Embarazo y maternidad
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Violencia obstétrica: cuando el parto se convierte en trauma

Violencia obstétrica: cuando el parto se convierte en trauma
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Redacción
Unobravo
PUBLICADO EL
18.5.2023

¿Cómo debería ser un parto? Más allá de la idealización que a veces se promueve, el parto es ese momento complejo en el que por fin te encuentras cara a cara con ese pequeño ser que ha ido desarrollándose dentro de ti, después de nueve meses de espera y de experimentar cambios físicos y psicológicos importantes.

La llegada de un bebé es alegre y transformadora, pero también es un momento de dudas, de incertidumbre e incluso de miedo. Por esta razón, es vital un parto “respetuoso” en el que la mujer tenga la autonomía y el protagonismo que merece. 

En este artículo hablamos de la violencia obstétrica en el parto, un tema que levanta ampollas en el ámbito sanitario, pero del que hay que hablar porque las estadísticas muestran que la violencia médica contra la mujer existe en nuestros paritorios.

A lo largo de este artículo, vamos a ver qué significa violencia obstétrica, qué prácticas entran dentro de esta categoría y cuál es la situación en España. También haremos referencia a la violencia ginecológica o violencia ginecobstétrica, quizás incluso más invisibilizada que la violencia en el parto.

¿Qué es violencia obstétrica?

El debate sobre la violencia obstétrica no es tan nuevo como pueda parecer, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad en la que la misoginia y el trato inadecuado a las mujeres es algo, por desgracia, que ocurre. ¿Sabías que la primera referencia a este concepto apareció en el año 1827 en una publicación inglesa como crítica a las prácticas en los paritorios?

Pero, ¿qué se considera violencia obstétrica? A día de hoy, si bien la definición de violencia obstétrica no está consensuada, podemos decir que el concepto de violencia obstétrica abarca cualquier conducta, por acción u omisión, realizada por el profesional sanitario hacia la mujer ya sea durante el embarazo, el parto o el puerperio (el periodo conocido como posparto) así como el trato deshumanizado, la medicalización injustificada y la patologización de un proceso que es natural. 

Veamos, cómo la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades la definen.

violencia en el parto
Foto de Mart Production (Pexels)

La violencia obstétrica según la OMS

La OMS, en su documento Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud publicado en 2014, habló sobre prevenir la violencia y erradicar la falta de respeto y el maltrato ginecológico durante la atención del parto. Aunque en ese momento no empleó el término violencia obstétrica como tal, sí apuntó a la violencia de parto que experimentan las mujeres en ese contexto.  Fue unos años más tarde cuando la OMS definió la violencia obstétrica como “una forma específica de violencia ejercida por profesionales de la salud, predominantemente médicos y personal de enfermería hacia mujeres embarazadas en labor de parto y en puerperio, y constituye una violación a los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres”. 

Violencia obstétrica: definición según el Observatorio de la violencia obstétrica en España

El Observatorio de la violencia obstétrica en España ofrece la siguiente definición: “Este tipo de violencia de género puede definirse como la apropiación del cuerpo y de los procesos reproductivos de las mujeres por prestadores de salud, que se expresa en un trato jerárquico deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres”.

Otra definición de violencia obstétrica nos la dan enfermeras y obstetras de la Universitat Jaume I y del Hospital do Salnés en un estudio sobre el maltrato sanitario vinculado a los procesos reproductivos, con el siguiente significado de violencia obstétrica: “El acto de desconocer la autoridad y autonomía que tienen las mujeres sobre su sexualidad, sus cuerpos, sus bebés y sus experiencias de embarazo/parto”.

