El amor probablemente sea uno de los grandes hilos conductores de la vida; es un concepto que puede abarcar un gran número de definiciones y matices diferentes y que queda fuera de la dimensión espacio temporal. Es un sentimiento universal que, en cualquiera de sus formas, surge de manera espontánea.
Todas las personas necesitamos amar y sentirnos queridas, que se nos aprecie y se nos reconozca. Soñamos con encontrar a nuestra alma gemela, deseamos poder tener a alguien a nuestro lado que nos entienda y nos cuide, el resto de nuestras vidas.
Pero, ¿qué ocurre cuándo el amor no es correspondido? ¿Cómo nos sentimos cuando amamos pero no somos amados? ¿Cómo podemos saber si el amor que sentimos no es correspondido y qué podemos hacer al respecto?
Enamoramiento y amor no correspondido: ¿por qué ocurre?
El estado de enamoramiento puede parecernos mágico. La persona que se enamora sonríe, es amable, su felicidad parece inmotivada. La experiencia del amor requiere el encuentro con el otro, con esa persona que nos hará “perder la cabeza” o que nos “robará el corazón” y nos hará literalmente “caer rendidos” en el amor.
En nuestro interior, todo cambia. El cerebro desencadena una tormenta química que libera oxitocina, dopamina y adrenalina, induciendo un estado de placer y euforia que nos hace sentir “mariposas en el estómago”.
Un vórtice de emociones nos inunda, nos alimenta, llegando incluso a privarnos del apetito, hasta el punto de poder “vivir de amor” como se suele decir. Pero, ¿qué pasa cuando todas estas sensaciones y emociones no se dan también en la otra persona? En un instante, el amor nos revela su “lado oscuro” que puede llegar a ser causa de mortificación y desesperación.
Cuando un amor no es correspondido, o cuando te han hecho ghosting - al final también es una forma de hacerte ver que no te corresponden-, esas emociones fuertes y esas palpitaciones, nuestras expectativas, sueños, deseos y proyectos, se nos plantean cada vez más inalcanzables hasta que chocan con la creencia de que “nos hemos enamorado de la persona equivocada” y que ésta no esté dispuesta a creer en ese proyecto que nosotros tanto deseamos.
El objeto de un amor no correspondido
¿De quién nos enamoramos? Puede ser de un amigo que no demuestra interés por nosotros, incluso si esa persona está lejos en una relación a distancia, de un desconocido, de un personaje famoso inalcanzable, de un compañero de trabajo o de alguien con quien ya mantuvimos una relación amorosa en el pasado (que puede transformarse en objeto de amor incluso años después).
Los amores no correspondidos tienen características muy similares entre ellos. A menudo, se idealiza a la otra persona, atribuyéndole cualidades únicas, especiales, fantásticas. Se vive un amor hipotético, que puede ser real hasta cierto punto. Un amor a medias, unilateral.
Un amor infeliz y dispar, que hace daño (pensemos en cómo nos sentimos, por ejemplo, en días señalados como el de San Valentín, cuando este amor no es correspondido). Un amor que, en literatura, ha dado vida a miles de obras pero que, en la vida real de cada día, puede llegar a tener consecuencias desagradables a nivel emocional.
Sufrir por un amor no correspondido
Sentirse mal a causa de un amor no correspondido es normal: cuando vivimos un amor de “rechazo”, igualmente intenso y profundo, experimentamos la renuncia del otro. Y aunque amar implique una cierta vulnerabilidad y estar expuestos ante la posibilidad de no ser correspondidos, nunca estamos preparados para algo así.
¿El amor no correspondido tiene síntomas reconocibles? Si un amor no está siendo correspondido, ¿cómo lo reconocemos? El primer paso a seguir es escucharnos a nosotros mismos.
En psicología, un amor no correspondido se asocia al concepto de rechazo del que, a su vez, podemos defendernos a través del mecanismo de defensa de la negación con el que construímos, además, una historia de fantasía.
La construimos según nos gusta, representando al otro como “nuestro ideal”, la pareja perfecta. Cuando abrimos los ojos, nos damos cuenta de que todo eso no existe.
