Por lo general, la relación entre hermanos es sinónimo de un vínculo profundo, arraigado en la infancia y que crece a lo largo de la vida. Sin embargo, a veces, al crecer se produce una ruptura entre ellos y es necesaria la gestión del conflicto entre ambos.
En este artículo exploramos los conflictos entre hermanos adultos, cuáles pueden ser las causas que llevan a terminar una relación con un hermano o hermana, y cómo la terapia psicológica puede apoyar a la persona a tomar la decisión más adecuada para su bienestar psicológico, ya sea trabajar para restablecer una relación hasta ahora conflictiva con un hermano o hermana, o terminar la relación.
La relación entre hermanos: de la infancia a la edad adulta
Los hermanos son, querámoslo o no, presencias que tienen un profundo impacto en la vida de una persona. La relación que se establece entre ellos es la primera experiencia de "relaciones entre iguales" en la familia y suele caracterizarse por una fuerte ambivalencia.
La psicología infantil nos habla de ello cuando investiga las reacciones del primogénito ante la llegada de un hermanito: no es raro que el hijo mayor, hasta ahora hijo único, sienta celos hacia el recién llegado por miedo a no recibir más atención de los padres.
Puede tratarse del llamado complejo de Caín, también llamado "síndrome del hermano mayor". La rivalidad percibida con el hermano o hermana puede llevar al niño (no sólo al mayor, sino también al pequeño) a experimentar un malestar que suele expresarse en síntomas psicosomáticos, comportamientos agresivos o propios de una etapa anterior del desarrollo (por ejemplo, puede volver a mojar la cama- enuresis- aunque ya haya conseguido controlar los esfínteres), además de provocar conflictos familiares.
Estos sentimientos pueden cambiar a medida que evoluciona la relación, lo que, además de la competencia, permite a los hermanos experimentar la colaboración alimentando sentimientos de complicidad y afecto mutuo hasta llegar a una relación equilibrada en la que se reconocen como individuos autónomos, que ya no compiten por el afecto exclusivo de sus padres ni están en simbiosis entre sí.
Según un estudio de la Universidad de Oxford, cuanto más pacíficas y cooperativas son las relaciones entre hermanos en la infancia, más probabilidades hay de que lo sean en la edad adulta y menos frecuentes son las peleas entre hermanos. ¿Qué nos dice la psicología sobre las relaciones entre hermanos en la edad adulta? ¿Cuáles son las razones de los conflictos entre hermanos adultos?
Hermanos que se pelean y hermanas que no se llevan bien
Entre los problemas familiares más comunes pueden estar los que surgen con los padres. Toda la adolescencia está llena de peleas, malentendidos y desacuerdos que a veces continúan incluso cuando el niño ha crecido, alimentando el conflicto entre padres e hijos adultos.
Pero, ¿qué ocurre cuando ya no se trata de una relación conflictiva entre madre-hija o padre-hijo, sino de peleas entre hermanos?
La relación entre hermanos, al crecer, puede cambiar radicalmente por muchos motivos: puede tratarse de formas de entender ciertos aspectos de la vida que no se comparten o de elecciones personales que, en determinadas circunstancias, pueden desembocar en relaciones difíciles entre hermanos.
El enfado y la envidia entre hermanos pueden surgir por diversos motivos y, cuando no se pueden superar, pueden llevar a tal indiferencia entre hermanos que se pueden pronunciar frases como "ya no quiero tratar con mi hermano", "ya no hablo con mi hermana", "tengo una hermana tóxica, no quiero que forme parte de mi vida". ¿Qué hay detrás de estas frases sobre "hermanos que te decepcionan"?
Las causas de los conflictos entre hermanos adultos
Es frecuente que, en el origen de una relación conflictiva entre hermanos ya adultos, haya cuestiones no resueltas de la infancia que resurgen ante situaciones en las que, por ejemplo, aún siendo adultos, los padres comparan continuamente a los hermanos (quizá prefiriendo a uno y considerando al otro la oveja negra de la familia, minando así su autoestima).
El trato desigual percibido en la infancia o adolescencia por parte de los padres es precisamente una de las razones por las que puede surgir una relación de celos entre hermanos adultos o un mayor distanciamiento emocional entre hermanos.
En otras ocasiones, los hermanos que no se hablan pueden haber decidido adoptar ese comportamiento cuando se encuentran atrapados en rígidos guiones familiares o cuando son los padres los que están en conflicto entre sí y los que, incluso inconscientemente, operan una triangulación familiar exigiendo a sus hijos que se pongan de su parte, colocándoles en una difícil posición de elección.
Los celos y conflictos entre hermanos adultos, para la psicología, encuentran por tanto explicación en el papel de los padres y su forma de gestionar la relación con sus hijos, que puede influir en el vínculo entre hermanos aunque sean adultos. Pero también hay otros factores que pueden entrar en juego, como la competencia por los recursos.