Violencia obstétrica: ejemplos

Hemos hablado de la relación violencia y parto, pero, ¿cuáles son las situaciones en las que se manifiesta este tipo de maltrato obstétrico? Veamos algunos ejemplos de violencia obstétrica para poder identificarla y denunciarla, si es el caso:

  • La realización de intervenciones quirúrgicas sin anestesia.
  • La práctica de la episiotomía (corte en el periné para facilitar el paso del bebé y que requiere puntos de sutura).
  • La maniobra de Kristeller (práctica controvertida realizada durante la contracción. Consiste en aplicar presión manual en el fondo del útero para facilitar la salida de la cabeza del bebé). Ni la OMS  ni el Ministerio de Sanidad de España recomiendan esta práctica.
  • Uso de fórceps.
  • Humillación y abuso verbal.
  • Excesiva medicalización.
  • Afeitado del pubis.
  • Exploraciones vaginales repetidas y realizadas por diferentes personas.
  • Obtener el consentimiento de forma involuntaria o con déficit de información.

Estas son prácticas habituales durante el parto, pero ¿y después? Porque hemos hablado de que la violencia obstétrica incluye el periodo del posparto… Pues bien,  la OMS publicó el año pasado nuevas recomendaciones que subrayan la urgencia de apoyar la salud física y mental en el periodo posnatal, un momento crucial para garantizar la supervivencia del recién nacido y para la recuperación y el bienestar mental y físico general de la madre. Según esta misma publicación, en todo el mundo más de tres mujeres y bebés de cada 10 no reciben en la actualidad atención posnatal (el periodo en que se producen la mayoría de las muertes maternas e infantiles). Por ejemplo, una madre en duelo perinatal se encuentra inmersa en la difícil y dolorosa tarea de hacer frente a todas las expectativas que se había creado durante el embarazo, y no todos los hospitales tienen protocolos al respecto.

que es la violencia obstetrica
Foto Mart Production (Pexels)

¿Qué es la violencia obstétrica verbal?

Hemos puesto como ejemplo de violencia obstétrica la humillación y el abuso verbal, y es que el trato infantil, paternalista, autoritario, despectivo, e incluso despersonalizado, también es parte de la violencia obstétrica psicológica que se da en las salas de parto. 

Desafortunadamente, se sigue ridiculizando a la mujer por gritar o llorar en esos momentos y se pronuncian frases que son una forma de violencia obstétrica verbal:  

  • “Te has engordado tanto que ahora no puedes parir en condiciones”. 
  • “No grites tanto que pierdes la fuerza y no puedes empujar”.

La violencia obstétrica en España 

¿Qué dicen los datos y cuáles son los tipos de violencia obstétrica sobre la violencia obstétrica en España?

En 2020, un estudio de la Universitat Jaume I obtuvo los siguientes resultados:

  • El 38,3% de las mujeres dijo haber sufrido violencia obstétrica.
  • El 44% afirmó haber sido sometida a procedimientos innecesarios.
  • El 83,4% manifestó que no se le solicitó el consentimiento informado para las intervenciones practicadas.

Otro trabajo publicado por la revista Women and Birth (2021) sobre la magnitud del problema en nuestro país observó que el 67,4% de las mujeres preguntadas informaron haber padecido violencia obstétrica:

  • El 25,1% violencia obstétrica verbal.
  • El 54,5% violencia obstétrica física.
  • El 36,7% violencia obstétrica psicoafectiva.

Las estadísticas de violencia obstétrica también muestran otros tipos de datos a tener en cuenta. Por ejemplo, según el informe europeo de salud perinatal que elabora periódicamente Euro-Peristat, en 2019 el 14,4% de los nacimientos en España terminó en parto instrumental (con fórceps, espátulas o ventosa) frente a la media europea del 6,1%. Teniendo en cuenta que las consecuencias de los partos instrumentales implican un mayor riesgo de desgarro, incontinencia, o trauma perineal, bajar esa cifra es un objetivo que debería estar en el punto de mira.

