Hay niños y niñas que viven en medio de una tormenta invisible, convertidos en peones involuntarios tras la separación de los padres y que acaban siendo las víctimas en un campo de batalla donde el objetivo es infligir daño extremo a la otra parte. “Te daré en lo que más te duele”, fueron las palabras de Bretón (uno de los casos de violencia vicaria más conocidos en España) a su expareja, Ruth Ortiz, poco antes de asesinar a sus dos hijos. Esa amenaza llevada a cabo ilustra perfectamente qué es la violencia vicaria, tema que nos ocupa hoy.
A lo largo de este artículo veremos el significado de violencia vicaria, analizaremos qué dice la ley y cuáles son los datos, además de arrojar luz sobre algunos temas relacionados con este tipo de violencia.
¿Qué es y por qué se llama violencia vicaria?
La Real Academia Española (RAE) ofrece la siguiente definición del término “vicario”: “Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye.” Pero probablemente con esta explicación todavía te estés preguntando qué es la violencia vicaria.
¿De dónde viene el término de violencia vicaria en psicología? El concepto de violencia vicaria lo acuñó Sonia Vaccaro, psicóloga clínica, basándose en historias en las que hombres utilizaban a sus hijos como arma para mantener contacto con sus ex parejas y continuar ejerciendo maltrato a través de ellos.
Vaccaro define así la violencia vicaria : “Aquella violencia que se ejerce sobre los hijos para herir a la mujer. Es una violencia secundaria a la víctima principal, que es la mujer. Es a la mujer a la que se quiere dañar y el daño se hace a través de terceros, por interpósita persona. El maltratador sabe que dañar, asesinar a los hijos/hijas, es asegurarse de que la mujer no se recuperará jamás. Es el daño extremo”.
Si bien el asesinato de los hijos o hijas es el caso de violencia vicaria más conocido, la coacción, el chantaje y la manipulación en contra de la madre también es violencia vicaria.
Se llama violencia vicaria porque se sustituye a una persona por otra para ejercer la acción. En este caso, para destruir la vida de una madre, se ataca o se arrebata la vida a los hijos o hijas, causando un dolor permanente. Este tipo de abuso también puede darse dentro del hogar familiar, lo que en su caso se conoce como violencia doméstica.
Según las expertas en psicología especializadas en este tipo de violencia, la violencia vicaria es una "violencia instrumental", porque "se trata de deshumanizar a los hijos, quitarles la categoría de personas y ponerles la categoría de objeto, de instrumento con el que dañar a la madre en una violencia que causa un dolor extremo.” Es una manifestación clara de misoginia o desprecio a las mujeres.
Cabe destacar que el término violencia vicaria se incluyó en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género en España.
Manifestación de la violencia vicaria
Este tipo de violencia no tiene una única forma de manifestarse. No obstante, veamos los ejemplos de violencia vicaria más usuales:
- Amenazar con llevarse a los hijos o hijas, quitar la custodia o hacerles daño.
- Humillar, desprestigiar e insultar a la madre en presencia de los hijos.
- Utilizar el régimen de visitas para interrumpir un tratamiento médico o inventar cosas que puedan causar dolor, o simplemente no proporcionar información ni permitir la comunicación.
¿Violencia vicaria hacia el hombre?
De vez en cuando, en especial cuando surgen noticias sobre violencia vicaria, salta a la palestra el debate sobre si existe la violencia vicaria contra el hombre, si los casos de mujeres que hacen daño o asesinan a sus hijos constituyen violencia vicaria femenina etc.
Según las expertas como Sonia Vaccaro: "No todo maltrato infantil es violencia vicaria". Por ejemplo, en los casos más graves de psicosis puerperal, podría darse el infanticidio. El filicidio, al igual que el parricidio, ha existido siempre, pero filicidio no es sinónimo de violencia vicaria y vamos a ver por qué.
