerla ante los demás. Este paso es crucial no solo para la reparación de relaciones dañadas sino también para el crecimiento personal del individuo.

En resumen, lo que experimenta una persona con narcisismo patológico es lo siguiente:

  • Dependencia de la aprobación de los demás.
  • Incapacidad de amarse a sí misma y de amar auténticamente.
  • Experiencias depresivas.
  • Soledad existencial.
  • Sensación de incomprensión.
Las consecuencias de una herida narcisista sobre la salud mental
Foto de MART  PRODUCTION (Pexels)

¿Qué es una herida narcisista? 

Para comprender qué significan las heridas narcisistas y cuáles son, antes tenemos que hablar de lo que precede a este tipo de daño psicológico, que no es otra cosa que el abuso narcisista.

El abuso narcisista es un patrón de comportamiento destructivo que se caracteriza por la explotación, la manipulación emocional y la búsqueda constante de poder y control por parte de personas con rasgos narcisistas. Este tipo de abuso se da comúnmente en relaciones personales, como familiares, amigos cercanos o parejas (la herida narcisista en el amor es más común de lo que creemos). Es en estas relaciones en las que el narcisista emplea tácticas para minar la autoestima y la independencia de la víctima. Aclarado esto, veamos ahora cuál es la definición de herida narcisista.

Una herida narcisista se forma cuando una persona crece en un ambiente donde sus necesidades no son atendidas y su individualidad no es valorada, a menudo en familias con padres narcisistas. Una madre o un padre narcisista puede sentirse amenazada o amenazado por la personalidad y cualidades de sus hijos, reduciéndolos a objetos que reflejan sus propios deseos y necesidades. Esta herida narcisista de una madre o un padre impacta profundamente en el desarrollo emocional del individuo.

Este dolor y falta de reconocimiento persisten en la vida adulta, llevando a las personas a buscar en sus relaciones aquello que no recibieron en su infancia. Sin embargo, estas demandas y expectativas no son realistas y provienen de necesidades infantiles insatisfechas, lo que genera un círculo vicioso de insatisfacción y dependencia emocional.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que un individuo narcisista también puede sentirse herido. Un narcisista herido puede reaccionar intensamente hacia quien le ha dañado, usando la ira sistemáticamente y descargando su frustración contra su objetivo. Esto es fácil y difícil al mismo tiempo, pues son personas muy inseguras y vulnerables, a pesar de que se esfuerzan por no mostrarse como tal. Una herida de infancia de un narcisista puede llevar a una profunda sensación de inseguridad y falta de valía, lo que perpetúa un ciclo de búsqueda constante de validación en la vida adulta.

Por último, es importante tener clara la diferencia entre narcisismo y herida narcisista. El narcisismo, como hemos visto, es un rasgo de personalidad caracterizado por una excesiva autoadmiración y una falta de empatía hacia los demás. En cambio, el significado de la herida narcisista tiene que ver con el dolor emocional y psicológico que surge cuando el ego es amenazado o herido, y las necesidades y expectativas propias no son atendidas ni satisfechas.

Ejemplos de heridas narcisistas

Las heridas narcisistas pueden manifestarse en diversas situaciones cotidianas. Por ejemplo, un niño que constantemente busca la aprobación de sus padres narcisistas, pero nunca la recibe puede crecer sintiéndose inadecuado y sin valor. 

En la adultez, esta persona podría entrar en relaciones donde busca desesperadamente el reconocimiento y el amor que no tuvo en su infancia, solo para encontrarse atrapado en un ciclo de insatisfacción y dependencia emocional.

Otro ejemplo es el empleado que, pese a sus logros y esfuerzos, nunca recibe elogios de su jefe narcisista. Esta falta de reconocimiento puede provocar sentimientos de incompetencia y frustración, afectando gravemente su autoestima y bienestar emocional.

Las tres heridas narcisistas de la humanidad según Freud

En su trabajo "Una dificultad del psicoanálisis" de 1916, Sigmund Freud reflexionó sobre cómo el amor propio de la humanidad ha sufrido tres graves afrentas a lo largo de la historia, todas provenientes de la investigación científica. Según él, estas heridas narcisistas desafían profundamente el narcisismo humano y nuestra percepción del lugar que ocupamos en el mundo. 

La primera herida narcisista, denominada por Freud como "afrenta cosmológica", fue infligida por Nicolás Copérnico, quien desafió la creencia en el geocentrismo al imponer la teoría heliocéntrica. Esta idea despojó a la Tierra de su posición central en el universo, perturbando así la creencia en nuestro papel dominante en el cosmos y afectando el núcleo del narcisismo humano.

Para Freud, la segunda herida narcisista la infligió Charles Darwin con su teoría de la evolución. Darwin despojó al ser humano de su condición de criatura divina hecha a imagen y semejanza de Dios, y lo situó como un eslabón más en la cadena evolutiva.

La tercera herida narcisista, según Freud, llegó con la introducción del concepto de inconsciente por parte de Freud. Esta noción implicaba que no éramos los señores de nuestra propia "psiquis", sino sujetos dominados por los impulsos de nuestros deseos.

Autores posteriores como Heinz Kohut y Friedrich Nietzsche también contribuyeron a la comprensión del narcisismo. Por ejemplo, Kohut, con su teoría del self, exploró cómo las heridas narcisistas afectan el desarrollo emocional y la identidad, mientras que Nietzsche destacó la fragilidad del ego humano frente a las verdades más crudas de la existencia, enfatizando el dolor y la vulnerabilidad intrínseca al ser humano.

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¿Cómo superar una herida narcisista?

Todos atravesamos por este tipo de heridas narcisistas; por ejemplo, cuando no somos el centro del mundo para el otro, al darnos cuenta de que no somos perfectos, al equivocarnos, etc. Sin embargo, cada persona reacciona de acuerdo con los recursos emocionales que tiene. 

Cuando no se es capaz de sobreponerse, los estados depresivos —que pueden variar en intensidad, pero implican un estado de tristeza, sentimiento de minusvalía, pérdida de interés por el mundo y sentimientos de vacío— se pueden instalar en la persona. Estos pueden cesar cuando se logra recuperar el equilibrio narcisista; por ejemplo, si una persona perdió a su pareja, consigue a otra; o si fracasó en un proyecto, rápidamente emprende otro. 

Una de las mejores formas de superar la herida narcisista en el amor o en cualquier otro ámbito de la vida es comenzar un proceso terapéutico guiado por un profesional de la salud mental, por ejemplo un psicólogo online, quien nos ayudará a comprender mejor lo que nos ha ocurrido para integrarlo y darle sentido, y tratar de superarlo.

Probablemente todo el mundo ha pasado por una fase más o menos narcisista y eso le haya ayudado a crecer y a consolidar la autoestima. Hay que entender que detrás de una imagen de egocentrismo y falta absoluta de interés y amor hacia otra persona, muchas veces se esconde una antigua herida: la herida narcisista, ese dolor que nadie ve. Así que tengamos paciencia y empatía, y evitemos juzgar sin antes conocer en profundidad la realidad de las personas con las que nos relacionamos.

Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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