Otro dato curioso es que en España es más probable nacer entre semana y en horario laboral que en fines de semana y festivos… La explicación es simple: parir con bisturí se ha convertido en algo demasiado habitual. Así lo señala una investigación de elDiario.es basándose en el análisis de los microdatos del Instituto Nacional de Estadística

Pese a todas estas cifras y a que España cuenta con diversos ejemplos de violencia obstétrica y trato traumático durante el parto que la han llevado a ser condenada hasta en tres ocasiones por la ONU, hay una importante ola de negacionismo alrededor de la violencia obstétrica por parte de colectivos y sociedades médicas.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) prefiere hablar de casos de mala praxis y rechaza el concepto de “violencia obstétrica”. Por su parte, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia cuestiona tanto el término “violencia obstétrica” como el “trato deshumanizado” que se produce en las salas de parto.

causas de la violencia obstetrica
Foto de Pexels

¿Ley de violencia obstétrica en España?

A pesar de que el Ministerio de Igualdad manifestó su intención de incluir la violencia obstétrica en la reforma de la ley del aborto (Ley 2/210) y que fuese considerada como una forma de violencia de género, al final, por diferentes desacuerdos, ha quedado fuera. Sin embargo, sí define lo que son las “intervenciones ginecológicas y obstétricas adecuadas” y dedica un capítulo a la “protección y garantía de los derechos sexuales y reproductivos en el ámbito ginecológico y obstétrico”.

¿Por qué se habla de violencia obstétrica como una forma de violencia de género? Hay una creencia injustificada de que las mujeres no son capaces de pensar racionalmente o de tomar decisiones responsables durante el parto o cuando están embarazadas. Esta es una forma de infantilizar y de despojar a la persona de la toma de decisiones sobre su parto, con la consiguiente y enorme sensación de pérdida de poder que siente. Los estereotipos de género aparecen en el informe de la Comisaria de Derechos Humanos, fruto de un viaje que Mijatovic hizo a España el pasado mes de noviembre para supervisar, entre otros asuntos, el derecho a la salud. 

En 2021, la legislación catalana sí definió e incluyó la violencia obstétrica en su legislación y la consideró dentro de la violencia machista. En ella se recoge la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, como impedir o dificultar el acceso a una información veraz y necesaria para tomar decisiones autónomas, así como las prácticas ginecológicas y obstétricas que no respeten las decisiones, el cuerpo, la salud y los procesos emocionales de la mujer.

Aunque en España no se haya conseguido una ley contra la violencia obstétrica, otros países sí la han tipificado. Venezuela, mediante la Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia (2006), fue el primer país en legislar sobre este tipo de violencia. Otros países latinoamericanos, como México y Argentina, tomaron ejemplo después y también legislaron sobre la violencia obstétrica. Además, Argentina cuenta con la organización Dando a Luz, que publicó un test de violencia obstétrica para que una mujer pueda evaluar si ha sido víctima de violencia de parto y tomar medidas.

Posibles consecuencias psicológicas de la violencia obstétrica 

Después de todo lo dicho hasta ahora, es normal que muchas mujeres requieran de ayuda psicológica. 

Entre las consecuencias psicológicas del abuso obstétrico sufrido durante el embarazo y el parto pueden llegar a aparecer diversos problemas, como desarrollar un miedo irracional al embarazo y al parto (tocofobia) de cara al futuro. Pero hemos querido profundizar en este asunto y contar con la opinión de Valeria Fiorenza Perris, directora clínica de nuestra plataforma, quien nos cuenta lo siguiente sobre la violencia en el parto y su repercusión:

"Expone a las mujeres a múltiples factores de riesgo. De hecho, un parto difícil o sangriento puede tener muchas consecuencias en la salud psicofísica de la madre, con repercusiones también en el bienestar del bebé. 

Haber sufrido violencia en un momento tan singular, delicado y expectante puede aumentar exponencialmente las probabilidades de desarrollar una depresión posparto o conducir a la aparición de un trastorno de estrés postraumático

También pueden aparecer manifestaciones de ansiedad y pánico o comportamientos disfuncionales. El trauma también puede agravar afecciones preexistentes o actuar como desencadenante de trastornos mentales como la anorexia, el bipolarismo, el trastorno obsesivo-compulsivo y el abuso de sustancias. 