Cuando se habla de violencia vicaria es porque hay un patrón de comportamiento social y un objetivo: causar el máximo dolor a una mujer utilizando a los hijos. Por eso si hablamos de casos específicos, puntuales, con motivos y orígenes muy distintos al de la violencia vicaria no se considera como tal, sería un filicidio (cuando el padre o la madre causan la muerte de un hijo a hija).
La violencia vicaria es una de las manifestaciones que adopta la violencia hacia las mujeres, y por eso se incluye en el ámbito de la violencia de género. ¿Por qué? pues porque la violencia vicaria sustituye la figura de la mujer por la de los hijos, inflige daño a estos últimos con la finalidad de dañar permanente a la mujer.
Además, suele ser una violencia anunciada mediante amenazas, según datos recogidos en un estudio realizado por Vaccaro titulado Violencia vicaria: un golpe irreparable contra las mujeres. En el 60% de los casos de violencia vicaria, hubo amenazas previas al asesinato, y en el 44% de los casos, el crimen se cometió durante el régimen de visitas del padre biológico.
Junto con la polémica sobre “porcentaje de hombres y mujeres en la violencia vicaria”, surge de vez en cuando otra controversia: la violencia vicaria y la alienación parental (la polarización de los hijos o hijas a favor de un progenitor ). Aclaramos que el síndrome de alienación parental no ha sido reconocido como una patología por ninguna institución médica, psiquiátrica o asociación científica y su aprobación ha sido rechazada por la Asociación Americana de Psiquiatría, la Asociación Americana de Psicología y la Organización Mundial de la Salud.
Otro tema controvertido es la relación entre la luz de gas (gaslighting) y la violencia vicaria, aunque muchos psicólogos y psiquiatras argumentan que no existe una correlación directa entre ambas.
Datos y estadísticas sobre violencia vicaria
“La violencia vicaria no existe”, una afirmación que cada cierto tiempo aparece en redes sociales o se usa como arma política. Sin embargo, desde 2013, año en que se inició el recuento por parte de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, el número de víctimas mortales, asesinadas a manos de hombres que han ejercido este tipo de violencia es de 47.
Es importante tener en cuenta que solo se contabilizan los menores de edad y que si el maltratador no pudo ser juzgado porque se quitó la vida, no se incluye en las estadísticas de violencia vicaria del Ministerio de Justicia, que se basan en sentencias condenatorias.
Además, existe un primer estudio realizado en España sobre violencia vicaria al que apuntábamos antes, Violencia vicaria: un golpe irreversible contra las madres, que nos proporciona más datos:
- En un 82% de los casos, el agresor era el padre biológico de las víctimas, y en un 52% de los casos se encontraba divorciado o separado. De este porcentaje, solo un 26% tenía antecedentes penales (de los cuales el 60% era por violencia de género).
- En general, los menores asesinados por violencia vicaria tenían una edad comprendida entre los 0 y los 5 años (64%). Un 14% de ellos había manifestado síntomas de sufrir maltrato (cambios de conducta y quejas). Sin embargo, en casi todos los casos (96%), no hubo una evaluación por parte de profesionales sobre el estado de los menores.
Consecuencias de la violencia vicaria: efectos psicológicos
Hasta ahora hemos visto el concepto de violencia vicaria, los asesinatos por año, las causas y características de la violencia vicaria, pero ¿Cuáles son los efectos de la violencia vicaria en el menor y en la madre?
- A los hijos e hijas se les hace conscientes de un conflicto de pareja (de la violencia de pareja) desde un punto de vista sesgado e interesado, lo que puede llevarlos a ejercer también violencia psicológica contra la madre debido a la rabia que se ha transmitido hacia ella.
- Se daña la figura de la madre y se puede romper el vínculo de apego de los hijos con ella (como en el caso de violencia vicaria de Rocío Carrasco). Recordemos que la violencia vicaria extrema es la que acaba con la vida del niño o niña, pero existen otros tipos de violencia vicaria aunque que no lleguen al crimen.
