Trastornos mentales
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Sentimiento de culpa: ¿cuándo se convierte en un problema?

Sentimiento de culpa: ¿cuándo se convierte en un problema?
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Francesca Castellano
Redacción
Psicoterapeuta Cognitivo-Conductual
Unobravo
PUBLICADO EL
29.7.2024

¿Quién de nosotros no ha experimentado alguna vez en su vida el sentimiento de culpa? En algún momento nos hemos podido sentir culpables con nuestra pareja, algún amigo o familiar. Pero, ¿qué es exactamente el sentimiento de culpa?

El sentimiento de culpa es una emoción compleja, está influenciada por factores culturales y es la base de los gestos altruistas. Pero, ¿cuándo se convierte en perjudicial para nuestro bienestar?

En este artículo intentaremos reflexionar sobre el sentimiento de culpa para entender mejor, entre otras cosas, cuáles son los mecanismos de los que puede surgir y qué puede alimentar dicho sentimiento.

El sentimiento de culpa es una emoción compleja relacionada con el contexto cultural
Ethan Sykes - Unsplash

Sentimiento de culpa: psicología y cultura

Según el psicólogo Carroll Izard, el sentimiento de culpa se define evolutivamente más tarde que el resto de emociones básicas y es el encargado de inhibir los actos que se consideran inmorales.

La culpa está relacionada con el contexto cultural: lo que en una cultura se considera incorrecto, puede estar aceptado en otra. De modo que es una emoción que establece la sociedad o que surge ante el juicio negativo de los demás.

La capacidad de experimentar sentimientos de culpa está estrechamente ligada a la tendencia de una persona a disgustarse por un posible daño causado por sus propias acciones, aunque sea involuntario.

Por qué nos sentimos culpables

Maria Miceli y Cristiano Castelfranchi, investigadores del Instituto de psicología del CNR de Roma, definen el sentimiento de culpa como uno de los estados de angustia más generalizados que se pueden experimentar. Pero, ¿qué ingredientes contribuyen a la culpa individual? Podemos identificar tres componentes principales del sentimiento de culpa:

  • La evaluación del daño: la acción realizada, o la simple intención detrás de la acción, se evalúa en relación con el daño causado.
  • La aceptación de la responsabilidad: se asume que la finalidad era provocar el evento o, en cierto modo, que se tenía el poder de evitarlo, preverlo o prevenirlo. 
  • El deterioro de la autoestima moral: se asume haber violado valores importantes o normas compartidas. La “imagen moral” de uno mismo se puede ver comprometida cuando se experimenta una disminución de la autoestima con respecto a los valores personales.

Sentimiento de culpa por una traición

Una traición puede tener un fuerte impacto en las relaciones de pareja, hasta el punto de desencadenar una crisis de pareja y, en algunos casos, puede incluso hacer que se termine la relación. Esto se puede producir de diversas maneras, como puede ser la infidelidad emocional o física, la ruptura de una promesa o acuerdo, o el hecho de actuar en contra de los intereses de otra persona cercana.

Ser consciente de haber provocado dolor o daño a alguien puede intensificar el sentimiento de culpa. El hecho de tomar consciencia puede llevar a hacer una reflexión sobre cómo nuestras acciones pueden haber influenciado negativamente a la persona a la que hemos traicionado, así como acarrear remordimientos y arrepentimiento.

El arrepentimiento puede animarnos a intentar compensar o reparar el daño causado. Sin embargo, esto no siempre es posible o suficiente para sanar la herida.

El sentimiento de culpa por una traición puede ir acompañado de vergüenza profunda o de miedo a perder a la persona a la que se ha traicionado. Si la traición aún no ha salido a la luz, el miedo a ser descubierto o la tensión de mantener el secreto puede agravar dichos sentimientos.

¿Cómo se supera el sentimiento de culpa por haber traicionado? Hacer frente al sentimiento de culpa por una traición requiere valentía e introspección. Es necesario reconocer y aceptar la responsabilidad de nuestras acciones, mirando de cerca nuestros propios sentimientos de culpa para entender las razones que han podido provocar la traición y el daño.

El sentimiento de culpa por una traición puede ser un reto emocional que requiere comprometerse y trabajar en uno mismo. Perdonarse por algo que se considera un error puede ser tan importante como pedir perdón de forma sincera. Asimismo, también es útil reconocer que el perdón no se puede imponer y que el proceso para curar una relación puede requerir tiempo.

Sentimiento de culpa hacia los hijos

En las relaciones familiares también se puede experimentar el sentimiento de culpa, tanto si se trata de sentimiento de culpa de los hijos hacia los padres como sentimientos de culpa de los padres hacia los hijos.