Es así cómo llegamos a la frustración, llegan las dudas y los miedos de no ser deseables como persona, incluso de no ser suficientemente amables, de no merecer el amor, de no estar a la altura. Nos sobrecoge el sentimiento de inseguridad y de ineptitud, la soledad, nos sentimos mal, inapropiados, como si nos faltara algo.
Amor no correspondido en psicología
Quien sufre por el miedo constante de perder el amor está convencido de que antes o después se quedará solo porque el otro se irá. Este miedo puede dar lugar a un estado de alarma, de híper-vigilancia del entorno, llevándolo a detectar señales que lo que harán es acercarle a aquello que más teme, como si se tratara de una profecía que se auto realiza.
En psicología, se habla también del “esquema del abandono”, un modo de pensar en nuestro yo, dentro de las relaciones, que nos hace vivir en un estado de inestabilidad emocional. Este estado puede conducirnos hacia personas que, a su vez, se muestran inestables e impredecibles, como por ejemplo, una pareja que no quiere comprometerse de forma seria o que ya tiene otra relación y que, por lo tanto, no nos concederá mucha disponibilidad y caeremos en el rol del amante.
Este miedo a que nos abandonen podría transformarse también en una estrategia de rechazo preventivo del compromiso. Se evitan las relaciones serias y profundas adquiriendo en su lugar un comportamiento de antidependencia, de forma que no se pueda correr el riesgo de establecer un tipo de relación importante.
Consecuencias de no ser correspondido en el amor
Cuando la desilusión y el dolor por un amor no correspondido nos hacen sufrir, podemos entrar en un “bucle” en el que el pensamiento sobre el otro se hace constante y acaba siendo un estorbo, un intruso. Las emociones que afloran con más frecuencia oscilan entre el querer estar junto a esa persona, objeto de nuestro amor, y la rabia por lo que está ocurriendo.
En ocasiones, un amor no correspondido, puede desembocar en una verdadera obsesión. Lo que nos lleva a esa sensación de sentirse solo, de tristeza, de melancolía, apatía y, a veces, a experimentar estados de ansiedad y depresión.
La ansiedad por el amor no correspondido se amplifica aún más en aquellos casos en los que estamos en una relación en la que nos gustaría recibir más, pero en la que la otra parte es ambigua, nos engaña y nos da migajas de amor (breadcrumbing).
En estos casos, entra en juego en la relación, lo que se conoce como manipulación emocional: la persona nos busca, contesta a nuestros mensajes, está con nosotros, pero no da cabida a ningún tipo de proyecto futuro, prolongando en el tiempo un vínculo que puede acabar siendo lo que conocemos como relaciones tóxicas.
De esta forma, quedamos atrapados en una situación de ambivalencia: por un lado seguimos nutriendo la esperanza de que el otro llegue a amarnos algún día y, por el otro, nos conformamos con lo que tenemos aunque sepamos que no es lo que en verdad queremos para nosotros, lo aceptamos aun sabiendo que se trata de un amor no correspondido.
Los riesgos psicológicos de un amor no correspondido en la adolescencia
La adolescencia es una de las etapas más complicadas de las fases del ciclo vital. Es un período de tiempo lleno de cambios que afectan tanto a nuestro interior como a nuestro exterior.
Durante la adolescencia aún no tenemos una definición completa de nosotros mismos por lo que un juicio, una crítica negativa o una ofensa pueden tirar por tierra todo lo que habíamos conseguido hasta ese momento. Un adolescente que vive un amor no correspondido y tiene una baja autoestima podría llegar a pensar: “este amor no correspondido podría no ser así si cambiara yo” o “yo te abro mi corazón y tú me lo destrozas. Será culpa tuya si no vuelvo a abrirme con nadie más nunca”.
El miedo de no estar a la altura que puede sentir un adolescente en un caso de amor no correspondido puede llevarlo a poner en tela de juicio muchos aspectos de sí mismo (como el aspecto físico, por ejemplo, llevándolo a sentir incluso vergüenza o bodyshaming) y, sumándose a otros factores de riesgo, puede ser uno de los eventos generadores de problemas como los trastornos de la conducta alimentaria, el aislamiento, los ataques de ansiedad, problemas de autoestima y depresión.