- Los menores dejan de vivir en un entorno familiar seguro con las consecuencias que eso acarrea a nivel académico y emocional: ansiedad, baja autoestima, dificultad para desarrollar habilidades sociales, desmotivación, falta de concentración…
- Las madres maltratadas continúan sufriendo a través de sus hijos e hijas; algunas de ellas experimentan estrés postraumático o recurren al consumo de fármacos.
- Vivir en el miedo constante a lo que pueda suceder.
- La impotencia y el sentimiento de culpa que queda en aquellas familias en que los niños y niñas les fueron arrebatados.
Violencia vicaria: la ley en España
¿Existe una ley de violencia vicaria?
En 2004, Ángela Gónzalez emprendió una batalla judicial para reclamar la responsabilidad patrimonial del Estado en el asesinato de su hija, enmarcada dentro de la violencia de género vicaria. Ángela había llegado a interponer hasta más de 30 denuncias alertando a los servicios sociales sobre las amenazas por parte de su ex pareja.
Tras casi una década, y a pesar de que todos los tribunales eximieron al Estado de responsabilidad, llevó su caso al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que en 2014 dictaminó la responsabilidad del Estado por haber incumplido la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, vigente en España desde 1984, así como el Protocolo Facultativo (en vigor desde 2001). Tras este dictamen, Ángela acudió de nuevo al Tribunal Supremo, que en 2018 dictó sentencia a su favor.
Legislación y violencia vicaria
La nueva Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, ha reconocido como víctimas directas a las madres de menores asesinados en crímenes vicarios, permitiendo el acceso directo a las ayudas estatales existentes para las víctimas de delitos violentos sin necesitad de pasar por una interpretación judicial para determinar si existe una situación de dependencia entre el daño causado a la mujer y el asesinato del hijo o de la hija.
Además, existe la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
Cómo denunciar la violencia vicaria
Para prevenir este tipo de violencia, existe la escala de valoración del riesgo para detectar la violencia vicaria del Ministerio de Sanidad. Pero en caso de que seas consciente de que sufres violencia vicaria, el primer paso es poner una denuncia. Te recomendamos el documento del Ministerio de Igualdad sobre violencia vicaria y sus formas, que también ayuda a resolver dudas.
De todos modos, siempre puedes recurrir al teléfono 016, que es un servicio gratuito, confidencial, que no aparece registrado en las facturas de teléfono y donde te informan y asesoran de forma gratuita.
Además, existen asociaciones que luchan contra la violencia vicaria y pueden ofrecer ayuda, como es el caso de MAMI, asociación contra la violencia vicaria. Esta asociación proporciona recursos de apoyo para las víctimas de violencia vicaria, como líneas de ayuda, grupos de sostén, servicios legales, etc.
Otra asociación es Libres de Violencia Vicaria que da soporte y apoyo emocional a las madres que sufren violencia y la impotencia ante el desamparo, en muchas ocasiones, de las instituciones. En esta asociación además de apoyo, encontrarás recursos sobre cómo demostrar la violencia vicaria, cómo prevenirla e información sobre en qué están trabajando para mejorar, defender y reivindicar la salud física y emocional de las personas afectadas.
Para aquellos adolescentes y niños o niñas que necesiten ayuda, la Fundación Anar tiene un teléfono y chat gratuitos atendidos por psicólogos (900 20 20 10).
¿Hay soluciones para la violencia vicaria?
La violencia vicaria existe. Además de ser necesario un compromiso de la justicia para poder poner un stop a la violencia vicaria, las soluciones pasan por, como sociedad, visibilizar y concienciar sobre esta lacra; la sensibilización y la educación de las nuevas generaciones, que son la sociedad del mañana, también es crucial.
Recordemos que la violencia vicaria utiliza a niños y niñas como instrumentos de castigo hacia otra persona, con todos los daños psicológicos y físicos que conlleva.
Si crees que estás inmersa en el ciclo de la violencia género y tus hijos o hijas pueden resultar perjudicados, en Unobravo contamos con psicólogos online que pueden serte de ayuda.