¿Qué esconde el sentimiento de culpa de un hijo hacia sus padres? Algunos de los motivos más comunes por los que un hijo experimenta sentimientos de culpa hacia sus padres son:

  • Las expectativas no cumplidas: relacionadas, por ejemplo, con el rendimiento escolar, la carrera, las decisiones vitales o los estándares conductuales.
  • La independencia y la autonomía: a medida que los hijos crecen e intentan ser más independientes, pueden experimentar sentimientos de culpa por querer dejar la casa de sus padres, sobre todo si perciben que estos dependen de ellos emocionalmente o físicamente.
  • El rol de cuidador: en algunas familias, los hijos se dan cuenta que han asumido la responsabilidad de cuidar a los padres a raíz de una enfermedad, discapacidad u otros factores. Esto, por ejemplo, puede generar un sentimiento de culpa hacia los padres ancianos cuando los hijos viven lejos porque han decidido irse a vivir al extranjero.
  • Los problemas familiares: los hijos pueden sentirse culpables por los problemas familiares que sienten que han surgido o se han empeorado a raíz de sus acciones, incluso si no son directamente responsables.

Sin embargo, los sentimientos de culpa de los padres pueden tener su origen en la preocupación de no haber estado a la altura de su rol, de haber cometido errores graves o de no haber proporcionado a sus hijos lo que necesitaban.

Este sentimiento de culpa puede estar influenciado por muchos factores, entre ellos: las expectativas personales y sociales, la comparación con otros padres y la presión de equilibrar las responsabilidades profesionales y familiares.

Los padres pueden experimentar sentimientos de culpa hacia los hijos al separarse o por determinadas decisiones vitales y, en el caso de las mujeres, también es posible sentirse culpable hacia los hijos por volver al trabajo tras la maternidad.

El sentimiento de culpa puede aparecer por diversas razones entre padres e hijos
Xavier Mouton Photographie - Unsplash

¿Solo existe una culpa?

Según el psiquiatra Francesco Mancini, el sentimiento de culpa se puede diferenciar en dos tipologías: altruista y deontológico. A menudo estos dos tipos de sentimiento de culpa están estrechamente relacionados, pero se diferencian claramente, incluso desde el punto de vista neuroanatómico y por su papel dentro de la psicopatología.

El sentimiento de culpa deontológico y el sentimiento de culpa altruista

Por un lado, el sentimiento de culpa deontológico parece activar la ínsula y el córtex cingulado anterior, áreas que también están relacionadas con las emociones de disgusto y con el autorreproche. Por otro lado, el sentimiento de culpa altruista se asocia a una activación de las áreas prefrontales que también influyen en la empatía y la compresión de la mente de los demás.

Una de las maneras de la que se puede manifestar el sentimiento de culpa altruista es lo que se conoce como el “sentimiento de culpa del superviviente”, es decir, la emoción que la persona experimenta en el momento en que, al compararse con los demás, considera que goza de ventaja en lo que se refiere a éxito, habilidades, bienestar, estado de salud u otros ámbitos.

Pongamos como ejemplo dos hermanos: el primero sano y fuerte, graduado en ingeniería con matrícula de honor y el segundo con un trastorno del neurodesarrollo, que depende casi por completo del cuidado de los padres; ante esta situación, el primer hermano piensa “¿por qué a él? Yo tengo más suerte, me siento culpable”.

Otro tipo de sentimiento de culpa altruista es el interpersonal: que experimentan las personas con una fuerte empatía hacia el dolor ajeno, las cuales piensan no haber hecho lo suficiente para ayudar. Por ejemplo: una persona que está en otra ciudad recibe la noticia de que la madre se está muriendo y enseguida emprende el viaje para despedirse de ella. Sin embargo, no llega a tiempo y siente un intenso sentimiento de culpa “por no haber estado a su lado y no haberle cogido de la mano mientras moría”.

En cambio, cuando hablamos del sentimiento de culpa deontológico, se hace referencia a un tipo de emotividad muy influenciada por los códigos morales. De modo que, en este caso, el sentimiento de culpa surge de la violación de una regla moral incluso si esta no causa ningún daño a terceras personas. Un ejemplo podría ser el sentimiento de culpa que siente un individuo al tener comportamientos sexuales considerados “incorrectos” desde el punto de vista de sus principios religiosos.

Sentimiento de culpa patológico

El sentimiento de culpa se convierte en patológico cuando supera las reacciones emocionales normales hacia determinadas conductas y empieza a influir negativamente en el bienestar psicológico y en la vida cotidiana de una persona de forma significativa y prolongada en el tiempo.

Los sentimientos de culpa pueden afectar a la salud mental junto con otros síntomas que indican la presencia de problemas que han adquirido carácter patológico. Entre las principales características del sentimiento de culpa patológico cabe mencionar:

  • La generalización: se termina por sentirse culpable por todo cuando el sentimiento de culpa se extiende más allá de situaciones específicas y se convierte en un sentimiento constante que se introduce en diversos aspectos de la vida de una persona, independientemente de si existen motivos reales para sentirse culpable.
  • La intensidad excesiva: la persona experimenta un sentimiento de culpa desproporcionado respecto a la situación que lo ha desencadenado. Lo cual puede incluir el hecho de sentirse extremadamente culpable por pequeños errores o acciones que no suelen justificar tal reacción.
  • La evitación psicológica y el aislamiento: la persona puede empezar a pensar “el sentimiento de culpa me está matando” y evitar situaciones sociales o tareas por miedo a cometer errores que podrían provocar un mayor sentimiento de culpa, lo cual resulta en un círculo vicioso que puede conducirle al aislamiento.
  • La dificultad para perdonarse a sí mismo: a pesar de que haya pasado el tiempo o se haya resuelto la situación que ha desencadenado el sentimiento de culpa, a la persona le cuesta perdonarse a sí misma y mantiene un ciclo continuo de autocrítica y remordimientos.