Posibles causas del rencor entre hermanos ya adultos pueden ser también la gestión de una herencia, o cómo se decide afrontar una posible enfermedad del progenitor, o incluso el hecho de no compartir ciertas opciones de vida personal.
Otro factor que puede entrar en juego es la edad. Según el estudio de la Universidad de Oxford antes citado, cuanto menor es la diferencia de edad, mayor es la probabilidad de tensiones entre hermanos y de competencia por los recursos familiares. Tener una gran diferencia de edad también es un factor que reduce las posibilidades de conflicto entre hermanos en la edad adulta.
La relación entre hermanas: ¿una psicología diferente?
¿La dinámica psicológica de la que hemos hablado se aplica por igual cuando se trata de competencia, celos y envidia entre hermanas adultas o entre hermanos adultos?
En un estudio sueco en el que se analizaron dos generaciones (2.278 encuestados de la primera y 1.753 de la segunda) y se recogieron diferentes experiencias históricas, se observó que había más probabilidades de conflicto entre hermanas adultas que entre hermanos.
Además, en la generación mayor, las familias con dos hermanos tenían menos probabilidades de conflicto que las que tenían dos hermanas. Un estudio más reciente confirmó estas conclusiones al observar que había más conflictos entre hermanas, sobre todo si eran de edades próximas y vivían juntas durante mucho tiempo, que entre hermanos.
¿Cómo puede explicarse esta mayor frecuencia de conflictos entre hermanas adultas? Hay que decir que ambos estudios no examinaron la violencia física, que, al contrario de lo que ocurre entre hermanas, podría estar más presente entre varones. Otra hipótesis es la presencia de mayores celos entre hermanas adultas, ligados a que compiten por recursos más similares que sus hermanos.
Sea cual sea la causa, ¿es posible mitigar o resolver los celos y la envidia entre hermanas adultas o entre hermanos mayores? ¿Cómo resolver los conflictos entre hermanos adultos o arreglar una relación cuando un hermano te decepciona?
Conflictos entre hermanos adultos: cómo puede ayudar la psicología
Hemos visto, a grandes rasgos, cómo se desarrolla la relación entre hermanos para la psicología y cómo, al crecer, ciertos acontecimientos pueden causar conflictos entre hermanos adultos.
Para afrontarlos, primero hay que tener la voluntad de abrir un diálogo y escuchar al otro y, si es necesario, perdonar, aunque es importante saber cómo aprender a pedir perdón de una forma eficaz.
Cuando escuchamos en nuestro interior las preguntas "¿qué hacer si tu hermano te odia?" o "¿cómo lidiar con una hermana mala?", puede que nos estemos contando una historia en la que la maldad de una hermana se enfrenta a la bondad de la otra, o en la que el odio de un hermano choca con el amor de otro.
Con la ayuda de la terapia psicológica, es posible revisar los guiones familiares obsoletos y construir una narrativa que promueva el bienestar de las relaciones.
Por supuesto, no siempre es fácil, pero es posible si ponemos en práctica una serie de estrategias que pueden ayudarnos. Por ejemplo, si nos enfrentamos a una relación que nos hace decir "odio a mi hermana", "odio a mi hermano" podría ser útil:
- Fomentar la confrontación: ¿qué ocurre entre hermanos y hermanas que no se hablan? ¿Somos capaces de superar el resentimiento que nos llevó al silencio y ser asertivos en la comunicación?
- Acoger al otro con empatía: ¿cuáles son las razones del comportamiento de un hermano o hermana que ha provocado el conflicto? ¿Es posible que un "hermano que te arruina la vida" tenga razones para su comportamiento? ¿Hemos tenido en cuenta sus emociones?
- Reconocer el tipo de relación: ¿siempre ha habido conflicto o, en otros momentos de la vida, la relación entre hermano y hermana ha sido diferente?
Para sanar la relación entre hermanos comprometida por peleas y conflictos, pueden acudir al rescate diversos tipos de psicoterapia. Podemos encontrar una valiosa ayuda, por ejemplo, en la terapia sistémico-relacional, que a través de la terapia familiar puede llevar a las partes implicadas a investigar sus propios conflictos dentro del sistema de relaciones en el que viven.
Además, la psicoterapia Gestalt también puede ser un enfoque válido que permita una confrontación sincera entre los distintos miembros de la familia, con el fin de identificar las dinámicas que condujeron al conflicto e intentar resolverlas.
Sea cual sea el enfoque terapéutico utilizado para tratar los conflictos entre hermanos adultos, la terapia con un psicólogo online de Unobravo también puede ayudar: una solución ideal para cultivar el bienestar psicológico incluso si se está lejos.