También es muy frecuente que las mujeres víctimas de violencia obstétrica desarrollen sentimientos de rabia, desvalorización y autoinculpación por haber sido impotentes e incapaces de proteger sus derechos y los de su hijo. 

En los casos más graves, la inestabilidad psíquica y emocional provocada por el trauma puede incluso afectar a la capacidad de la mujer para cuidar de su recién nacido y comprometer la creación de una relación empática entre madre e hijo. 

Por último, no es infrecuente que las mujeres desarrollen un sentimiento de rechazo hacia la maternidad hasta el punto de que algunas de ellas se niegan a sí mismas la posibilidad de tener otros hijos. Proteger a las madres significa, por tanto, proteger a las nuevas generaciones y nuestro futuro".

casos de violencia obstetrica en españa
Foto de Letticia Massari (Pexels)

Violencia obstétrica: testimonios

Los tres casos de violencia obstétrica por los que España ha sido condenada por la ONU ilustran bastante bien las consecuencias psicológicas de las que hablábamos. A continuación, los presentamos de forma breve:

  • Caso de violencia obstétrica de S.M.F: en 2020, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de Naciones Unidas dictó sentencia sobre violencia obstétrica (puedes leer el caso completo en la sentencia) y condenó al Estado español por violencia en el parto. La mujer sufrió trastorno de estrés postraumático y tuvo que acudir a terapia psicológica. 

  • Caso de violencia obstétrica de Nahia Alkorta, quien llegó a declarar: “No recuerdo los tres meses tras el parto”. Nahia fue sometida a una inducción del parto de manera prematura sin consentimiento y sin información sobre alternativas, para acabar en una cesárea de urgencia sin justificación médica. Durante la intervención tuvo los brazos atados, no pudo estar acompañada por su pareja y tardó hasta cuatro horas en poder coger a su bebé. Puedes leer con más detalle el caso en la página de Naciones Unidas.

  • Otro de los últimos relatos de violencia obstétrica es el de M. D, a quien también la CEDAW da la razón. Esta mujer, en un hospital de Sevilla, sufrió problemas con la punción para la epidural (hecha por varias personas cometiendo errores) y una cesárea ¡por falta de espacio en el paritorio! (no hubo ni justificación médica ni consentimiento). La mujer necesitó ayuda psicológica y fue diagnosticada de trastorno por estrés traumático tras el parto.

Ninguna de las tres mujeres, pese a las sentencias favorables en las que se reconocen daños físicos y psicológicos por violencia obstétrica, ha sido compensada por España.

¿Por qué se da la violencia obstétrica?

Las causas de la violencia obstétrica posiblemente van ligadas a fenómenos socioculturales. Vivimos en sociedades en las que a las mujeres se les ha enseñado a aguantar, a no quejarse, y cuando lo hacen se las tacha de quejicas o de histéricas (una especie de gaslighting). En medicina, como en otras áreas, también hay un importante sesgo de género y todas estas prácticas que hemos ido viendo a lo largo del artículo están totalmente normalizadas. 

Pero todavía hay más. ¿Además de mujer eres soltera, adolescente, inmigrante…? Dentro de la violencia obstétrica, la OMS ha incidido en el maltrato que se da a algunas mujeres dependiendo de sus condiciones, estrato social etc: “Es más probable que las mujeres adolescentes, las solteras, las de nivel socioeconómico bajo, las que pertenecen a una minoría étnica, las inmigrantes y las que padecen VIH, entre otras, sufran un trato irrespetuoso y ofensivo”. La OMS no ha sido la única en hacer referencia a este hecho. El año pasado, The Lancet también publicaba cómo las disparidades geográficas, de clase social y raciales influyen en la violencia durante el parto.

Violencia ginecobstétrica o violencia ginecológica 

La violencia hacia la mujer no ocurre solo en nuestros paritorios, va más allá y también en las consultas ginecológicas cualquier mujer puede sentir la falta de atención respetuosa, la falta de información y cómo se toman decisiones sin contar con ella.