El sentimiento de culpa patológico puede poner de manifiesto numerosos problemas de salud mental, como: trastornos de ansiedad, depresión, baja autoestima o trastornos alimentarios (en algunos TCA no es raro experimentar sentimientos de culpa tras haber comido).

Sentimiento de culpa y TOC

El sentimiento de culpa deontológico se considera un elemento importante del trastorno obsesivo compulsivo. La duda moral amenaza la integridad de la imagen de uno mismo y activa sentimientos de culpa y pensamientos obsesivos, a menudo asociados a compulsiones. La culpa deontológica del TOC se vive como algo doloroso, insoportable e irreparable.

Sentimiento de culpa, depresión y duelo patológico

El sentimiento de culpa también es protagonista en la depresión mayor y en el duelo patológico. En este trastorno, el sentimiento de culpa se asocia directamente a una valoración negativa de sí mismo, a preocupaciones no realistas y a la rumiación. 

En estos casos, el sentimiento de culpa afecta negativamente a la imagen que se tiene de uno mismo y a la percepción de la valía personal. En este sentido, las personas pueden, por un lado, interpretar numerosos acontecimientos cotidianos como prueba de los defectos personales y, por otro lado, experimentar un excesivo sentido de la responsabilidad por las situaciones desagradables.

Sentimiento de culpa y ansiedad

La ansiedad y el sentimiento de culpa, en la experiencia personal de cada uno pueden alimentarse mutuamente. El sentimiento de culpa puede estar relacionado con la ansiedad si una persona se preocupa sin parar por las consecuencias de sus acciones o por la posibilidad de haber herido a otros. 

El perfeccionismo, que a menudo se asocia a los trastornos de ansiedad, puede hacer que se establezcan altos estándares personales que, cuando no se alcanzan, pueden hacer experimentar un intenso sentimiento de culpa.

Al mismo tiempo, la misma ansiedad puede intensificar el sentimiento de culpa. Por ejemplo, las personas con trastornos de ansiedad como el trastorno de pánico o las fobias suelen evitar las situaciones que les dan miedo. Esta evitación puede desembocar en un sentimiento de culpa por no afrontar sus miedos, lo que genera pensamientos como “debería ser capaz” o “soy débil”.

Cómo se puede superar el sentimiento de culpa
Dekler Ph - Unsplash

Cómo “superar” el sentimiento de culpa

Siempre y cuando no se transforme en una autocondena paralizante, sentirse disgustado por el dolor que podemos causar a los demás puede resultar realmente valioso. De hecho, la culpa puede abrir espacios de reflexión y también puede propiciar los gestos de reparación.

¿Cómo se elimina el sentimiento de culpa? Simplemente, no se puede. No podemos eliminar ninguna de las emociones que experimentamos, pero sí podemos intentar acoger lo que sentimos y entender qué tipo de “señal” representa el sentimiento de culpa para nosotros.

Cuando sentimos un sentimiento de culpa que parece excesivo y nos preguntamos qué podemos hacer para dejar de sentirnos culpables, podemos:

  • Reconocer y aceptar nuestros sentimientos de culpa sin juzgar. Entender que sentirse culpable es una emoción humana puede ser el primer paso para vivir con más tranquilidad la relación con uno mismo.
  • Analizar la situación preguntándonos “¿de dónde viene el sentimiento de culpa que estoy sintiendo?”, para reflexionar sobre las acciones que han causado dichos sentimientos y sobre por qué nos hace sentir culpables.
  • Aprender de la experiencia: identificar los errores cometidos y pensar en cómo evitarlos en el futuro puede ser una oportunidad para el crecimiento personal.
  • Intentar reparar el daño causado: lo cual, si se desea, se puede realizar de diversas formas como, pidiendo perdón de forma sincera, ofreciendo una compensación o demostrando mediante acciones que nos comprometemos a cambiar de comportamiento.
  • Perdonarse a sí mismo: el perdón hacia uno mismo es un paso esencial para no quedarnos atascados en nuestro sentimiento de culpa. Diferenciar entre sentimiento de culpa y responsabilidad nos puede permitir aprender de nuestros errores.

Si el sentimiento de culpa es excesivo, persistente o interfiere en nuestra vida diaria, podría ser útil buscar el apoyo de un profesional del bienestar psicológico. Un experto puede ayudar a explorar cuál es la raíz del sentimiento de culpa y a desarrollar estrategias para gestionarlo de forma sana.

Lidiar con el sentimiento de culpa es un proceso que requiere tiempo, paciencia y compromiso. Pero, con el apoyo adecuado, es posible aprender a acoger y comprender nuestras emociones y vivir una vida más plena y consciente.

Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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