Amor no correspondido: qué hacer para superarlo
Es difícil entender cómo superar un amor no correspondido ya que, cuando nos adentramos en el territorio de los sentimientos y las emociones, muchas de las reacciones son espontáneas e instintivas, poco relacionadas con la racionalidad..
De hecho, el amor no es objetivo. Quien ama no puede hacer desaparecer sus sentimientos, podrá observarlos e intentan ver las cosas desde una perspectiva positiva, y es que, el amor no correspondido, es también amor, si entendemos este sentimiento como la capacidad de sentir emociones y sentimientos fuertes hacia alguien.
¿Cómo dejar de sufrir entonces por un amor no correspondido? Podemos empezar con el aceptarnos más, ser más amables con nosotros mismos, escucharnos. Saber cómo estamos, qué estamos sintiendo, dedicarnos tiempo a nosotros mismos, a nuestro autocuidado, para darnos más valor e importancia, para definirnos.
Decirle adiós a un amor no correspondido implica tener que enfrentarse con la pérdida (el duelo amoroso) y, al mismo tiempo, con la reconquista de una mayor consciencia de uno mismo, aprendiendo a observar de forma crítica cuánto espacio le estamos dando al otro y cuánto nos estamos quitando a nosotros mismos.
Las relaciones sentimentales son un pacto entre sus integrantes, compuesto por elementos como el sexo y el amor, complicidad y respeto, capacidad de apoyo recíproco y de escucha, un encuentro entre dos individualidades distintas.
“Enloquecer” por un amor no correspondido quiere decir perder de vista el amor por uno mismo, dejando que los pensamientos disfuncionales tomen el control.
Superar un amor no correspondido significa dejar de creer que no somos atractivos, interesantes o amados, para empezar a reflexionar sobre el hecho de que, quizás, si no ha surtido efecto con esa persona, el ingrediente que faltaba dependía de ese encuentro y no de algo que nos faltara a nosotros.
Dejar ir un amor no correspondido, si bien puede ser una prueba difícil, cierto es que puede enseñarnos mucho: todos los encuentros que tenemos adquieren un sentido, incluso aquellos que nos hacen daño, porque el dolor también nos hace crecer, nos lleva hacia el conocimiento y la conciencia de nosotros mismos.
Enfrentarse a ello y superarlo significa empezar a quererse y contestar a la pregunta: antes de amar a esa persona, ¿cuánto me quiero a mí mismo?
Si, a pesar de haber seguido estas pautas y reflexionado sobre ello, vemos que seguimos teniendo dificultades, siempre podremos contar con nuestra mejor aliada para echarnos una mano en el momento de la necesidad: la ayuda psicológica.
¿Qué terapia seguir para superar las consecuencias de un amor no correspondido?
Cualquier enfoque terapéutico, que puedes hacer también en videollamada con los psicólogos online de Unobravo, puede ser útil para superar un momento de dolor como es el de un amor no correspondido.
Analicemos de forma breve algunos de los principales enfoques terapéuticos que pueden ser de ayuda en el momento en el que nos encontramos en dificultad a causa de un amor no correspondido y sus principales consecuencias: pérdida de autoestima y sufrimiento emocional.
El enfoque sistémico, como el analítico, puede trabajar con el aspecto relacional y comunicativo, ayudando a que seamos más conscientes de algunas dinámicas que nos persiguen, volviendo a revivir recuerdos y necesidades del pasado y así intentar asignarles nuevos significados más útiles y a mirar el mundo con otros ojos
El enfoque cognitivo conductual y el estratégico potencian el aprendizaje de estrategias respecto a los pensamientos y las emociones, a favor de un incremento en el número de recursos así como el descubrimiento de nuevas conductas más funcionales.
Y no, la terapia psicológica no puede hacer que esa persona que es el objeto de nuestro amor se enamore mágicamente de nosotros. Una cosa importante es tener claro que la primera persona de la que nos tenemos que enamorar somos nosotros mismos.
Solo si decidimos amarnos a nosotros mismos, dejando espacio suficiente para nuestras necesidades y deseos, si decidimos volver a escucharnos y amarnos, un amor no correspondido puede transformarse en uno sí correspondido. Y entonces, dejar paso al que será el inicio de la historia de amor más bonita y más emocionante de tu vida.