La violencia ginecobstétrica o ginecológica es aún más invisibilizada.  Es aquella que aborda todo lo que es ginecología, la atención en salud sexual y reproductiva.

En los consultorios y revisiones rutinarias también hay señales que nos indican la falta de empatía, la ausencia de información sobre las exploraciones, las explicaciones mínimas sobre infecciones y/o enfermedades de transmisión sexual, la infantilización, los tactos que generan dolor (y se ignoran pese a las quejas) y la emisión de juicios (“vas muy depilada”, “pues si esto te duele…el día que vayas a parir…” “tienes el virus del papiloma, no se puede ir por ahí alegremente sin tomar precauciones…”).

prevenir violencia obstetrica
Foto de Oleksandr Pidvalnyi (Pexels)

Cómo denunciar la violencia obstétrica

¿Dónde denunciar la violencia obstétrica? En primer lugar, deberás enviar al Servicio de Atención al Usuario del hospital donde has dado a luz una carta explicando los motivos de la reclamación y los perjuicios. También se recomienda que envíes una copia al departamento de obstetricia y, en ambos casos, es aconsejable hacerlo vía burofax. También puedes poner tu reclamación en el Defensor del Paciente de tu comunidad autónoma y enviar copia a la Consejería de Salud. 

Si consideras que debes llevar a cabo una demanda judicial por violencia obstétrica, necesitarás pedir tu historia clínica (puedes hacerlo usando el modelo que facilita El Parto es Nuestro). Ten en cuenta que para poner una denuncia por violencia obstétrica es necesario procurador y abogado.

¿Cómo prevenir la violencia obstétrica?

Existen modelos hospitalarios de atención al parto y el nacimiento basados en el respeto a las mujeres que dan a luz, ¡por supuesto! Un ejemplo de ello es el documental Parir en el siglo XXI  realizado en el hospital público de La Plana (Castellón). En este documental, el hospital abre las puertas de su sala de parto y presenta la historia de cinco mujeres durante el embarazo y el parto.

Los hospitales son un lugar seguro para dar a luz, las cesáreas salvan vidas y el personal sanitario de muchos centros trabaja para evitar la violencia obstétrica, pero la violencia obstétrica aún existe en los paritorios y todavía hay mucho por mejorar. 

Como punto de partida, una forma de evitar la violencia obstétrica es tomar conciencia y hacer autocrítica. Para vivir embarazo y maternidad de la mejor manera posible, es importante informarse, conocer los derechos y prepararse adecuadamente. Pero también es esencial que cada nueva madre pueda contar con una sólida red de apoyo no solo formada por la pareja y los familiares, sino también por el personal sanitario implicado en el proceso del parto y a posteriori por asesores de lactancia y pediatras.

Asimismo, se debe respetar la autonomía de la mujer y su plan de parto. Este plan es un instrumento para que las mujeres puedan expresar por escrito sus preferencias, necesidades y expectativas en relación con la atención que desean recibir.  Entregar al personal sanitario el plan de parto es un intercambio de información en el seguimiento del embarazo y de las sesiones de preparación al parto, pero no sustituye nunca la información necesaria que debe ofrecerse a toda mujer. Del mismo modo, hay que asumir que pueden aparecer complicaciones y que el plan de parto tenga que ser modificado. 

Otra ayuda necesaria, sin duda, es que las instituciones legislen para brindar una mayor protección a las mujeres.

Para finalizar, te dejamos algunos libros sobre la violencia obstétrica y la maternidad que pueden ser de utilidad:

  • La nueva revolución del nacimiento. El camino hacia un nuevo paradigma de Isabel Fernández del Castillo.
  • ¿Nacer por cesárea? de Enrique Lebrero e Ibone Olza.
  • Parir de Ibone Olza.
  • Adiós cigüeña: el placer de parir de Soledad Galán.
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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